El Partido Republicano contra Chile: Las 25 medidas sociales que votaron en contra para aplastar derechos sociales
En un Chile donde la desigualdad sigue siendo el elefante en la habitación -el país más desigual de la OCDE, con pensiones que humillan y derechos que se conquistan a pulso-, el Partido Republicano, bajo el liderazgo de José Antonio Kast, se erige como un muro ideológico contra cualquier atisbo de justicia social.
Su rastro parlamentario entre 2021 y 2025 es un catálogo de obstruccionismo: 25 medidas clave rechazadas en bloque, desde reformas laborales hasta protecciones ambientales, pasando por derechos reproductivos y antidiscriminatorios. No es casualidad; es una doctrina que sacraliza un modelo ultraconservador y reaccionario, disfrazado de "libertad económica" y “familia tradicional”.
En tiempos de elecciones inminentes, este conservadurismo rampante no solo frena el progreso, sino que lo criminaliza como “populismo” o “estatismo”. ¿El resultado? Un país atrapado en el siglo XX, mientras el mundo avanza. Entre estas 25 oposiciones encontraremos:
Retiros de fondos previsionales (AFP: sexto, séptimo y posteriores, 2021-2025)
Reforma previsional del gobierno de Boric (versiones 2023-2024 y 2025)
Ley laboral de 40 horas
Aumento del sueldo mínimo por encima de $500.000
Ley Karin (contra acoso laboral y sexual)
Licencia médica por calamidad (ampliación Ley Papito Corazón, 2024)
Ley de eutanasia
Aborto en tres causales
Respaldó la objeción de conciencia institucional al aborto
Distribución gratuita de anticonceptivos y pastilla del día después para menores
Matrimonio igualitario
Ley de identidad de género
Ley Zamudio
Educación sexual integral en colegios (ESI)
Penalización de la negación de violaciones a DD.HH.
Fonasa copago cero
Derecho a la vivienda digna (propuesta constitucional 2023)
Presupuesto para la niñez y programas sociales
Gravamen a grandes fortunas y exenciones en herencias
Apertura del secreto bancario
Estado Social de Derecho (propuesta constitucional)
Derecho a la manifestación social (propuesta constitucional)
Ratificación del Acuerdo de Escazú
Protección contra el cambio climático y glaciares (propuesta constitucional)
Normas anticorrupción en el sector privado (propuesta constitucional 2023).
John Rawls, en Una teoría de la justicia, lo dejó claro, las desigualdades solo son tolerables si benefician a los más desfavorecidos, un principio que el Partido Republicano pisotea con saña al rechazar reformas previsionales y alzas salariales, perpetuando un sistema donde solo los ricos acumulan mientras el resto prácticamente mendiga. Este no es liberalismo; es una farsa rawlsiana invertida, donde el “velo de ignorancia" solo cubre los ojos de los pobres.
Marx, en El Capital, lo diseccionaba sin piedad, la propiedad privada de los medios de producción genera explotación laboral inherente, convirtiendo al trabajador en mercancía. Los republicanos, al bloquear leyes como la de 40 horas o Karin, no defienden “empresas”, consagran la alienación eterna, donde el agotamiento físico y mental es virtud y el acoso, “inseguridad jurídica”. ¡Qué ironía! Claman libertad mientras encadenan a la clase media y vulnerable a turnos infernales, como si el progreso fuera un pecado mortal.
Hannah Arendt advertía, en Los orígenes del totalitarismo, que los derechos humanos se evaporan sin una comunidad política que los sostenga; el “derecho a tener derechos” se pierde cuando se excluye al “otro”. El Partido Republicano encarna esta pesadilla… Rechaza Escazú y protecciones climáticas por “soberanía económica”, pero en realidad construye guetos de negacionismo ambiental, donde glaciares derretidos son “explotación legítima”.
Su oposición al aborto, eutanasia y ESI no es “defensa de la vida”; es control disfrazado de moral, un patriarcado rancio que condena a mujeres a la clandestinidad mientras predica familia “tradicional”. Ácido y brutal: este conservadurismo no es nostalgia; es regresión tóxica, un relicto dictatorial que prefiere fetos inviables a madres vivas, y “orden público” a manifestaciones que gritan verdades incómodas.
John Stuart Mill, en Sobre la libertad, trazaba el límite claro, la sociedad solo puede coartar la libertad individual para prevenir daño a terceros. Sin embargo, los republicanos pervierten aquel límite ya que conculcan derechos de LGBTQ+ y disidentes invocando “daño a la empresa” o “familia”, como si la homofobia fuera virtud y la corrupción privada, “libertad”.
Mill se horrorizaría ante esta tiranía de la minoría privilegiada, que bloquea la ley Zamudio y normas anticorrupción para que los evasores bailen libres.
El Partido Republicano es un ancla que arrastra a Chile hacia un pasado que ya fracasó. Ofrece jerarquías restauradas y derechos clausurados. Defienden un orden desigual que protege privilegios. Esto no es un simple desacuerdo político, es una disputa por el sentido mismo de la democracia. O Chile avanza con derechos e igualdad, o queda atrapado bajo quienes temen a la libertad real. Chile merece un futuro que no pida perdón por exigir justicia.