El 12 de julio de 2022, en Viña del Mar, una alerta de los vecinos llevó a la policía a un lugar donde algunas personas estaban bebiendo y consumiendo drogas en público.

Allí encontraron a un hombre con una mochila que llamó la atención. Al ver a los policías, trató de pasar rápidamente la mochila a otro, pero fue detenido para una revisión.

La policía descubrió que la mochila contenía drogas, dinero y algunos objetos usados para vender drogas como una balanza digital y un teléfono.

Además, confirmaron que había una orden de arresto pendiente en su contra.

El hombre fue llevado a juicio y condenado a tres años y un día de prisión por tráfico de drogas en pequeñas cantidades.

Él apeló la sentencia, alegando que simplemente pasar la mochila no era prueba suficiente de estar haciendo algo ilegal y que la policía no tenía razones para pensar que él estaba cometiendo un crimen.

Sin embargo, la Corte Suprema revisó el caso y decidió que los policías sí tenían motivos para actuar como lo hicieron.

La Corte explicó que la forma en que el hombre actuó al ver a los policías y el hecho de que intentara ocultar la mochila eran señales de que podría estar involucrado en algo ilegal.

Por esto, confirmaron la condena inicial, dejando claro que las acciones del hombre y la evidencia encontrada justificaban la decisión de los tribunales.