El odontólogo de la Clínica de Ortodoncia Lingual DHP, David Hernández, explica cómo el tratamiento de la ortodoncia lingual permite corregir problemas dentales permitiendo, a su vez, que los pacientes no sientan vergüenza al sonreír, mejorando su autoestima.

La ortodoncia lingual consiste en que "los brackets y alambres se colocan en la parte posterior de los dientes, es decir, en la superficie interna de los dientes, hacia la lengua", haciendo prácticamente invisible la intervención, a diferencia de los brackest normales, detalló el especialista.

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Uno de los beneficios de este tratamiento es que puede corregir varios problemas simultáneamente, como "maloclusiones, apiñamiento, diastemas (espacios entre los dientes) y problemas de alineación", destacó Hernández.

Sin embargo, la recomendación siempre será ser evaluado por un especialista ortodoncista para indicar qué tipo de ortodoncia lingual es la mejor para cada caso. 

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Son muchas las personas que no se atreven a sonreír por algún problema de salud dental o bucal y este tratamiento podría mejorar su autoestima.

Sin embargo, algunos pacientes tienen dudas acerca de este tratamiento, como por ejemplo, la intensidad de dolor. Para responder a esta interrogante, Hernández menciona que dependerá de cada persona, al igual que en un procedimiento de ortodoncia común.

Al inicio, se puede sentir dolor o cierta molestia, pero esta se puede tratar con analgésicos recetados por el ortodoncista, indicó el especialista.

Otra de las preocupaciones de los pacientes es si, una vez realizada la ortodoncia lingual, esta podría generar problemas de dicción, lo cual es verdadero pero a medias, ya que al principio puede ser incómodo, sin embargo, "la mayoría se adaptan en un par de semanas y recuperan su dicción".

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Se dice también, que el uso de brackets propicia la aparición de caries, pero esto dependerá de la frecuencia y la intensidad con que la persona cepille sus dientes, "dado que los brackets están en la parte interna de los dientes, pueden ser más difíciles de limpiar, lo que podría aumentar el riesgo de caries si no se mantienen buenos hábitos de higiene". 

Otras de las preocupaciones de los pacientes, es sobre la duración de la ortodoncia lingual. Hernández explica que es casi similar al tiempo que requiere una ortodoncia común, es decir, cerca de 18 a 36 meses.

Pero insiste en que "todo depende del tipo y la gravedad de la maloclusión que se esté corrigiendo, así como de la respuesta del paciente al tratamiento".

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