En la interna de los partidos y en el Congreso, el diagnóstico es prácticamente unánime: es necesario reformar el sistema político lo más pronto posible. La atomización de las fuerzas políticas y la dificultad que han tenido los últimos gobiernos para llevar adelante reformas han puesto en alerta a diferentes actores políticos que —por canales informales— ya han comenzado a dar la discusión sobre cómo y cuándo ingresar la reforma que se haga cargo de la “ingobernabilidad” del Congreso. 

Al día de hoy, en el registro del Servicio Electoral (Servel) figuran 25 partidos políticos constituídos. De ellos, 22 tienen representación en el Congreso, de los cuáles cinco no están afiliados a una coalición. Asimismo, en la Cámara, hay 9 diputados en condición de independientes, mientras que en el Senado hay tres parlamentarios sin partido político. 

Esta fragmentación, dicen voces del Congreso, ha dado paso a un escenario de poca acción para el Ejecutivo, que constantemente debe negociar con muchos actores independientes con intereses personales, a la vez que dificulta construir mayorías a las coaliciones. 

Por lo mismo, diferentes partidos ya han comenzado a idear fórmulas para llevar adelante una reforma al sistema político. Una de las propuestas más avanzadas, es la que presentó el equipo de expertos de la DC. 

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Diagnóstico

Tomando como base la propuesta de los comisionados expertos del segundo proceso constitucional, el documento elaborado por los constitucionalistas de la falange menciona que “el debate constitucional dio cuenta de que es urgente hacer reformas al sistema electoral y al sistema de partidos en Chile, para efectos de fortalecer la democracia”.

En ese sentido, el principal diagnóstico que hace el documento es que “tenemos un sistema de partidos altamente fragmentado, con partidos políticos débiles y atomizados, lo que afecta la gobernabilidad democrática y la estabilidad política”. 

“Las bancadas parlamentarias no cuentan con la estructura ni el orden partidario necesario para garantizar los votos una vez obtenidos los acuerdos a nivel de partidos. Esto genera una progresiva ineficacia del sistema para tramitar, aprobar y despachar proyectos de ley, ya sea que se inicien en mensajes presidenciales o en mociones parlamentarias”, agrega el escrito. 

Propuestas

En respuesta a esta crisis en el sistema parlamentario, el grupo de constitucionalistas DC propone tres medidas para contener la situación: prohibir los pactos electorales, creación de partidos nacionales y sancionar a parlamentarios que renuncien a su militancia. 

Respecto al término de los pactos electorales, el documento expone que “el problema de fondo, lo que explica la excesiva fragmentación partidaria, son los pactos electorales (y las excesivas facilidades para formar partidos). Si se eliminan dichos pactos, se obtendrá como resultado un número acotado y razonable de partidos con representación parlamentaria, al igual que en los años 60 y 70”. 

Asimismo se señala que “junto con esta prohibición de pactos electorales, hay que perfeccionar el sistema multipartidista”, para lo cual el grupo DC propone que “se establezca que los partidos deben ser de carácter nacional, es decir, para existir deben constituirse en todas las regiones”. 

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Por último, en cuanto a los parlamentarios que son electos por un partido y luego renuncian, el documento indica que “existe una normalización de la indisciplina partidaria, asociada a una débil regulación de la vida interna de los partidos, y de la relación de estos con las bancadas parlamentarias, entre otros aspectos”. 

“Proponemos que el parlamentario que renuncia a su partido, pierde su escaño parlamentario. Por lógica, esta sanción es sólo aplicable a afiliados y no a independientes declarados por un partido. En el caso de expulsión, y a fin de evitar el abuso de este mecanismo, debe garantizarse en la ley y en la práctica interna de cada partido el debido proceso”, añade el documento. 

Consultado por El Desconcierto, el presidente de la DC, Alberto Undurraga, sostiene que este escenario de fragmentación ha dificultado llegar a acuerdos en materia de pensiones, seguridad o salud. “Los sistemas que funcionan bien son sistemas que tienen menos partidos y de alguna manera facilitan los acuerdos”, dice Undurraga. 

En esa línea va la propuesta de terminar con las coaliciones, propuesta que va más allá de establecer un umbral de 5% para que los partidos ingresen al Congreso, como se proponía en el Consejo Constitucional. 

“Esto es mucho más radical que el umbral del 5%. Porque el umbral del 5% siempre permite, por la vía de negociación, que partidos que no cumplen el umbral logren una cantidad parlamentaria y finalmente terminas con muchos partidos. El terminar con los pactos obliga a los partidos pequeños a fusionarse con otros. Y de esa forma poder participar en la elección”, explica el timonel DC. 

Sobre la discusión de achicar la Cámara Baja —cómo se discutió en el Consejo Constitucional— Undurraga comenta que “ no creo que sea el camino, porque la reducción a lo que apunta es a bajar la representatividad. Pero por supuesto están todos los temas abiertos”. 

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