En un partido que tenía como epicentro la batalla por la Supercopa de Arabia Saudita entre Al-Hilal y Al-Ittihad, la emoción y la competencia deportiva se vieron ensombrecidas por un acto de violencia sin precedentes en el mundo del fútbol.

Tras la victoria del Al-Hilal por 4-1 sobre el Al-Ittihad, un incidente perturbador sacudió el encuentro cuando un hincha del equipo perdedor, en un ataque de ira, golpeó al futbolista Abderrazak Hamdallah con un látigo.

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El partido, que evidenció una vez más la supremacía del Al-Hilal en el fútbol saudí, fue testigo de una agresión repentina que ha generado conmoción a nivel global. Hamdallah, delantero marroquí, fue el blanco de la brutalidad de un hincha luego de que éste le arrojara agua de una botella durante la celebración.

La reacción del seguidor fue desproporcionada y alarmante. Utilizando un látigo, el agresor golpeó repetidamente al jugador, mientras éste intentaba acceder a la grada junto con otros miembros de su equipo. La rápida intervención del equipo de seguridad evitó que la situación escalara aún más, pero el impacto del incidente ya se había extendido.

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El Al-Hilal se coronó campeón de la Supercopa de Arabia en un partido que quedará marcado por esta lamentable agresión. A pesar del desenlace deportivo, la atención se desvió hacia la seguridad en los estadios y la protección de los jugadores frente a acciones violentas de los hinchas.

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