Un estudio internacional liderado por la Dra. Beáta Bőthe de la Universidad de Montreal, Canadá, y publicado en la revista científica Addiction, arrojó luz sobre el uso problemático de la pornografía en diferentes países y grupos demográficos.

Más de 82 mil personas de 45 países, con una edad promedio de 32 años, participaron en la investigación, que contó con la colaboración de académicos de la Universidad de Tarapacá en Chile.

Según el artículo publicado por la revista, el 3,2% de la población a nivel mundial está en riesgo de desarrollar un uso problemático de la pornografía, una cifra que, según Gonzalo Quintana Zunino, profesor asistente de la Escuela de Psicología y Filosofía de la Universidad de Tarapacá, es tan prevalente como muchos otros trastornos mentales.

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En el caso de Chile, las estimaciones del estudio sugieren que entre un 2,7% y un 23,3% de la población está en riesgo de tener un uso problemático de la pornografía, cifras que superan la media mundial.

Quintana explicó que los hombres y las personas de diversidades sexo-genéricas presentan los índices más altos de este problema.

Este comportamiento puede llevar a una auto-percepción de adicción a la pornografía, aunque este término no está reconocido como diagnóstico.

El uso problemático de la pornografía se considera una manifestación común del trastorno del comportamiento sexual compulsivo, que se ha conocido con varios nombres a lo largo de los años, como hipersexualidad, adicción sexual y trastorno del deseo sexual excesivo.

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El psicólogo de la Universidad de Tarapacá acotó que “la masturbación y el consumo de la pornografía no son problemas inherentes. Al igual que comer comida chatarra, una que otra vez no hace nada mal. El problema viene cuando se vuelve fuera de control. Para las personas, es un problema porque comienza a afectar negativamente otras dimensiones de su vida. Para la sociedad, es un problema tener individuos que sufren de afecciones de salud mental tal y como lo sería cualquier otra”.

El especialista explicó que “el estudio del trastorno de conducta sexual compulsiva, y su síntoma más característico, el uso problemático de la pornografía, es uno de los temas candentes más recientes en la investigación sexual. Por ende, y dado su novedad, hay mucho por estudiar. Por ello, la investigación transcultural es de vital importancia para poder determinar diferencias y similitudes en cómo se manifiesta este trastorno entre distintos países y personas”.

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