En vista de la gran pérdida agrícola y los cortes de agua que han sufrido varias comunas de Coquimbo producto de la sequía se presentó un proyecto para reutilizar las aguas servidas que hoy terminan en los emisarios submarinos.

La grave sequía que afecta a la región de Coquimbo ha provocado que se tomen medidas poco convencionales para recuperar las tierras estériles, ya que tiene el 50% de sus terrenos cultivables en esta condición. Para peor: Hoy en día sus reservas de agua son sólo del 6%.

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Para esto, se proyactan utlizar las aguas residuales de hogares e industrias. De esta manera se ahorrará agua para regadío y reducirá la contaminación en el mar, ya que el 22% de las aguas servidas terminan ahí a través de los emisarios submarinos, principalmente de La Serena y Los Vilos.

Se está hablando de 259 millones de metros cúbicos por año que se pueden recuperar, disminuyendo la brecha hídrica el 10% si no se desperdicia nada. Para esto, se incorporará una tecnología que busca rescatar esas aguas.

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El proyecto del presidente de la Comisión de Recursos Hídricos de la Cámara, el diputado Víctor Pino (partido Demócratas Chile), busca transformarlo en política del Estado para que las empresas sanitarias estén obligadas a implementar esta tecnología y darle el máximo uso al agua.

El proceso permitiría en el futuro el uso de tecnologías que permitan procesarla para que sea potable.

“Hoy día no existe ninguna política pública por parte del Estado para enfrentar la crisis hídrica ni para el re uso de aguas residuales. Nos han vendido la pomada con las aguas grises durante años, y nunca se ha dado certezas ni soluciones, cuando lo que se debe hacer es reutilizar todas las aguas que se tienen a disposición”, enfatiza.

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Sequía en Coquimbo

Los más de 30 años de sequía en Chile se han ensañado con la región de Coquimbo. Como ejemplo, La Serena alcanza el 85,9% de déficit de lluvias con apenas 12,8 mm de agua caída hasta diciembre del 2023, según Center for Climate and Resilience Research.

La situación es más crítica en comunas rurales, donde se sufre de cortes de suministro y de insuficiencia de camiones aljibe, para cubrir sus necesidades en la agricultura, los animales y su propio consumo.

Ejemplos significativos son la comuna de Combarbalá, donde el déficit de precipitaciones alcanza el 80,1%. Por otro lado, en Illapel la cifra bordea el 71%. En el caso de Limarí, se estima que a partir de julio no contarán con agua potable ni para consumo humano, a menos que se logre un acuerdo con la Sanitaria Aguas del Valle.