Tal como sucedió hace unas décadas atrás con la comida china, los platos peruanos se han adaptado al paladar nacional y existen algunos como el cebiche que, por ejemplo, se encuentran en cualquier local que abastezca a sus clientes con productos marinos.

Del boom de comienzos de siglo hasta ahora, los números de la comida peruana asombran: solo en Santiago se encuentran más de 400 restaurantes del estilo y esa cantidad, por cierto, ha hecho que muchos de ellos sean de una calidad muy inferior a la que hubo en sus inicios.

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Raúl Landeo es un cocinero peruano de la primera ola. Llegó a Chile en la década de los 90 cuando la comida de ese país era un secreto apenas conocido por chilenos que acostumbraban a viajar a Lima o a Cuzco. Pronto se independizó y abrió Alto Perú, un tradicional sitio de platos peruanos especialmente alabado por sus preparaciones frías.

Ese local funcionó como una escuela que irradió peruanidad en distintas direcciones. Landeo, en tanto, siguió su propio camino y, desde hace más de diez años, ocupa una casona con estacionamiento en José Miguel Infante, en Providencia. Con el oficio de los old school, Donde Landeo es una extensión de los primeros pasos gastronómicos de su dueño.

Los platos como el piqueo frío siguen marcando tendencia y adhesión en los comensales. La habitual copa de camarones con palta y cubierta con una salsa golf igual es protagonista cuando se acompaña en porciones menores por un pulpo al olivo fresco, un cebiche mixto de camarones y pescado cubierto por un ají amarillo que le otorga un pequeño picor que compite con el tiradito aliñado con jaiba y salsa de perejil. Como aperitivo para compartir entre tres personas es más que suficiente.

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La atención, preocupada, pero no invasiva de los restaurantes peruanos, es otro sello. Una garantía que solo dan los años de circo. Así como los platos fríos son para ir a la segura, las preparaciones calientes bajan un cambio, pese a que mantienen la sazón. El chupe de camarón, aunque de sabor intenso, tiene demasiado caldo y adolece de papas, un producto muy estimado en la canasta familiar chilena.

Para el maridaje, el pisco sour y los vinos blancos que sugiere el garzón linkean a bien con los platos. Donde Landeo no es un centro de experimentación made in Perú como hemos visto en locales de aparición reciente, que buscan reinventar el sabor incaico con nuevos ingredientes.

La sobriedad es su característica palpable. Hay dedicación en lo que se cocina y aunque conservador en su propuesta, es un sitio que, pese a sus años, no disminuye en calidad ni pericia gastronómica.

Donde Landeo /José Manuel Infante 1020 / Lunes a sábado de 12.30 A 20.30 horas / Consumo promedio por persona: $30.000