
Lo que dejaron los Panamericanos, Parte I: Fiu, marca Chile, unidad e imagen de Boric
Puras cifras y balances positivos dejaron los Juegos Panamericanos Santiago 2023, aún cuando se pensó que la infraestructura no iba a estar lista, y considerando el complejo clima político en el que se dieron. Pero la gran estrella no fue un atleta, ni una autoridad: fue Fiu, el corpóreo que materializó el éxito panamericano.
Precisamente esa es la función de un corpóreo, representar al país y toda la emoción deportiva, de una forma que provoque simpatía ciudadana. Una tarea que no es fácil, pero que el sietecolores pudo concretar con “ternura”, “honestidad”, y “representando buenos valores”.
Así lo ilustran tres expertos en comunicación y publicidad, que en conversación con El Desconcierto ahondan en el fenómeno panamericano y el gran cariño con el que Fiu será recordado.
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Mejora la imagen país, que antes era “muy mala”
De acuerdo con Claudio Lagos, director de la Escuela de Publicidad de la Universidad Diego Portales (UDP), la “marca” Chile “se ha visto fortalecida en los públicos internos y externos” gracias a estos Juegos Panamericanos.
“En términos nacionales se refuerza esa característica idiosincrática de llegar a última hora con todo, pero, al fin y al cabo, llegar. Y sin desteñir”, opina.
“Por otro lado, los efectos de la cobertura internacional ayudan a dejar atrás la percepción caótica de los índices de victimización, ofreciendo la representación de un país capaz y una sociedad medianamente ordenada y segura”, agrega el experto.
Además, “en esa línea, las imágenes de los autobuses de dos pisos y el Metro puerta a puerta entre la villa panamericana y el Estadio Nacional, prevalecen a las goteras del gimnasio de Sausalito que terminaron resultando anecdóticas”.
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“En septiembre se hablaba de los plazos para tener los recintos listos. Hoy se habla del amor por Fiu y la posibilidad de ser sede de unos -imposibles- Juegos Olímpicos. La postal es bella”, comenta el publicista.
La académica de la Universidad Andrés Bello (UNAB) y miembro de la Red de Politólogas, Daniela Campos Letelier, coincide en que “sin duda mejoró la imagen país”.
“Los Juegos Panamericanos vinieron a demostrar que Chile cuando hace una política seria y se compromete con aquella, y no sólo participa el Estado sino que también los privados con un mismo objetivo, los resultados pueden ser muy buenos y eso fue lo que sucedió”, señala.
“También lo relevaron los deportistas extranjeros que mostraban en sus Instagram dónde se estaban quedando, la comida que comían, incluso destacaron el Metro, entonces creo que la organización tuvo la capacidad de capitalizar” aquello, añade.
“Mejoró mucho la imagen del país, así como también la imagen del Presidente Boric que cada vez que iba lo ovacionaban, por ejemplo, y además su aprobación después de los Juegos Panamericanos fue una de las más altas que ha tenido desde que es Presidente”, destaca.
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Por su parte, Mario Álvarez, doctor en Comunicación Política de la Universidad de Leeds y académico de la Universidad Alberto Hurtado (UAH) concuerda en que mejoró la imagen país dentro de Chile, pero porque normalmente “tenemos una imagen país muy mala”.
“Tenemos una muy mala imagen en general del país y eso se ve en distintos relatos. Hay una sensación de que el país no es capaz de hacer nada bien y que nada le sale bien hace rato. Como que no crece, no es capaz de sacar una constitución, le está yendo mal en las eliminatorias del fútbol, no es capaz de poner un equipo bueno en el mundial”, ejemplifica.
“Entonces, que haya salido esto bien es probablemente lo más fuerte para todos, porque además el ánimo antes de los Panamericanos respecto de los Panamericanos era que obviamente todo iba a salir mal. Porque todo sale mal. Y de repente nos encontramos con que las cosas salieron bien y se veía todo muy bonito además”, agrega.
“Los paisajes se veían muy bonitos, las tomas se veían muy bonitas, la ceremonia de inauguración, si bien fue obviamente humilde porque no hay mayor presupuesto y punto, salió bien, todo salió bien en el momento, salió bonito”, reitera el experto.
Chile, país de corpóreos
Respecto al famoso sietecolores y su popularidad, Claudio Lagos expresa que “definitivamente, Chile no es país de poetas: es país de corpóreos. Pero en esa liga no triunfa cualquiera. Lo hacen aquellos que conjugan ternura, simpatía y un nombre especial. En este caso, tan musical como memorable”.
De acuerdo con el académico, “hay dos aspectos más que podrían explicar su éxito. Por un lado, es un icono verosímil. Es decir, similar al pájaro sietecolores en que se inspira. Y por otro, su forma permite la adaptación natural como peluche. Con eso, el círculo de la ternura se cierra”.
“En tanto mascota oficial, Fiu es a los corpóreos como los memes de gatos al Instagram. Es decir, un fetiche irresistible capaz de encantar a grandes y chicos, incluido al Presidente. Tal vez la devoción fanática por esta mascota se explique por un pueblo cansado de violencia y deseoso de cariño. Tal vez”, opina.
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Ciudadanía ávida de héroes
Para Daniela Campos, es “muy peculiar que un corpóreo haya unido a un país y haya generado tanta simpatía y adhesión, pero por otro lado creo que eso se deriva directamente a que la ciudadanía está ávida de héroes, de representantes, de personas o de un corpóreo que represente valores, que represente a Chile, que muestre unión en el fondo y no peleas chicas ni zancadillas”.
“Creo que eso fue lo que sucedió con Fiu, que pudo capitalizar todo eso y bueno hoy día es uno de los personajes más queridos”, agrega.
Para la académica, el pájaro “es un personaje que responde a las demandas ciudadanas de una unión fraternal y un representante de los buenos valores, no en el sentido moralista ni conservador, sino valores de un buen comportamiento ciudadano”.
“Creo que Fiu lo hace muy bien además, es un pájaro chileno que releva los atributos también de la fauna chilena, entonces tiene todo para ganar”, explica.
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Finalmente, Mario Álvarez opina que el éxito de Fiu está directamente relacionado con el éxito de los Juegos Panamericanos, puesto que “no hay que perder de vista que es un corpóreo y por lo tanto está hecho para materializar ciertos valores, ciertas ideas, y probablemente lo que le tocó a Fiu es que la sociedad le asignó a este pajarito todo eso de que salió todo bien y que las cosas se hicieron con cariño”.
“Creo que por eso despierta simpatía y adhesión, porque cae en un contexto de mucho pesimismo, de mucha crítica al funcionamiento del país y de repente sale algo que salió además en muy buena onda, con mucha honestidad. Y la honestidad no es un valor que hoy día esté muy reconocido en el mando público, entonces se valora mucho”, agrega.
“La gente le tomó cariño a los Panamericanos, entonces meterse con los Panamericanos es como meterse con algo que es una de las pocas cosas que nos hace sentir orgullosos. Y meterse con Fiu es meterse con los Panamericanos, entonces quedó compleja esa relación”, concluye.