VIDEO| Rey Carlos III es coronado de manera histórica y saluda a su pueblo sin Príncipe Harry
Ante la sorpresiva atención del mundo, una fuerte lluvia y un Príncipe Harry con casi ningún protagonismo en la familia real, este sábado fue coronado el Rey Carlos III de Inglaterra.
En una gran ceremonia llevada a cabo en la Abadía de Westminster, y en el momento más importante de este acto protocolario, el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, colocó sobre la cabeza de Carlos III la suntuosa corona de San Eduardo, del siglo XVII.
Tras colocarle la corona, el arzobispo gritó a la congregación "Dios salve al Rey", tras lo cual se escucharon trompetas.
Sentado en la silla de roble de San Eduardo, considerado el mueble más antiguo del Reino Unido y colocado sobre un piso de mosaico medieval, Carlos III fue coronado tras recibir las distintas insignias reales, que simbolizan las responsabilidades como el jefe de Estado británico hasta el día de su muerte.
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Al Rey se le entregó el orbe del soberano, que simboliza el mundo; el cetro con cruz, que representa el mundo cristiano; y el cetro de la paloma, símbolo del papel espiritual del monarca. Ataviado con una capa dorada, el primado de la iglesia de Inglaterra le entregó al rey el guante blanco del poder.
Por último, Welby le colocó la corona de San Eduardo, hecha en oro y decorada con rubíes, amatistas, zafiros, granate y topacios, la única vez en su vida que el monarca la llevará.
Antes, el monarca fue ungido con aceite consagrado por el arzobispo de Canterbury, el rito religioso más solemne de la liturgia de la coronación, que requiere que el monarca esté temporalmente oculto al público.
El soberano quedó velado por un panel de tela bordada con motivos de ángeles y un árbol con 56 hojas que representan a cada uno de los países de la Mancomunidad Británica de Naciones, bendecida en la Capilla Real del Palacio de St. James hace una semana.
Tras la ceremonia, el Rey Carlos y la Reina Camila salieron a saludar a su pueblo con toda la familia real, salvo el Príncipe Harry, quien estuvo todo el día relegado en su protagonismo, sentado varias filas atrás y se marchó apenas su padre tuvo la corona en la cabeza.