Daniella Cicardini (PS) atraviesa su tercer periodo como diputada. En las elecciones de 2021 fue escogida como primera mayoría en el distrito 4. Y el pasado 18 de abril fue elegida como presidenta de la Comisión de Pesca, instancia en que deberá enfrentar uno de los mayores desafíos de su carrera parlamentaria: encabezar el debate y tramitación de la nueva Ley de Pesca que el Gobierno tiene comprometida para este primer semestre.

La actual legislación, conocida como “Ley Longueira”, estuvo marcada por episodios de corrupción. Parlamentarios emitieron boletas ideológicamente falsas para favorecer a la gran industria pesquera, lo que terminó con la exdiputada Marta Isasi y el exsenador Jaime Orpis —ambos UDI— condenados por delitos de cohecho. Adicionalmente, Francisco Mujica, exgerente general de Corpesca, fue formalizado por entregar dineros para ser favorecido en la Ley de Pesca. “Se privatizó el mar”, denunciaban los pescadores artesanales cuando se aprobó la legislación en 2012.

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Con la intención de revertir dicha situación, la Subsecretaría de Pesca se comprometió a ingresar a fines de mayo una nueva Ley de Pesca a la comisión que tramita dicha materia con el fin de otorgar más “equidad” en las cuotas marítimas y fortalecer la pesca artesanal.

Para Cicardini, este proyecto no solo es una posibilidad de enmendar las condiciones del rubro, sino que debe ser una señal del Congreso a la ciudadanía; tener una nueva legislación dejando atrás el fantasma de la corrupción.

“Los estándares de probidad y de transparencia serán mucho más altos”, asegura la diputada en entrevista con El Desconcierto, añadiendo que la nulidad de la Ley Longueira fue una “señal política” ante el debate jurídico que levantó la decisión de la Cámara.

Asimismo, comenta uno de sus anhelos como parlamentaria y bióloga marina: legislar para crear el Ministerio del Mar.

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- Asumió recientemente como presidenta de la Comisión de Pesca. ¿Cuáles serán sus principales desafíos a la cabeza de esta instancia?

Creo que esta presidencia nos toca justo en un momento bien especial, sobre todo con un compromiso que adquiere el Gobierno, que es la deuda pendiente con la pesca en Chile y que dice relación con el ingreso de la nueva Ley de Pesca.

Es significativo el poder liderar justamente una discusión de esta índole porque tiene distintas aristas: hacernos cargo del tema técnico y que dice relación con los desafíos que tiene hoy día este rubro en Chile, dando una señal importante con respecto a la justicia, en este caso de la pesca artesanal versus la pesca industrial.

Pero por otro lado, también tiene una arista política y tiene que ver también con una ley corrupta, una ley cuyo origen fue una muy mala señal desde el Congreso; acá hubo parlamentarios que se relacionaron con intereses empresariales pesqueros, donde prácticamente les redactaron todas las indicaciones.

Eso nos da la oportunidad de tener una discusión de esta nueva Ley de Pesca para poder también reconstruir la confianza en las instituciones. La ciudadanía hoy día tiene una pérdida de credibilidad brutal con el Congreso nacional. Probablemente esto no va a ser limpiar la imagen del parlamento, pero sí es una señal en ese sentido.

- ¿Qué espera del proyecto que ingresará el Gobierno?

Yo esperaría en este proyecto de ley —que va a ingresar a fines de mayo, según nos informó el subsecretario de pesca Julio Salas— corrija lo que fue la ley Longueira, que generó una situación de perjuicio a la pesca. Ahí es donde nosotros tenemos que centrar nuestro esfuerzo. Porque la ley actual le entregó mayores privilegios a un sector minoritario de nuestro país, estamos hablando de siete familias a quienes se les benefició con el patrimonio de todos los chilenos y chilenas.

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Otro punto es tener mayores accesos a estos recursos naturales que son también tan importantes para la nutrición. Yo veía un estudio del año 2021 donde el consumo de productos del mar anualmente por persona es de 15 kilos y eso no puede ser teniendo más de 4.500 kilómetros de costa. Chile tiene que avanzar en la industrialización con el valor agregado y también debemos darle autonomía alimentaria, a través de nuestros recursos marinos, a los chilenos y chilenos.

También quiero hacer harto énfasis en esto, porque esta es una solicitud de larga data; que es mejorar las condiciones de los pescadores artesanales que son muy precarias. No cuentan con un seguro que responda a sus necesidades, ni tampoco cuentan con la cobertura de salud adecuada. Por lo tanto, la nueva ley debe ser algo que venga a subsanar una situación de precariedad laboral que viven los pescadores artesanales y además convengamos que la pesca artesanal es un patrimonio cultural, por lo que tenemos que cuidarla, apoyarla, protegerla y por supuesto entregarle mayores condiciones para que puedan seguir desempeñando esta actividad ancestral.

-¿Cómo el Congreso debería afrontar esta nueva discusión para darle señales a la gente de que no se va a repetir lo mismo que vimos hace unos años atrás con la tramitación de la ley vigente?

Necesitamos como Congreso dar una señal potente para poder recuperar la confianza de la ciudadanía en las instituciones. Yo no fui parte de la discusión cuando aprobó la Ley Longueira, pero sí me hago cargo y creo que todos los actuales parlamentarios tenemos que hacernos cargo justamente de poder cambiar y enmendar esta legislación.

La ley corrupta de pesca que existe actualmente afectó la democracia de nuestro país. Los parlamentarios que fueron elegidos en su minuto llegaban con las indicaciones redactadas por la misma industria. Entonces, la discusión de esta nueva ley de pesca puede ser una oportunidad quizás, no para recuperar la valoración del parlamento, pero sí para poder dar una señal justamente en ese camino correcto.

- ¿Cómo va a ser el mecanismo para conversar con los grupos económicos involucrados?

Los estándares de probidad y de transparencia serán mucho más altos. Ya me han llegado y hemos recibido muchas solicitudes por la Ley de Lobby, peticiones de reuniones de privados. Como presidenta he adoptado un criterio que es que a esos actores los vamos a escuchar en la comisión. Eso es lo correcto y es la política que voy a adoptar. No va a haber espacio para poder hacerlo fuera en otro un lugar.

La Comisión de Pesca es el lugar adecuado porque primero es público, segundo es televisado y tercero, es el espacio democrático para poder escuchar legítimamente las opiniones de un sector y otro y no que quede reducido entre cuatro paredes en una oficina, reunión a puerta cerrada, en donde se vaya a malinterpretar y se vayan a sacar conjeturas erradas en las que el día de mañana pueda perjudicar la legitimidad del proceso que hace el Congreso.

[caption id="attachment_833465" align="aligncenter" width="900"] Daniella Cicardini, presidenta de la Comisión de Pesca[/caption]

- Si bien el Gobierno ha impulsado un proceso de diálogo con sindicatos y organizaciones vinculadas a la pesca artesanal, dirigentes han considerado que estas instancias han sido insuficientes. ¿Cómo aspiran a darle voz e incidencia a estos actores?

Creo que es muy necesario el diálogo, la conversación, las mesas de trabajo, diálogo y más diálogo. Si bien es cierto se hizo por parte de la Subsecretaría de Pesca, y nosotros también valoramos que esa sea la forma para poder recoger las distintas opiniones de los distintos sectores para poder formular una propuesta que se ingresará al Congreso, todo esto es perfectible.

Las iniciativas legales se pueden mejorar y perfeccionar. En ese contexto, nosotros creemos que la comisión será un buen espacio de segundo diálogo para reforzar justamente esas voces que nacen desde los territorios, que son los pescadores artesanales, ya sean algueros, recolectores de orillas, buzos mariscadores, etc. Eso va a definirse una vez que nosotros podamos tener el texto en nuestras manos y podamos revisarlo.

Nosotros vamos a dar garantía de que se pueda discutir con los tiempos que sean necesarios, tomarnos los plazos para poder escuchar a todos y todas. Es una oportunidad que no podemos desaprovechar, no nos podemos farrear de discutir una nueva Ley de Pesca de manera transparente, de manera que dé garantía para todos los sectores y que obviamente responda a los intereses sobre todo de la pesca artesanal que han sido los más perjudicados después de la implementación de la Ley Longueira.

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- Las mujeres también están insertas en el rubro de la pesca, mayoritariamente como recolectoras. Dirigentas han denunciado discriminación machista. ¿Cómo deberían incluirse las garantías para estas trabajadoras?  

Nosotros hemos sacado varios proyectos en la línea de poder dar mayores espacios a mujeres pescadoras, un rubro que durante muchos años ha sido terriblemente machista, no sólo esta actividad productiva.

Yo soy de Atacama y hay mitos que uno escucha desde pequeña. Te repetían que cuando una mujer se metía en el mundo de la minería, la mina se enojaba y se derrumbaba. En la pesca pasa lo mismo, te decían que cuando una mujer se subía a las embarcaciones la mar se enojaba y no te entregaba los recursos en bonanza.

Eso ha ido generando estas discriminaciones al interior de esta actividad. Ahora, de a poquito, se han ido sensibilizando las posturas. Creo que cada vez hay mayor conciencia, se han abierto los espacios, se han generado estas aperturas, así yo lo he constatado en el mismo territorio.

En Freirina se conformó también sindicato de mujeres donde han tenido encuentros nacionales e internacionales. Yo sé que Sara Garrido ha cumplido un gran liderazgo, ella es de la zona sur de nuestro país que ha tomado esta aposta de poder visibilizar también las dificultades que han tenido las mujeres en el sector de la pesca.

Entonces, yo aspiro y tengo como expectativa que se vea a reflejado el compromiso de este gobierno en tener perspectiva de género en la nueva ley de pesca para justamente ser coherentes con el programa de gobierno y con el discurso que ha tenido el Presidente de la República.

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Nulidad de Ley de Pesca y Ministerio del Mar

- ¿Considera que la nulidad de la Ley de Pesca fue una señal política más que una medida en concreto?

Es cierto que nulidad de la Ley de Pesca tiene complejidades jurídicas, porque en estricto rigor la aplicación de la nulidad ha tenido varias interpretaciones. Una es que nos quedamos sin ley y la otra es que nos quedamos con la última modificación.

Para ser bien sincera, creo que eso fue una señal política.

Fue también la necesidad del Congreso de poder dar una señal hacia la ciudadanía con respecto a una ley que tiene su origen corrupto y que no sólo generó un daño para la credibilidad de la institución y de los procedimientos legislativos, sino que además tuvo implicancias en lo que generó la ley propiamente tal.

- ¿Qué importancia tendría que se concretara una institución como el Ministerio del Mar?

Creo que ese es un tema pendiente que tiene el Estado de Chile. Es necesario que discutamos cómo le damos relevancia a una actividad productiva como es la pesca.

Hoy existe el Ministerio de Agricultura y de Energía, y creo que Chile no se puede quedar atrás en esto. Tenemos un tesoro verde, los recursos marinos son renovables, a diferencia de los minerales, que son limitados.

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Ahí hay un futuro próspero, sustentable y en el que Chile puede ser pionero en cómo podemos sacarles provecho. Y no solo me refiero a los peces, sino que además las algas, que es un recurso muy bien visto por Corea o China, que son países que tienen mucha claridad de las propiedades de estos productos.

Ese futuro no solo tiene que ver con la extracción, sino que también con darle valor agregado.

- También supondría una mejora institucional en cuanto al rubro de la pesca y el portuario...

Claro, podríamos llamarlo Ministerio del Mar, o de Recursos Marinos, pero lo importante es que tengamos una institución que ayude a reordenar los distintos servicios. Porque hoy la pesca tiene que hablar con obras portuarias, gobernación marítima, con el Ministerio de Economía; hay un desorden de instituciones.

Entonces una nueva institución nos ayudaría precisamente a reordenar canales de información, de competencia, planificación, coordinación, y un gran etcétera. Porque hoy los organismos hablan por separado, y no existe una coordinación, no existe una estrategia de por medio. ¿Por qué no somos capaces como Estado de Chile de poner el foco también en nuestras costas?