Cambio de hora: ¿Cómo enfrentar los cambios y efectos del horario de invierno?

Por: Kathia Cancino Rojas | 01.04.2023

Evitar las pantallas y los distractores nocturnos y realizar actividad física son algunas de las recomendaciones que podrían ayudar a afrontar el cambio de hora de una mejor manera. Revisa los detalles a continuación.

Como todos los años cuando se avecina el horario de invierno, se desata una pequeña polémica entre aquellas personas disgustadas porque el nuevo uso horario adelanta el atardecer, y aquellas que prefieren tener una hora más de luz en las mañanas.

Y es que el dolor de cabeza, la irritabilidad e incluso el insomnio son algunas de las consecuencias sufridas por algunas personas con esta medida, quienes podrían ver afectada su salud si no toman las precauciones correspondientes.

"Aquello que parece un beneficio, se podría transformar en un riesgo si genera síntomas como variación en el estado de ánimo, irritabilidad, insomnio, dolor de cabeza y disminución del apetito, por nombrar algunas", advierten desde el Instituto de Seguridad Laboral (ISL).

Lo anterior tendría una explicación sencilla: adaptarse a los cambios en los hábitos de sueño es difícil para el cuerpo, porque el reloj interno sigue su marcha independiente del horario de verano o de invierno.

"Higiene del sueño"

Para favorecer el descanso óptimo de las personas, desde el ISL recomiendan tener una adecuada "higiene del sueño", centrándose en favorecer un ambiente de descanso tranquilo, con temperaturas agradables donde se privilegie la oscuridad.

Asimismo, desde el organismo aseguran que es importante evitar los elementos y acciones distractoras del reposo, para tener un descanso adecuado, como las pantallas luminosas, la música e incluso la lectura.

Entre las recomendaciones también se encuentran realizar ejercicio, lo que ayuda a liberar endorfinas y mejorar el estado de ánimo, evitar la cafeína y el alcohol antes de dormir y mantener una rutina diaria regular para "acostumbrar el cuerpo" al nuevo uso horario.

Eso sí, desde el ISL aseguran que el proceso de adaptación al horario de invierno no debería durar más de diez días, luego de que el organismo se adecúe a las nuevas condiciones ambientales.