Ministra Yarza: “Vamos a doblar la formación de especialistas para el final del gobierno”
La presentación del Copago Cero del gobierno la semana pasada, medida que beneficiará a casi seis millones de personas que se encuentran en los tramos C y D de Fonasa, fue alabada hasta por el director de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, quien la calificó de “un gran paso”.
No obstante, y luego de esa “semana redonda” como la describe la ministra María Begoña Yarza, vinieron unos días bastante difíciles para la timonel de la cartera de Salud.
Todo partió el lunes en la Cámara con la interpelación, a cargo de la diputada Ximena Ossandón (RN), donde la pediatra respondió a las críticas por el manejo que ha tenido esta administración de la pandemia y la comunicación de riesgo. Aun cuando para la secretaria de Estado esto fue “una oportunidad”, desde la oposición sólo han emitido juicios negativos al respecto.
En paralelo, el diario La Segunda publicó un artículo en el marco de su interrogatorio frente al Congreso, donde se desliza con cizaña que “tiene poco manejo político” y que su nombre surgiría de los primeros, incluso entre personeros de La Moneda citados en off, cuando se habla de un cambio de gabinete.
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Además, durante la interpelación, la doctora confirmó una quinta dosis de refuerzo contra el COVID-19. Aunque la estrategia está respaldada por especialistas y el Colegio Médico (Colmed), igualmente generó ataques a la figura de la ministra en redes sociales, en especial de parlamentarios del Partido Republicano.
Pero, si bien ha estado en el ojo de la polémica en los últimos días, no todo es negativo para Yarza, ya que recibió una carta con el apoyo de más de 400 mujeres, entre las que destacan exministras de la misma cartera de los gobiernos de Michelle Bachelet: Carmen Castillo, María Soledad Barría y Helia Molina.
En entrevista con El Desconcierto, la titular de Salud se refiere en profundidad al Copago Cero y hace una réplica a los cuestionamientos por las listas de espera y los “colapsos” que tendría el sistema, centrándose en las metas de su gestión y dejando atrás las discusiones políticas de esta semana.
Copago Cero, listas de espera y formación de especialistas
- ¿Cómo recibió las palabras del director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Dr. Tedros, quien celebró el anuncio del Copago Cero en Chile?
Yo le respondí, nosotros estuvimos allá, conversamos de estos temas, conversamos de la universalización de la atención, del sistema universal de salud.
Este es un espaldarazo para mí, en lo personal, pero es mucho más que eso. Es un espaldarazo para el ministerio y para el gobierno, y confirma que estamos dando aquellos pasos firmes y seguros hacia un estándar que la OMS y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) señalan al mundo, el de aquellos países que han resuelto de forma favorable la salud de las personas.
- Las listas de espera se dispararon durante la pandemia y ha costado bajarlas. Con la puesta en marcha del Copago Cero, ¿se van a sobrecargar?
En la gratuidad universal habían dos experiencias anteriores, una en el gobierno del Presidente Aylwin que instala gratuidad en la Atención Primaria de Salud (APS), y el segundo gran momento fue la gratuidad de todos los mayores de 60 años en el gobierno de la Presidenta Bachelet. En ninguna de las dos situaciones aumentó la demanda.
En esta, en lo particular, que beneficia a los tramos C y D de las personas afiliadas a Fonasa, el 70% de todas las prestaciones de este grupo hoy se realizan en la red pública. Entonces, esta idea de que se va a sobrecargar, es una idea basada no en los datos, ni en la información, ni en las experiencias anteriores, así que yo estoy muy tranquila.
- El senador Juan Luis Castro sugirió que esta medida debiera ir acompañada "de un gran plan para resolver las listas de espera". ¿Acoge esta recomendación?
Pero absolutamente. Es parte del programa de gobierno, lo que llamamos medidas de aumento de la productividad hospitalaria. Lo que vamos a hacer es aumentar la productividad porque tenemos que cerrar la brecha de atención, tanto en lo quirúrgico como en las especialidades. Esa estrategia ya comenzó y está dando frutos.
Puedo adelantarle que hay medidas ya exitosas en estos poco más de cuatro meses, en que hemos aumentado la productividad en establecimientos que llamamos centros de resolución. Ya tenemos siete, y lo que estamos viendo es que, si el promedio de las cirugías que hacíamos en 2019, sin COVID-19, era de 2,7 por pabellón, en estos centros de resolución regional estamos operando 5,6. O sea, ya comenzamos a cerrar esa brecha. Hoy ya tenemos un número de cirugías similares a las que tuvimos en 2019 en la misma fecha.
- El Presidente Boric reconoció que aún Chile adolece de un déficit de profesionales, sobre todo de especialistas. ¿El plan Copago Cero implicará un aumento de la dotación?
Lo que estamos haciendo tiene que ver con el fortalecimiento del sector, tanto en el número como en tener una mejor distribución nacional de los profesionales y técnicos de la salud.
Para el próximo año estamos apostando a una mayor formación, no sólo de profesionales médicos, sino que de otras profesiones de la salud, en un programa que se extenderá por cuatro años. En 2023 vamos a superar la formación que tuvimos en 2018 y 2019 en un 20%, y así sucesivamente hasta lograr doblar la formación de especialistas para el final de nuestro gobierno.
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“Mañalich fue ministro y conoce la institucionalidad”
- Se estima que el plan Copago Cero cuesta unos 21 mil millones de pesos. ¿Es efectivamente un gasto poco significativo para el Estado?
El presupuesto de salud es el 20% del presupuesto del Estado, el 22% algunos años. O sea, estamos hablando de una envergadura del presupuesto de salud inmensa para lo que es el presupuesto general del Estado. Cuando miramos estos 21 mil millones, no sólo lo miramos desde el punto de vista del presupuesto, sino que en cómo eso se expresa en el beneficio de las personas.
Cuando hablamos que una persona debe $3,5 millones ganando $550 mil, por Dios que es relevante. Lo otro es una dimensión económica, financiera. Nuestra dimensión tiene que ver con resolver los problemas de cinco millones de personas, esa es la gracia de lo que estamos instalando.
- El exministro Mañalich acusó que el plan "no se acoge al principio de legalidad". ¿Cómo toma sus palabras?
A mí me sorprendió que el doctor Mañalich señalara eso, porque él fue ministro y conoce la institucionalidad. Efectivamente, para tomar estas medidas, a nosotros el Ministerio de Hacienda, mediante un decreto, nos entrega el mandato para hacer esto, no necesita ley. A mí me llamó la atención que planteara eso, porque es algo relativamente conocido.
- Por otro lado, la exsubsecretaria Paula Daza dice que el énfasis debiera estar puesto en la Modalidad de Libre Elección (MLE) y que el Copago Cero "no tendrá un impacto importante en la población". ¿Qué le diría usted?
Quizás no ha visto algunos de los datos, pero lo que nosotros tenemos, los datos de Fonasa, son muy duros, son estadísticas muy buenas, y lo que hemos revisado a lo largo de los últimos cinco o seis años es que la red pública tiene alrededor de 110 millones de prestaciones. Fíjate que de eso, un millón son de ingresos hospitalarios, otro millón de cirugías, tres millones son exámenes de laboratorio, o sea, esa es la dimensión. Y en la red privada hay alrededor de tres millones de prestaciones de salud.
Entonces, cuando la doctora Daza plantea que esto debería ir a la MLE, yo quiero decir que estamos resolviendo un problema importante: el 70% de las prestaciones a las que acceden las personas en estos tramos (C y D).
[caption id="attachment_762567" align="aligncenter" width="1024"] FOTO: Flickr del Minsal[/caption]
El “santiaguino” dilema de las isapres
- Un estudio de la UNAB plantea que, ante un eventual fin de las isapres (al menos tal como las conocemos ahora) las listas de espera podrían aumentar hasta un 71,7%. ¿Coincide el Ministerio con ese diagnóstico?
Lo que pasa con el estudio de la UNAB es que parte de premisas que ellos mismos pusieron. Por ejemplo, que la libre elección ya no va a existir. Yo quiero decir que el camino hacia la reforma de salud es uno que será pensado, será discutido, nuestra propuesta de ley va a ir al Parlamento y ahí se va a enriquecer, conversando con todos los actores involucrados, como lo hemos hecho hasta ahora.
Las premisas de ese estudio no están, ni en el programa de gobierno, ni tampoco en la propuesta que nosotros vamos a presentar. Hay un principio para la reforma del sistema sanitario, que es que cualquier proceso de transformación tiene que cuidar a las personas, tanto si están en Fonasa como si están en isapres.
- Con la noticia del Copago Cero y con la nueva Constitución, en redes sociales se ha hablado harto de las isapres. Una de las afirmaciones es que el debate sobre ellas es un problema "santiaguino", que es centralista, ¿está de acuerdo con ese diagnóstico?
Una de las ideas que estamos plasmando y que hace 14 días nosotros presentamos, fue la universalización de la atención primaria, y partimos por regiones. ¿Por qué partimos por regiones? Porque ahí la respuesta sanitaria que tiene el mundo de las isapres es menor, ahí la respuesta sanitaria está en los hospitales regionales y los Centros de Salud Familiar (Cesfam).
Nosotros constatamos lo que señalan las personas en redes sociales, y generamos una propuesta que estamos revisando con un equipo técnico pero además con un consejo de exministros, de todos los gobiernos desde la vuelta a la democracia, porque creemos que la mejor respuesta sanitaria en regiones puede ser la de los Cesfam, y beneficiaría a un gran porcentaje de la población.
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La pandemia y el Plebiscito
- Algunos países europeos han optado por eliminar el uso de la mascarilla, incluso en medios de transporte y en espacios cerrados. ¿Chile debiera avanzar en esa dirección?
Este período de la pandemia hemos tenido una variante distinta que es el Ómicron, y las vacunas han permitido que, a pesar de la alta transmisión no tengamos la mortalidad que tuvimos en los brotes anteriores. Pero, lo que más hemos aprendido en la pandemia es que hay niveles de incertidumbre con respecto al comportamiento de las variantes del virus.
Hemos dado pasos en pos de ir normalizando, pero ahora, teniendo aún un brote activo, con alrededor de 8.000 casos semanales, me parece que no es un momento prudente para eliminar la mascarilla.
- El exministro Paris criticó que el gobierno "dejó de lado la pandemia porque están enfrascados en la disputa del plebiscito". ¿Cómo responde a esas acusaciones?
No, para nada. Nosotros estamos desarrollando varias estrategias. Tenemos más de 16 mil operativos de búsqueda activa de casos, una estrategia de vacunación fuera de los consultorios, y además vamos a los parques y a distintos lugares donde asisten las familias en diferentes horarios. También vamos a los colegios, donde combinamos vacunación con búsqueda activa de casos, y continuamos con el PCR aleatorio y la búsqueda de nuevos fenotipos en fronteras.
Lejos estamos de no estar instalando el tema de la pandemia, sobre todo en el tema de la prevención, el autocuidado y el cuidado colectivo. No sólo no es correcta la aseveración del exministro, sino que todo lo contrario: cada día hacemos más esfuerzos.
- Pero más allá de las palabras del exministro, ya hay una alta tasa de vacunación, y como usted dijo, no se debe usar mascarilla en espacios abiertos. ¿Hay un relajo en el manejo de la pandemia?
Es que estamos en otra etapa de la pandemia, por lo tanto la comunicación de riesgo es distinta, pero tiene que haber un plan al que hay que darle fuerza, pero sí, la etapa epidemiológica es distinta. Ninguna de las estrategias que aplicamos debe cesar o disminuir, porque es lo que nos permite justamente llevar una vida más normal.
- Y en lo referido al Plebiscito, en términos generales, ¿cuál es su apreciación de los capítulos que refieren a la salud en la propuesta de nueva Constitución?
Debo decirle que yo soy ministra de Estado, y en eso nosotros tenemos un instructivo en el que nos señalan que no debemos referirnos a la propuesta constitucional. Si yo digo que me parece, es sintonizar con un gusto o disgusto, y eso es muy cercano a manifestarse por una posición.