El “Chernobil chileno”: Quintero exige medidas más duras contra la industria contaminante
Cientos de personas se manifestaron este jueves para exigir mediciones más precisas y medidas duras contra el cinturón industrial de la bahía de Quintero-Puchuncaví, conocida como "el Chernobil de Chile", después de que esta semana más de 150 personas se intoxicaran en un nuevo peak de contaminación.
Elegida en 1958 como base para el desarrollo industrial, la bahía hoy es un espacio insalubre en el que se concentran 18 grandes fábricas a lo largo de una playa de ocho kilómetros convertida en lo que se denomina "una zona de sacrificio medioambiental", en el que los intereses económicos están por encima del derecho a la vida y la salud de los ciudadanos.
Escapes como el que el lunes vertió millones de partículas de dióxido de carbono a la atmósfera se repiten cada ciertos meses causado mareos, vómitos, cefaleas y dificultares respiratoria, y obligando a cerrar las escuelas, a interrumpir la vida diaria y a obligar a la población a refugiarse y protegerse en sus casas.
Contra esta situación y en protesta por lo que consideran una política permisiva de parte de las autoridades, varias organizaciones sociales se manifestaron hoy en la playa y en otros puntos de la bahía para pedir que las industrias asuman su responsabilidad y el gobierno las obligue a parar las máquinas de forma inmediata cuando ocurran episodios como el del lunes, que se repitió este miércoles.
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Un centenar de menores intoxicados
"Es terrible que se te intoxique un hijo, es terrible que a un niño le salga sangre de las narices, que se desmaye, que no sienta las piernas, que no sienta los brazos porque se expuso a la contaminación. Es una impotencia muy grande que sentimos las mujeres", comentó a Efe la vocera de Mujeres de Zonas en Sacrificio en Resistencia Quintero-Puchuncaví, Katta Alonso.
Con cerca de 50.000 habitantes, Quintero y Puchuncaví conforman junto a Coronel, Huasco, Mejillones y Tocopilla las cinco llamadas "zonas de sacrificio" que existen en Chile, territorios con gran concentración de industrias contaminantes pegadas a la población.
Habitar las "zonas de sacrificio" puede tener graves consecuencias para la salud de las comunidades; en ellas son frecuentes los episodios de intoxicación por residuos liberados al ambiente o varados en las playas, viéndose afectados además la biodiversidad y ecosistemas del lugar.
"Lamentablemente nos están matando, nos están intoxicando, esta semana llevamos dos (episodios) bastante grandes de niños, la semana pasada y antepasada también tuvimos. Esto viene sucediendo desde 2009 a la fecha", aseguró Alonso.
Intoxicaciones masivas y reiterativas
Hace poco menos de cuatro años se produjo en la zona una masiva emisión de tóxicos en la que fue una de las mayores crisis ambientales que se recuerdan en Chile: más 1.700 personas resultaron intoxicadas, entre ellas más de 1.500 niños, en un caso que aún no cuenta con culpables sindicados por la justicia.
La cuestión, como puso el miércoles de manifiesto el alcalde de Puchuncaví, Marcos Morales, no es solo que las medidas de emergencia sean laxas y las industrias sean reticentes a aplicarlas cuando es necesario.
Como denuncia el propio Morales y organizaciones como Greenpeace, el verdadero problema está relacionado con el sistema de medición de los índices de contaminación, que se hace de forma global y ayuda así a ocultar los peaks como el que la madrugada del lunes causó la nueva intoxicación y paralizó la vida de la comunidad.
Hay que "aplicar por 48 horas la paralización de los procesos productivos del cordón industrial cuando ocurre un máximo de contaminación, pero también "cambiar la normativa existente, puesto que no pueden seguir midiendo solamente tres elementos; dióxido de azufre, óxido de nitrógeno y los materiales particulados MP10".
"Porque eso significa que quedan otras 14 empresas del cordón industrial sin medición alguna", insistió antes de lamentar que cientos de niños tengan por ello que volver a quedarse de nuevo una semana sin escuela en un área empobrecida, con una de las tasas de aprendizaje más bajas de Chile.