Los desencuentros internos en el Frente Amplio

Los desencuentros internos en el Frente Amplio

Por: José Gabriel Feres | 17.04.2018
Confiamos que prime en el Frente Amplio la vocación de constituirse como opción acorde a los nuevos tiempos, impulsando una nueva forma de hacer política que convierta el desencanto y el descrédito de la mayoría de la población, en esperanza de cambio y de un futuro mejor.

Antes de entrar en el tema que señalamos en el título, primero una afirmación sobre lo que consideramos caracteriza a este momento histórico: hoy se esta expresando con toda su fuerza un fenómeno que ya era detectable como tendencia hace mas de 20 años, nos referimos a lo que algunos llaman “crisis de las instituciones”, pero que en definitiva es parte de un fenómeno de desestructuración general, que se manifiesta en los bloques regionales, en los estados nacionales y en sus instituciones; y que en sus límites mínimos ha llegado a las organizaciones sociales de base, al simple vecino y al individuo.

Muy sintéticamente destacamos, entre tantos otros posibles, tres campos de desestructuración: el político, el ideológico y el generacional. El Estado Nacional sufre por una parte por los localismos que se desgajan y por otra, es hoy mero instrumento del capital transnacional; las ideologías decimonónicas, no dan respuesta ni inspiran una acción coherente de los conjuntos humanos, porque ellas forman parte de un mundo que se va; las generaciones se abisman entre sí y se experimentan como si no contarán con un mismo pasado y, menos aún, con una coincidente visión de futuro.

En este marco global surge en nuestro país el Frente Amplio, de alguna manera remando en contra de esta tormentosa y destructiva tendencia histórica, pero también como germen de las respuestas que anuncian un nuevo momento.

No es de extrañar entonces que este intento que, aspira a representar a las nuevas generaciones, a desplegar una nueva forma de hacer política, a interpretar y construir las nuevas respuestas que nos plantean los desafíos de este complejo momento, pase por diferencias internas y dificultades en su proceso de conformación. Los hechos así lo demuestran.

Los primeros intentos de convergencia se dieron en los meses previos a la inscripción de las listas a las elecciones municipales de 2016. Los esfuerzos  realizados en esos momentos no dieron frutos y fue así como se presentaron diversas listas que representaron al sector en esa elección. Pero no obstante esto, algunos partidos y movimientos, continuamos trabajando, con visión estratégica y no electoral, la posibilidad de avanzar en un referente amplio que pudiera presentarse al país como una opción diferente a las de la Derecha y la Nueva Mayoría. Para la elección municipal se logro construir propuestas comunes, acuerdos de no confrontación en los lugares en donde coincidíamos con candidatos de distintas listas y de apoyo en aquellos otros en donde alguno no llevaba candidatos propios.

Terminada esa elección vinieron las conversaciones con otras fuerzas, intercambios no exentos de diferencias, pero que permitieron oficializar el nacimiento del Frente Amplio en Enero de 2017 con un número significativo de agrupaciones políticas y algunas organizaciones sociales. Hubo otras que no se incorporaron, ya sea, por no coincidir con los principios básicos acordados para ser parte de este conjunto, o bien, porque a la gran mayoría de las organizaciones no nos parecía que cumplieran con las condiciones acordadas.

El primer gran desafío de este bloque ya constituido, fue la construcción de una lista nacional que cubriera todos los distritos, regiones y circunscripciones a las elecciones a diputados, senadores y consejeros regionales, a realizarse en Noviembre de 2017. Las innumerables diferencias que hubo que superar y las tensiones que un acuerdo de este tipo conlleva, sólo gracias a imponernos priorizar la necesidad de respetar las posibilidades de todos a tener opciones reales de elegibilidad, hizo posible construir los acuerdos conjuntos y lograr los resultados que se obtuvieron como Frente Amplio en esta última elección.

El lograr cumplir con los requerimientos legales para poder realizar primarias presidenciales en el bloque y contar con la participación de dos personas dispuestas a cumplir con la función de ser voceros del conjunto como candidatos presidenciales, fue sin duda un logro significativo en el desarrollo y avance de la coalición. Todos sabemos las dificultades con que nos encontramos antes, durante y después de este importante hito (que dejó heridas que aún persisten), pero nuevamente el lograr que en todos prime lo conjunto, permitieron superar las diferencias y presentar un opción presidencial que supero el 20% de apoyo ciudadano y que estuvo  muy cerca de disputar la presidencia del país en una segunda vuelta.

La campaña en todos sus niveles tampoco estuvo exenta de dificultades y aun se mantienen diferencias de posiciones respecto a diversos temas, como el de relaciones internacionales por ejemplo.

Son muchos los ejemplos de situaciones conflictivas que es posible reconocer en este corto período de vida del Frente Amplio, nombramos sólo algunos, pero en todos los casos que hemos visto, ha sido la decisión de optar por poner el proyecto conjunto por sobre lo individual, lo que no sólo nos ha permitido la continuidad, sino que en cada oportunidad nos ha hecho crecer y fortalecernos.

Hoy tenemos posturas diferentes ante la conveniencia de participar en las comisiones impulsadas por el gobierno de Piñera, parte de su estrategia de posicionamiento como gobierno de unidad nacional. Validamos las distintas miradas, pero afirmamos que esta es una decisión que debe ser discutida y acordada por el conjunto.

No es una decisión táctica, ya que marca una condición y compromete estratégicamente a todo el conjunto. Se está definiendo el tipo de relación que se aspira a tener como oposición con el gobierno.

Volviendo a lo que decimos al comienzo de este desarrollo, sobre la dirección hacia la desestructuración que tiene hoy todo el sistema, nos parece que la única forma de evitar posibles fragmentaciones y superar estas diferencias, es atendiendo a  que prime lo conjunto por sobre las miradas e intereses particulares.

Avanzaremos sólo en la medida en que cada organización o partido se sienta parte de un sistema mayor y de una dirección mayor. No es posible favorecer el desarrollo conjunto imponiendo las particularidades individuales. La  postura correcta se da cuando cada uno se ubica proporcionadamente en el conjunto general, beneficiándose así del crecimiento del conjunto.

Confiamos que prime en el Frente Amplio la vocación de constituirse como opción acorde a los nuevos tiempos, impulsando una nueva forma de hacer política que convierta el desencanto y el descrédito de la mayoría de la población, en esperanza de cambio y de un futuro mejor.