Un vigilante de una sala cuna al sudeste de Brasil roció con bencina a niños y les prendió fuego con lo cual provocó la muerte de 7 infantes y una profesora el pasado jueves.

Cecilia Davine Dias y Yasmin Medeiros Salvino, ambas de cuatro años, fallecieron al comienzo de la tarde del viernes, según consignó a AFP un portavoz del hospital de Montes Claros. Además de los muertos se registran cerca de 40 niños heridos que fueron trasladados a tres hospitales de la región.

La tragedia ocurrió el jueves en un barrio modesto de Janaúba, una ciudad de 70.000 habitantes situada a unos 600 kilómetros al norte de Belo Horizonte, la capital del estado de Minas Gerais.

Damião Soares dos Santos de 50 años, fue quien ejecutó el crimen y murió poco después en el hospital donde ingresó con quemaduras en todo el cuerpo. Según las autoridades locales, padecía “problemas mentales” desde 2014.

Los habitantes de Janaúba acudieron al cementerio el viernes por la tarde para enterrar a las víctimas. “Es inexplicable lo que ocurrió, no tengo palabras. Escuché en la radio que había un incendio allí y enseguida pensé en mis nietos. Estaba seguro que les había pasado algo”, contó Antonio Pereira da Silva durante el adiós su nieta.

La alcaldía de Janaúba decretó siete días de duelo oficial, mientras que el presidente Michel Temer transmitió el jueves su “solidaridad con las familias”, víctimas de esta tragedia.