Macron: Un triunfo histórico
Las elecciones presidenciales realizadas en Francia este domingo 23 de abril han adquirido un especial alcance en el actual panorama mundial. El triunfo de Donald Trump en los Estados Unidos y del Brexit en Gran Bretaña, son inquietantes síntomas de un declive de las ideas socioliberales en los paises de Occidente. Francia no es la excepción, la presencia del Front National encarnado en la candidatura de Marine Le Pen representa un reclamo nacionalista y xenófobo, una salida de la Unión Europea y el fin de Euro; en suma, el ocaso del proyecto europeo.
Los resultados de la primera vuelta electoral muestran que el ideario socioliberal de Emmanuel Macron (23.9%) no está agotado frente a la arremetida de extrema derecha que ha obtenido un 21.7%. Todo indica que en el ballotage, Macron debiera obtener una amplia mayoría que promete revitalizar la Unión Europea. Un resultado que se erige ante el atentado terrorista en París y que cuenta con simpatías alrededor del mundo, recordemos que hasta el ex presidente Barak Obama llamó al candidato Macron en un gesto simbólico y político.
Desde un punto de vista geoestratégico, una Francia democrática fortalece el eje París- Berlín y con ello a toda la Unión de países europeos. Este resultado electoral es de gran importancia para todas las naciones del sur, incluida América Latina, pues el horizonte de un mundo multipolar es la única garantía de respeto al derecho internacional. El eventual triunfo de Emmanuel Macron afianza la posición histórica de Francia como un faro de las ideas democráticas en el mundo entero, frente a la deriva populista y autocrática de muchos países al este y al oeste de Europa.
El resultado de las elecciones presidenciales francesas no constituyen buenas noticias ni en Londres ni en Washington, tampoco en Moscú. Ante una ola neopopulista de derecha extrema, se temía que Francia fuese la próxima ficha del dominó mundial. El triunfo de Macron es el triunfo de las ideas socioliberales en Europa, lo que tiene un profundo significado político no solo en este continente sino en todo el mundo. Si atendemos a la historia, especialmente al triunfo de Chirac en 2002; en las próximas semanas, tanto las tendencias de izquierda como de centro y derecha republicana deben encontrar el punto de equilibrio capaz de darle gobernalidad a un próximo gobierno.