Tomás González: "En mi proceso de asumirme como homosexual sentía que moría una parte de mí"
El gimnasta chileno, tres veces finalista olímpico, Tomás González relató en su libro autobiográfico titulado “Campeón: lecciones, triunfos y caídas de un gimnasta olímpico”, las dificultades que le conllevaron ser un deportista de alto rendimiento, los tratos abusivos de parte de su entrenador en la previa de Londres 2012, y las dificultades para asumirse homosexual en una familia conservadora y en una sociedad machista y heteropatriarcal.
En el libro, publicado por Ediciones Urano, el ganador de la medalla de oro en los Juegos Panamericanos de Lima en 2019 reflexionó sobre el “enorme desgaste psicológico” que le significó los malos tratos del entrenador cubano, Yoel Gutiérrez.
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"Hasta aquí llego con él"
En un momento, que el enfoque era llegar de la mejor forma a los Juegos Olímpicos realizados en Londres el 2012, y con el apoyo del Comité Olímpico empezó a trabajar con el entrenador, que le ayudaría a mejor su técnica, pero a su vez no estaba disfrutando el deporte.
“Pero me pasaron la cuenta, me afectaban sicológicamente y después de Londres dije no puedo más, me está haciendo mal, hasta aquí llego con él, no estoy disfrutando la gimnasia y tampoco mis logros”, afirma González en el libro.
El gimnasta tras ganar dos medallas de plata en los Panamericanos de Río y oro en la World Cup de Glasgow 2007, su entrenador decidió subir la exigencia. Es por esto, por lo que decidieron trabajar un nuevo salto, más complejo que los habituales. En una competencia el gimnasta se cayó al suelo y vio la indignación de su coach, que lo empezó a insultar.
“- ¿Por qué fallaste? Maricón”, le gritó al gimnasta.
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“Supongo que ya no es tema, pero sí, soy gay”
Además, en las páginas del libro, Tomás González habla de su proceso de asumirse homosexual y “si se trata de hacerlo público, prefiero hacerlo en este libro”, manifiesta.
Fue en una competencia en Madrid, en 2010, que sintió la necesidad de asumir lo que le pasaba. Ya que el venir de una familia conservadora, pololeaba desde los 18 años, e incluso tenía proyectado casarse y tener hijos.
A pesar de esto, cuando tenía 24 años se sinceró con lo que sentía. “Lloré muchísimo esos días”, afirma. “Yo estaba en mi proceso de asumirme como homosexual y sentía que moría una parte de mí también”, agrega.
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Sociedad heteronormada
Es así, que para el gimnasta “asumirme no fue un proceso fácil. Al final uno crece en una sociedad heteronormada que igual te condiciona. Hoy me alegra que las cosas se estén normalizando. En ese sentido, uno igual ve a las nuevas generaciones mucho más resueltas, no tienen esta carga quizás de las religiones que han influido mucho en la sociedad”.
“Mi círculo no cambió, pero uno siempre tiene que estar consciente de que hay gente con trancas. Y ahí uno se pregunta ¿por qué? El machismo y la homofobia son problemas que están en la sociedad y en la gimnasia también”, relata.
“Yo trato de aportar a la sociedad desde el deporte, nunca ha sido mi objetivo tomar otras banderas. Participar activamente en política no me interesa. Obviamente, siempre voy a estar apoyando a las personas. Mientras haya derechos iguales para todos, lo voy a apoyar. Pero salir a la luz pública con esa meta nunca fue mi objetivo”, agrega.
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