Acuerdo con privados y campaña de aportes: La cruzada de Cochamó que logró resguardar un tercio de su territorio
La campaña Conserva Puchegüín cerró este viernes uno de los procesos de conservación privada más relevantes registrados en Chile.
Tras casi dos años de trabajo, una alianza internacional logró recaudar más de US$78 millones para adquirir y proteger 133 mil hectáreas de naturaleza en la comuna de Cochamó, Región de Los Lagos, un territorio equivalente a cerca de un tercio de la superficie comunal y 1,5 veces la ciudad de Santiago.
El hito marca la consolidación de una iniciativa inédita por su escala territorial, su financiamiento ciudadano global y su proyección como corredor biológico binacional entre Chile y Argentina.
El predio adquirido corresponde al Fundo Puchegüín, la mayor propiedad privada de Cochamó, y hasta ahora en manos del empresario Roberto Hagemann.
La compra permitirá asegurar la protección de un territorio clave para la biodiversidad patagónica y para las comunidades locales, cerrando un proceso iniciado en abril de 2024, cuando organizaciones chilenas e internacionales levantaron una campaña global para impedir su eventual fragmentación, desarrollo inmobiliario o uso industrial intensivo.
Una recaudación global para un territorio clave de la Patagonia
La campaña fue liderada por la ONG Puelo Patagonia y contó con la participación de The Nature Conservancy (TNC), Freyja Foundation, The Wyss Foundation y la marca outdoor Patagonia, entre otras entidades.
En total, los fondos provinieron de miles de donaciones realizadas en 21 países, configurando uno de los mayores ejercicios de filantropía ambiental internacional impulsados desde Chile.
Desde Puelo Patagonia calificaron la operación como “un hito para la conservación en Chile y en el mundo”, destacando no solo la magnitud del territorio protegido, sino también el carácter ciudadano del proceso.
El área resguardada permite conectar un corredor biológico de aproximadamente 1,6 millones de hectáreas de áreas protegidas entre Chile y Argentina, reforzando la continuidad ecológica de la Patagonia norte.
El valor ambiental del territorio es excepcional. Según datos entregados por la organización, Puchegüín alberga más de 58 mil hectáreas de bosques primarios, casi el 11% de los alerces del planeta, y extensas formaciones de ciprés de la cordillera.
A ello se suma una compleja red hídrica con más de 560 kilómetros de riberas de ríos, 47 kilómetros de riberas lacustres, humedales lacustres, palustres y ribereños, además de más de 500 hectáreas de glaciares.
Este mosaico de ecosistemas sostiene especies emblemáticas y en peligro, como el huemul, el monito del monte, el pudú y la ranita de Darwin, consolidando a Puchegüín como un refugio climático estratégico en un escenario de crisis climática acelerada.
Comunidades locales y un modelo de conservación con usos sostenibles
Uno de los ejes centrales del proyecto es la relación con las comunidades que habitan y utilizan históricamente el territorio.
Desde Puelo Patagonia señalaron que la compra del fundo permitirá asegurar la continuidad de prácticas culturales y oficios tradicionales, en un contexto donde, por décadas, los habitantes de Cochamó han enfrentado la amenaza de subdivisión predial, proyectos inmobiliarios, iniciativas industriales de alto impacto y turismo no regulado.
Andrés Diez, director ejecutivo de Puelo Patagonia, afirmó que el proceso “no solo es histórico por la magnitud del territorio protegido, sino por la forma en que se ha hecho: con participación ciudadana y con un profundo respeto por las comunidades que habitan la comuna de Cochamó”.
Durante la etapa de recaudación, la alianza combinó la movilización de fondos con un trabajo técnico sostenido en terreno.
Se realizaron monitoreos de fauna y bosques, se impulsaron medidas de regulación del turismo, y se desarrollaron procesos de consulta temprana con comunidades locales, insumos que serán fundamentales para el futuro modelo de gestión del área.
El esquema propuesto contempla una zona de conservación mixta, donde hasta un 20% del territorio podrá destinarse a usos sostenibles, como actividades agrícolas tradicionales y turismo de bajo impacto, mientras que al menos un 80% quedará bajo conservación estricta.
La implementación se apoyará en la legislación que creó el Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas (SBAP), permitiendo figuras como Áreas de Conservación de Múltiples Usos y la eventual proyección de parques nacionales en sectores de alto valor ecológico.
Un proceso de largo plazo que se apoya en experiencias previas en Cochamó
La protección de Puchegüín no surge en el vacío. En los últimos años, Cochamó ha sido escenario de diversas iniciativas de conservación impulsadas desde la sociedad civil.
En agosto de 2023, la compra de 309 hectáreas de bosque nativo en el sector de La Junta permitió resguardar un tramo estratégico del camino histórico a Paso El León, tras un proceso de diálogo entre organizaciones sociales, comunidades locales y privados.
Ese antecedente mostró la importancia de la gobernanza colaborativa en un territorio presionado por el aumento del turismo y el interés inmobiliario.
En ese caso, la Fundación Freyja y organizaciones locales avanzaron en herramientas legales como el Derecho Real de Conservación (DRC) y la proyección de figuras de protección definitiva, una experiencia que ahora se amplía a una escala territorial sin precedentes.
El propio Fundo Puchegüín había generado preocupación desde 2018, cuando fue puesto en venta por primera vez en el mercado internacional, con un precio inicial de US$150 millones.
La promoción del predio como un destino para esquí, pesca, trekking, kayak y escalada —llegando a ser descrito como el “Yosemite chileno”— encendió las alertas entre comunidades locales y organizaciones ambientales, ante el riesgo de privatización de accesos, fragmentación del ecosistema y transformación irreversible del paisaje.
La campaña lanzada en abril de 2024 buscó precisamente evitar ese escenario. Juan José Donoso, director ejecutivo de TNC Chile, sostuvo que el cierre de la recaudación “marca el fin de una etapa, pero también el inicio de otra”, advirtiendo que el principal desafío ahora será implementar un modelo de conservación de largo plazo, con financiamiento sostenible y gobernanza compartida.
En esa misma línea, la Fundación Conserva Puchegüín fue constituida en agosto de este año como una entidad chilena sin fines de lucro, con un directorio independiente encargado de resguardar los principios fundacionales del proyecto.
Entre sus próximos pasos se encuentra la elaboración de un plan de conservación integral, un proceso de zonificación participativa y el diseño de un Derecho Real de Conservación, que permita reforzar jurídicamente la protección permanente del predio.
Desde las organizaciones involucradas han señalado que la protección legal definitiva del territorio será gradual y se desarrollará a lo largo de varios años.
