Kast es electo presidente con amplia ventaja y abre necesidad de autocrítica en la izquierda tras resultado histórico
José Antonio Kast será presidente de la República para el periodo 2026-2030 tras imponerse en segunda vuelta a Jeannette Jara, candidata de Unidad por Chile, por más de 16 puntos porcentuales. Con el 99,9% de los votos escrutados, el abanderado del Partido Republicano obtuvo un 58,2% frente al 41,8% de la candidata progresista.
Alrededor de las 22:00 horas, en un escenario emplazado en la intersección de Asturias con Presidente Errázuriz, en la comuna de Las Condes, el mandatario electo proclamó su primer discurso con un tono marcado por su intención de orden y de lograr un "acuerdo nacional".
"En Chile tiene que quedar claro que cuando se cumplen las normas, el Estado también tiene que cumplir y en esto vamos a ser precisos: Vamos a restablecer el respeto por la ley en todas las regiones", aseguró.
Este mensaje fue el eje de una estrategia marcada por representar el cambio frente a la administración Boric, con críticas enfocadas a la seguridad y crecimiento económico, enmarcado en lo que desde su equipo denominaron un "gobierno de emergencia".
El resultado marca una de las derrotas más contundentes para la izquierda chilena desde el retorno de la democracia. Una diferencia que supera de forma amplia la registrada en 2009, cuando Sebastián Piñera venció a Eduardo Frei por 3,2 puntos, y contrasta con el triunfo de Gabriel Boric en 2021, quien se impuso a Kast por 11,7 puntos.
Jeannette Jara marca camino de la unidad
Tras reconocer el triunfo de Kast y felicitarlo por vía telefónica, Jeannette Jara proclamó un discurso desde su comando donde señaló que “nos va tocar ahora ser oposición y quiero partir diciéndoles que el camino de la unidad es el único que vale la pena: ¡Unidad, unidad! Construimos una alianza amplia e histórica, tenemos una fuerza política social y cultural que debemos cuidar, consolidar y hacer crecer”.
“A los millones que votaron por mí quiero pedirles esta noche que todo se convierta en un desafío. Que los beneficios y el respeto por los derechos humanos sean un principio y no retrocedamos”, siguió.
Es ahí donde destacó que “aquí no pueden ponerse en riesgo las conquistas alcanzadas por los chilenos y chilenas, como la gratuidad en la educación superior, los derechos de las mujeres, el copago cero y muchas cosas que deben cuidarse”.
Rebaraje en el progresismo
La magnitud de la derrota plantea una interrogante sobre la correlación de fuerzas internas del conglomerado Unidad por Chile, marcada por un Congreso donde el Frente Amplio se consolidó como la bancada más grande del oficialismo con 17 diputados electos y dos senadores, superando al Partido Comunista y al Partido Socialista, que obtuvieron 11 escaños cada uno.
Sin embargo, este desempeño electoral contrasta con el rol secundario que jugó el partido de Gabriel Boric durante la campaña presidencial. En el marco del comando de Jeannette Jara, tanto el PC como el PS lideraron la estrategia y las definiciones políticas centrales, mientras que el FA quedó relegado a una posición ligada principalmente al trabajo territorial. Este desapego con la tienda frenteamplista tuvo relación con el intento del comando de Jara por separarse de la imagen del gobierno de Gabriel Boric.
Está por verse la relación futura entre el Partido Comunista, el Frente Amplio y el Socialismo Democrático, en un contexto donde el PC y el PS vivieron un acercamiento político durante la segunda vuelta, marcado por la relación entre la presidenta socialista Paulina Vodanovic y Jeannette Jara. No obstante, esta alianza PC-PS tendrá sus propios desafíos, considerando un sector socialista ligado a Álvaro Elizalde que mantiene un nexo estrecho con el núcleo duro de Boric.
La disputa por el alma del PC
A este escenario se suma el ajuste de cuentas al interior del Partido Comunista, donde la incógnita principal radica en si el liderazgo de Jeannette Jara —respaldado por los más de cinco millones de votos obtenidos en el balotaje— logrará consolidarse como una nueva hegemonía interna.
Está por verse si logrará articularse una suerte de "jarismo", que aglutine a figuras como el senador en ejercicio Daniel Núñez, la ministra vocera Camila Vallejo y la senadora electa Karol Cariola. Un fenómeno que ya desde las primarias ha sido leído como un proceso de "eurocomunización" de la tienda, en un giro que buscaría despegarse de la ortodoxia estalinista para acercarse a una renovación política y cultural similar a la impulsada por Enrico Berlinguer en la Italia de los años 70.
Sin embargo, esta apuesta renovadora enfrentará la resistencia de la estructura tradicional. Queda por definir si el actual secretario general, Lautaro Carmona —sumando el apoyo del sector representado por Daniel Jadue— logrará retener la conducción de la tienda o si cederá ante la presión de los nuevos liderazgos.
Las próximas semanas marcarán el tono de un inevitable proceso de autocrítica en la izquierda, donde se buscarán responsabilidades por la derrota, nuevas alianzas, reajustes dentro y fuera de los partidos para articular la oposición frente a un gobierno republicano con amplio respaldo popular.
El legado de Boric y el diseño de su salida
En tanto, para el gobierno, el triunfo de Kast representa un golpe simbólico mayor, ya que Gabriel Boric deberá entregar la banda presidencial a su más férreo oponente político.
Este escenario pone en cuestión la estrategia de haber polarizado la campaña en ciertos momentos clave, como la cadena nacional en la que el mandatario cuestionó el recorte fiscal del candidato republicano; una apuesta que, a la luz de los resultados, terminó movilizando el voto de castigo contra la actual administración más que fidelizar el apoyo a Jara.
Ante este desenlace, el Ejecutivo ya comenzó a delinear una estrategia comunicacional enfocada en defender el "legado" de esta administración, con la jefa de Planificación Estratégica de la Presidencia, Aisén Etcheverry, a la cabeza. "Acá se gobierna hasta el último día, hasta el momento de cambio de mando, el 11 de marzo", enfatizó el Presidente Boric tras conocerse los resultados, buscando instalar la idea de que entregará "un país en marcha".
Remontada anticipada por las encuestas
El triunfo de Kast confirma lo que las encuestas venían proyectando desde fines de noviembre. Pese a que en la primera vuelta del 16 de noviembre Jara lo había superado por 378.898 votos —con 26,85% frente al 23,92% del republicano—, los sondeos posteriores mostraron una tendencia clara de consolidación del voto opositor.
La capacidad de Kast para capitalizar el descontento con el gobierno de Boric y consolidar los apoyos de todo el espectro de oposición resultó determinante. De esta manera, el resultado reafirma la tendencia pendular que ha predominado en Chile durante dos décadas, donde ningún gobierno saliente ha logrado entregar la banda presidencial a una figura de su mismo sector.
Apoyos clave de la oposición
Este triunfo se cimentó en la convergencia de todas las fuerzas opositoras tras la primera vuelta. A la base republicana se sumó el respaldo irrestricto del Partido Nacional Libertario, liderado por Johannes Kaiser, y el cierre de filas de Chile Vamos —representado por Evelyn Matthei, más allá de su faceta de influencer o las ironías deslizadas durante su votación en el balotaje—, junto a Demócratas y Amarillos. A ello se agregaron el apoyo de la familia Piñera Morel y el acercamiento con el expresidente Eduardo Frei.
Resta ver cómo se materializarán estos apoyos en el llamado "gobierno de emergencia"; específicamente, si se traducirán en alianzas formales o en un ingreso directo al gabinete, donde ya han surgido especulaciones sobre la posibilidad de que Johannes Kaiser encabece el Ministerio de Defensa.
Esta articulación política se perfila como indispensable ante el complejo escenario legislativo, pues el mandatario electo deberá gobernar con una composición en el Congreso que no le entrega mayoría a su sector.
Si bien el Partido Republicano obtuvo un avance sustantivo con 31 diputados electos y cinco senadores, no cuenta con el control de ninguna de las dos cámaras, lo que supondrá uno de los retos más importantes para la implementación de su agenda.
Para Kast, este triunfo representa la culminación de tres candidaturas presidenciales. Desde el 11 de marzo de 2026, asumirá como el 35° presidente de la República de Chile."
