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El significado político del Kastismo
Foto: Agencia Uno

El significado político del Kastismo

Por: Marcelo Espinoza | 13.12.2025
Kast pretende revisar las 40 horas y el salario mínimo, porque duda que mejoren la vida de las personas y sus familias. Eventualmente, ambas serían eliminadas. Respecto al salario mínimo esta “revisión” es retroceder 100 años en leyes laborales, ni la dictadura se atrevió a “revisar” el salario mínimo.

Desde la caída de la dictadura en Chile nunca se ha elegido un presidente pinochetista. Pero sí se eligió, y dos veces, un presidente de derecha, Sebastián Piñera, quien voto NO en el plebiscito de 1988. Aún más, siendo presidente habló de los “cómplices pasivos de la dictadura”. Y para los cincuenta años del golpe militar firmó la declaración Democracia Siempre, sólo, sin que el resto de la derecha lo acompañara.

Hoy en la derecha se han impuesto los sectores más recalcitrantes. El piñerismo luego de su derrota ha arriado sus banderas liberales y se ha abrazado con el pinochetismo. Kast representa ese pinochetismo, la cara más reaccionaria de la derecha económica y política.

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Son los herederos de los cómplices pasivos de la dictadura, aquellos, los que miraron para el lado ante los secuestros de personas, las violaciones, las torturas, los asesinatos y las desapariciones. Los que abrazaron la dictadura más brutal de América Latina. Los que se negaron a firmar la declaración Democracia Siempre. Son los que, cincuenta años después, veneran la dictadura. Los que habrían sacado a los militares a la calle para el estallido social del 2019, con la orden de disparar, acto criminal que Piñera no hizo. Kast no trepidaría en hacerlo, representa el pinochetismo puro y duro.

En el ámbito programático su receta para retomar el crecimiento es simple, y en eso representa a toda la derecha y centro derecha, es lo que los une: eliminar gasto fiscal (US$ 6.000 millones en 18 meses), rebajar impuestos a la renta de medianas y grandes empresas y eliminar regulaciones que traban la inversión. No se han detallado los gastos que se recortarían y en los debates no se responden las preguntas al respecto, salvo generalidades como “eliminar operadores políticos”, que denotan más improvisación que rigurosidad en la propuesta.

Respecto a la rebaja de impuestos, se espera que provoque una explosión inmediata de inversiones, lo cual no ha ocurrido en ninguna parte (R. Reagan en Estados Unidos, Inglaterra últimamente). El presupuesto fiscal no resiste en Chile una disminución de ingreso sin sustituirlo por otro, por tanto, algo así solo agravará el crónico déficit presupuestario que se arrastra desde hace quince años. Y en torno a las regulaciones que traban la inversión es una materia en que el actual gobierno presenta logros concretos como la aprobada ley de Permisos Sectoriales y la tramitación de la ley que moderniza el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental, ambas resguardando el cuidado de la naturaleza.

En otros ámbitos, sus propuestas de programa son retrógradas y dañinas para el común de las personas, como queda reflejado en estos ejemplos:

Ley de 40 horas, “Chao Préstamo. Terminaremos con el préstamo de las personas al Estado contenido en la reforma previsional” (Programa Kast). Agrega que lo sustituirán por inversiones financieras, lo cual significa agregar un nuevo gasto fiscal, impracticable en las condiciones actuales del presupuesto. Concretamente, los actuales pensionados no recibirán el aumento establecido en la ley con este mecanismo.

En un párrafo posterior es más preciso, habla de derogar el préstamo, “La reforma de pensiones, acordada entre la izquierda y Chile Vamos, introduce el germen de destrucción del sistema de capitalización individual, al establecer un préstamo estatal forzoso para millones de trabajadores. Vamos a evitar que el gobierno de turno esté tentado a meterle la mano a los ahorros de las personas, mediante la derogación del préstamo estatal”.

Indemnización por años de servicio, “Perfeccionaremos el sistema de indemnizaciones. Impulsaremos un nuevo mecanismo, más moderno y flexible, que permita a empleadores y trabajadores pactar libremente un sistema de indemnización a todo evento. Este nuevo sistema se basará en la lógica de un sistema individual de ahorro…”. (Programa Más y Mejor Trabajo).

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Sabemos que en cualquier “pacto libre” entre empleador y trabajador, se impone la voluntad del empleador por la asimetría de poder entre ambos. Por eso existen las leyes laborales, para proteger a los trabajadores que son los más débiles. El que no acepte no será contratado, así de simple, pero eso no importa a la derecha pinochetista. Peor aún, esta cuenta individual será ahora de cargo del trabajador, quien se pagará su propia indemnización.

Respecto a las 40 horas y el salario mínimo, “Estudiaremos con seriedad las consecuencias de medidas como las 40 horas, el salario mínimo, la Ley Karin, evaluando su impacto real sobre la calidad de vida de las personas y sus efectos en la Pymes. No hay evidencia suficiente que permita asegurar que estas medidas han mejorado la vida de los trabajadores, pero si sabemos que han encarecido significativamente la contratación”… (Programa Más y Mejor Trabajo).

Kast pretende revisar las 40 horas y el salario mínimo, porque duda que mejoren la vida de las personas y sus familias. Eventualmente, ambas serían eliminadas. Respecto al salario mínimo esta “revisión” es retroceder 100 años en leyes laborales, ni la dictadura se atrevió a “revisar” el salario mínimo.

Por si a alguien le parece poco, respecto al papel que cumple la Dirección del Trabajo, “La Dirección del Trabajo se ha convertido en un agente de activismo del Partido Comunista, que usa la institucionalidad para alimentar artificialmente un conflicto entre los trabajadores y las empresas” (Programa Más y Mejor Trabajo). El párrafo denota una visión maniquea de la sociedad, esto es, una forma simplista y dualista, una división radical, el bien absoluto contra el mal absoluto. Una visión autoritaria y peligrosa, al estilo de la dictadura pinochetista.

En el mismo tenor, las Bases Programáticas sostienen que, “el país ha sufrido por el conflicto permanente que ha impulsado la izquierda radical. El conflicto es un instrumento de acción política explotado por algunos, pero que solo genera violencia, polarización y heridas que no sanan”. “Nos han hecho perder el sentido de comunidad. La izquierda ha exacerbado la lucha y confrontación entre hombres y mujeres, trabajadores y empleadores, empresas y consumidores, apoderados y profesores, hijos y padres. Nos han infectado cada vínculo social posible” (Bases Programáticas Kast).

Esto sostiene el programa. Es un documento político que ha sido meditado. La izquierda y los comunistas son el enemigo, al igual que para los nazis, o durante la dictadura pinochetista, la que no se quedó en las palabras y pasó al exterminio. Si fuera posible hay que eliminarlos. Una derecha cavernaria, como les imputó Vargas Llosa. Esto es la ultraderecha de Kast, una grave regresión autoritaria. Una amenaza para los intereses de los trabajadores. Y un retroceso monumental de la democracia en Chile.

¿Cómo ha sido esto posible? Es otra reflexión.

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