“Llega con décadas de retraso”: Aportan 1.000.000€ para impulsar la creación de un Nobel del Clima
Venerado como uno de los máximos reconocimientos globales, el Premio Nobel se mantiene desde hace décadas limitado a seis categorías: Física, Química, la Paz, Literatura, Economía y Fisiología o Medicina.
Cada galardonado recibe en torno a 1.000.000 €, un diploma y una medalla de oro. Pero frente a la amenaza creciente del cambio climático, aumenta la presión para que la institución reconozca explícitamente los avances en materia medioambiental.
Ecosia ofrece 1.000.000 € para impulsar un Nobel del Clima
La empresa Ecosia, conocida por destinar sus ingresos a la plantación de árboles, instó a la Real Academia Sueca de las Ciencias a crear el primer Premio en Clima y Salud Planetaria ya en 2026.
Para ello, depositó 1.000.000 € ante un notario en Berlín, destinados exclusivamente a contribuir a la dotación del nuevo reconocimiento.
La compañía precisó que no busca intervenir en las nominaciones ni en la elección de los ganadores.
El premio seguiría las reglas actuales del Nobel de Economía: candidatos propuestos por expertos, evaluados y seleccionados por el comité correspondiente.
Ecosia plantea que el galardón reconozca a personas, colectivos o empresas con “avances significativos” en innovación climática, mitigación, regulación o activismo.
Su director ejecutivo, Christian Kroll, resumió el espíritu de la propuesta: “Cómo nos adaptemos a la crisis climática definirá a la humanidad. Este premio puede visibilizar e inspirar a quienes trabajan para garantizar nuestra supervivencia”.
¿Por qué no existe ya un Nobel del Clima?
Desde 1968 —cuando se añadió el Nobel de Ciencias Económicas— no se han incorporado nuevas categorías. Sin embargo, figuras destacadas del movimiento climático sostienen que la realidad actual exige un cambio.
La activista Luisa Neubauer afirmó que un Nobel dedicado al clima “animaría a personas de todo el mundo a construir soluciones, mejorar políticas y movilizar comunidades”. A su juicio, “ya es hora de que la tradición Nobel reconozca la mayor crisis de nuestro tiempo”.
Andreas Huber, de la Asociación Alemana del Club de Roma, respalda la idea y recuerda que la intención original de Alfred Nobel —premiar el mayor beneficio para la humanidad— hoy recae especialmente en quienes protegen los cimientos ecológicos del planeta.
El líder indígena brasileño Álvaro Tukano también se sumó a las demandas, señalando que los premios más prestigiosos del mundo deben reconocer al fin el “problema más dramático” que enfrenta la humanidad.