Penalización del aborto no reduce casos pero sí aumenta la clandestinidad: evidencia internacional marca debate en Comisión de Salud
El pasado miércoles, la Comisión de Salud sesionó en torno al proyecto de ley que regula la interrupción voluntaria del embarazo (IVE), el cual despenaliza el aborto dentro de las primeras catorce semanas de gestación siempre que la mujer así lo decida.
A la instancia asistieron diversos expositores del mundo de la salud, como el Dr. Gonzalo Rubio, representante de la Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia (FIGO) y especialista del Hospital San José, quien explicó cómo las medidas restrictivas al aborto no reducen el número de procedimientos, pero sí aumenta el riesgo y la clandestinidad para las mujeres.
La iniciativa surge a raíz de una serie de antecedentes que revelan el escenario actual en el que se encuentran las mujeres: 1 de cada 6 muertes maternas se debe al aborto inseguro. Entre 1990 a 2022, se registraron 323 fallecimientos por esta causa, de un total de 1.848.
En esa línea, el proyecto garantiza los derechos reproductivos y sexuales de las mujeres, adolescentes y niñas, pero también permite al cirujano y a los profesionales de la salud abstenerse según los requisitos establecidos en el Código Sanitario.
La normativa (boletín N° 17564-11), ingresada en mayo pasado por el Ejecutivo, se encuentra en primer trámite constitucional y cuenta con urgencia simple.
Recordemos que en Chile el aborto solo está permitido desde 2018 para tres causales: violación, riegos de vida de la madre e inviabilidad del feto.
Restringir no reduce abortos
De acuerdo a la evidencia internacional, el Dr. Rubio explica que restringir o penalizar el aborto no reduce su incidencia. Sin embargo, sí genera un aumento de abortos inseguros, pues recurren a la clandestinidad.
Es decir, no existe relación entre la penalización del aborto y la frecuencia. A su vez, las restricciones del procedimiento afecta en su mayoría a las mujeres más vulnerables, e incluso aquellas que sufren un aborto espontáneo son perseguidas bajo sospecha.
Pero la restricción del aborto no solo afecta a mujeres, sino también a los profesionales de salud al generarse el chilling effect: un efecto que lleva a médicos a dudar o abstenerse de atender a sus pacientes incluso si los casos son legales (tres causales) debido al miedo de enfrentar consecuencias administrativas o penales.
En ese sentido, desde FIGO reiteran su posición y sugirieron a la Comisión de Salud despenalizar el aborto y eliminar las sanciones que reprimen a mujeres como a profesionales de la salud. A su vez, recomiendan capacitar a más personal no médico para garantizar la provisión del procedimiento.
Finalmente, la normativa debe asegurar que la interrupción del embarazo sea ofrecida también en la atención primaria y otros sistemas de salud autogestionados con medicamentos seguros.
La tercera causa de muerte
El Dr. Rubio explicó que anualmente en Chile mueren cerca de 2 a 3 mujeres por aborto. Si bien son pocos casos, "representan la tercera causa de muerte en el país", es decir, un 27%. La primera son causas indirectas y la segunda son síndromes hipertensivos, según datos del Ministerio de Salud.
En ese sentido, "plantear que el aborto no es una causa de muerte me parece que es discutible".
