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La apuesta de cinco escuelas rurales en Liquiñé para educar sobre bosque nativo y agua en tiempos de crisis climática
Foto: cedida

La apuesta de cinco escuelas rurales en Liquiñé para educar sobre bosque nativo y agua en tiempos de crisis climática

Por: Pablo Oyarzún | 03.12.2025
El Comité de Agua Potable Rural de Liquiñe desarrolla desde hace cinco años un programa de educación ambiental transversal en establecimientos de Panguipulli. La iniciativa busca que las nuevas generaciones comprendan los servicios ecosistémicos mediante la práctica.

Cinco establecimientos educacionales de Liquiñe, ubicada en la comuna de Panguipulli, celebraron un nuevo encuentro con la finalidad de compartir los aprendizajes del programa de educación ambiental que desarrolla el Comité Agua Potable Rural (CAPR) local desde hace cinco años. La iniciativa espera que los estudiantes comprendan la relación entre el bosque nativo, la provisión de agua y el cambio climático.

Andrés Jacques, coordinador macroregional del Proyecto GEF Incentivos para la Conservación de la Biodiversidad, explicó a El Desconcierto que el programa involucra a cuatro escuelas rurales y un jardín infantil de la zona. "El CAPR de Liquiñe está muy interesado en educar a la población sobre la relación que tiene el bosque nativo con la provisión de agua, y cómo el cambio climático afecta ambas cosas", comentó.

Foto: cedida

El proyecto que apoya esta experiencia educativa es financiado por el Fondo Mundial para el Medio Ambiente (GEF) e implementado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Esta iniciativa busca desarrollar instrumentos económicos establecidos en la Ley 21.600, que crea el Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas.

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Aprendizaje integral

Según Jacques, el programa no es una asignatura aislada, sino que se integra transversalmente en todas las materias. "Los niños aprenden matemática, lenguaje y ciencias mientras trabajan en viveros e invernaderos construidos en sus escuelas", detalló. De esta forma, la educación ambiental se convierte en una herramienta práctica para comprender conceptos académicos.

La localidad cordillerana de Liquiñe trabaja en el desarrollo de un modelo de retribución por servicios ecosistémicos, un mecanismo que permite a la comunidad que habita río abajo retribuir a quienes conservan el bosque nativo en las partes altas de la cuenca. "La educación ambiental es fundamental para asegurar que a largo plazo la comunidad tenga conciencia de por qué hay que proteger ese bosque", aseguró el coordinador.

Foto: cedida

Cultura local

Además, el programa incorpora la cosmovisión mapuche sobre el bosque y su vínculo con el territorio, valorando así la cultura local. "Estamos apoyando que la propia cultura de los habitantes se pueda desarrollar en armonía con la naturaleza, que es lo mismo que esta cultura propone", indicó Jacques.

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La experiencia de Liquiñe se está replicando en Mashue, localidad de la comuna de La Unión que también trabaja en restauración de cuencas para la provisión de agua. Ambas comunidades comparten aprendizajes: mientras Mashue avanza más en restauración, Liquiñe lidera en educación ambiental.

"Tener niños preparados para un mundo nuevo o para una nueva forma de relacionarnos con la naturaleza es esencial", concluyó Jacques, quien destacó que el proyecto busca sistematizar la experiencia y conseguir recursos permanentes para que el programa de educación ambiental continúe más allá de su ejecución.