Relevante y desapercibido: El potencial tratado comercial con la India
Tanto porque las elecciones copaban y siguen copando gruesa parte de la atención de la ciudadanía, como por el hecho de la que India es un país muy lejano y del cual se conoce muy poco, la discusión de un eventual tratado comercial con dicho país ha pasado bastante desapercibida por la gran mayoría nacional.
Sin embargo, existe ya un primer borrador, desgraciadamente de carácter reservado, que posibilitaría la firma de dicho tratado en el transcurso de este año, del cual ya queda muy poco. También existe un Acuerdo de Alcance Parcial, firmado por ambos países en el 2007, y que es un precedente importante en las negociaciones actuales.
Es importante destacar, en todo caso, que mientras en el sistema comercial internacional actual hay fuerzas que tratan de imponer el unilateralismo y el autoritarismo, generando caos y alta incertidumbre en las relaciones comerciales, Chile camina sin variar por la senda de fortalecer los lazos comerciales con otros países -por lejanos que sean- por la vía del diálogo y de la búsqueda de compromisos y de normas que sean de mutuo beneficio para los países soberanos que negocian estos acuerdos comerciales.
Además, las negociaciones con India son una demostración más de que Chile necesita y busca relacionarse con la mayor cantidad de países del mundo para efectos de abrir mercados para sus productos primarios o de base natural, que son y seguirán siendo por mucho tiempo los bienes con que Chile se inserta con más fuerza en el comercio internacional contemporáneo. Esas exportaciones chilenas, las actuales y las que generen en el futuro, deben ser objeto de apoyo permanente de la política económica nacional, sin perjuicio de que se busque simultáneamente ampliar su base exportable hacia mercancías con creciente valor agregado.
Si ese tratado que se negocia hoy en día mantiene la estructura y las ideas fuerza fundamentales que están presentes o implícitas en el Tratado de Alcance Parcial firmado en el año 2007, hay allí varias cuestiones que son importantes de destacar y de apoyar.
En primer lugar, el hecho de que ese tratado anterior -y es dable esperar que el tratado actual también- no busca una reducción a cero de los aranceles recíprocos, en un tiempo corto, sino que se trabaja con listas de productos de un país y del otro que gozarán de esa ventaja. Eso permite a un país como Chile importar algunas mercancías indias con aranceles bajos y otras mercancías del mismo origen con aranceles más altos.
Esto depende de los productos internos que se desean proteger con un nivel arancelario alto y de los productos que no se desean proteger en absoluto. Si se establece un arancel alto para la entrada de una mercancía, y el país se reserva el derecho a bajarlo cuando lo estime conveniente, eso hace que la política arancelaria recupere su rol como instrumento de política comercial y, eventualmente, de política industrial, dentro de los límites que se establezcan en el tratado.
Otro asunto novedoso y positivo del acuerdo del 2007 es que se centra en los asuntos comerciales, y no entra en las cuestiones que son propias de los tratados de protección y promoción de inversiones extranjeras. Eso permite efectivamente tratar por separado cuestiones que son diferentes, y permite, al mismo tiempo, que los problemas de tipo comercial no contaminen ni se traten de conjunto con los problemas relativos al accionar de las empresas de inversión extrajeras.
Otro asunto importante que cabe destacarse es que la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado ha acordado recientemente la necesidad de que Chile se adhiera al Convenio de las Naciones Unidas sobre Mediación Internacional, conocido también como Convención de Singapur, que contiene mecanismos diferentes a los usuales en materia de solución de controversias dándole más atribuciones a los tribunales del país donde están radicadas las empresas. Es dable suponer que ese acuerdo del Parlamento chileno, aun cuando todavía no es obligante para el Ejecutivo, permeabilizará también, de alguna forma, a lo que se firme con la India.
Finalmente, hay que mencionar que el comercio actual con India no es pequeño. En el año 2024 Chile exportó a ese país un monto de 2.550 millones de dólares y realizó importaciones procedentes de la India por un monto 1.279 millones de dólares. Las ventas de Chile fueron básicamente mercancías provenientes del sector minero y agropecuario, y compró, principalmente automóviles y medicamentos.