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José Carlos Meza:
Foto: El Desconcierto

José Carlos Meza: "La gente valora la consistencia, no las sorpresas según las encuestas"

Por: Gino Stock | 03.11.2025
En el programa Antesala Parlamentaria de El Desconcierto conversamos con el diputado del Partido Republicano José Carlos Meza, quien busca su reelección por el Distrito 9, que abarca las comunas de Renca, Cerro Navia, Lo Prado, Independencia, Recoleta, Quinta Normal, Huechuraba y Conchalí

El diputado del Partido Republicano por el distrito 9, José Carlos Meza, abordó su trayectoria política desde la UDI hasta su partido actual, las razones de su liderazgo en las encuestas, la relación con Johannes Kaiser y el Partido Nacional Libertario, y los desafíos de representar un territorio diverso que abarca ocho comunas de la zona norte de Santiago. "La gente valora la consistencia y la coherencia en la promoción de ciertas cosas", aseguró el diputado que busca su reelección.

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El hombre detrás del diputado

—La primera pregunta que siempre hacemos es general, pero fundamental: ¿Quién es José Carlos Meza?

Si pudiera definirme, diría que soy un hombre de familia. Soy papá de tres hijos: una niña de quince años y dos más pequeños, uno de dos años y el más chiquitito de seis meses. Junto con mi señora y mi matrimonio, eso es lo esencial que me define. Después, soy abogado de profesión, estudié en la Católica de Valparaíso, y actualmente ejerzo como diputado del distrito 9, por lo que voy como candidato a la reelección.

La complejidad del distrito 9

—El distrito 9 es muy grande y diverso, abarcando Recoleta, Independencia, Renca, Huechuraba, Conchalí, Cerro Navia, Lo Prado y Quinta Normal. ¿Cómo se aborda un territorio con realidades tan diferentes?

Es difícil. Nosotros hemos sido contrarios a la reforma electoral que amplió los distritos. Este distrito actual eran tres distritos antes: Recoleta-Independencia por un lado, Huechuraba-Conchalí-Renca por otro, y Lo Prado-Cerro Navia-Quinta Normal era el tercer distrito. Eso permitía que los diputados tuvieran una conexión más cercana con la ciudadanía.

Ahora pasamos de representar dos o tres comunas a representar ocho, y como bien dices, comunas muy diversas. Huechuraba, donde yo vivo, es un mini Chile: tiene la parte industrial de Ciudad Empresarial, un sector popular como el Casco Antiguo, El Barrero y La Pincoya, y un sector de clase media como los barrios Santa Marta y Pedro Fontova. Lo mismo pasa en casi todas las comunas.

¿Cómo se hace para abordar un distrito así? Con mucho terreno. Estos cuatro años como diputado me he dedicado a estar constantemente recorriendo. A diferencia de otros colegas, no siento que haya tenido que acelerar en la campaña. He seguido manteniendo el mismo ritmo de visita territorial y contacto con la gente que he tenido estos cuatro años, y creo que eso va a tener un impacto positivo en la votación del 16 de noviembre.

La competencia electoral

—En el distrito 9 hay mucha competencia. ¿Cómo ve la disputa con Chile Vamos, donde están figuras como el presidente de la UDI, Guillermo Ramírez, Erika Olivera y Aldo Duque, entre otros?

Hay una gran diferencia en la forma en que se construyeron las listas. Yo personalmente me encargué de buscar candidatas competitivas que me pongan en aprieto, como Macarena García Huidobro y Javiera Rodríguez. Javiera es una máquina comunicacional, su formación de periodista le ha sacado mucho provecho en la campaña, lo que me alegra. Para mí la competencia es buena, ayuda a que ojalá no solo salga yo, sino que pasemos de un diputado republicano a dos.

En cambio, Chile Vamos perdió la oportunidad de construir una lista competitiva. La UDI tuvo un candidato alcalde en Recoleta, Mauricio Smock, que fiscalizó fuerte a Daniel Jadue y fue clave para que Jadue hoy no sea candidato. Pero lejos de ponerlo en una candidatura parlamentaria, la UDI decidió bajarlo. Lo mismo pasó con Natalia Silva en Quinta Normal, con Camila Avilés en Renca. Los presidentes de partido buscaron asegurar su escaño, y eso es un error.

De la UDI a Acción Republicana

—Usted conoció el funcionamiento de Chile Vamos desde dentro, pasó por la Fundación Jaime Guzmán y trabajó con la diputada María José Hoffmann. ¿Esas experiencias -que mencionaba en la pregunta anterior- lo impulsaron a salirse y formar parte de Acción Republicana y después el Partido Republicano?

En cierta medida sí. Yo no vengo de una familia acomodada. Mi mamá fue temporera toda su vida, mi papá obrero de la construcción, tengo una familia campesina, mi abuelo no sabía leer ni escribir. Mi historia familiar no me permite decir que soy primo de, pariente de, hijo de, para ser candidato a algo. Se fue generando una cultura de asegurarse en los espacios, y yo siempre fui muy crítico de eso. Uno tiene que permitir la competencia para obtener mejores resultados.

Pero también influyó el declive en la defensa de ciertos principios que para mí y muchos de los que participamos de partidos de Chile Vamos hace años eran importantes. Te voy a decir la fecha exacta en la que renuncié a la UDI: la noche del 19 de octubre de 2019. Activé mi clave única y dije "me voy de esta cuestión", porque veía que Chile estaba amenazado en su seguridad y tranquilidad, y quienes estaban gobernando, el partido al que yo pertenecía en parte, no estaba ejerciendo la función como yo creía que debía ejercerse. No estaba a la altura de lo que esperaba.

Las razones del liderazgo

—Según las encuestas que hemos visto, usted estaría liderando en el distrito 9. ¿Por qué cree que la gente lo está respaldando?

Hay dos grandes motivos. En lo general, hay una combinación de eventos favorables. La evaluación del gobierno del presidente Gabriel Boric es muy baja y ha sido consistentemente baja. Eso hace que la gente mire a la oposición. Nos vemos beneficiados por los errores del adversario.

En segundo lugar, la marca Partido Republicano y José Antonio Kast nos ha favorecido. Si nuestro candidato está hoy con altas posibilidades de pasar a segunda vuelta, significa que hay un "chorreo" de esa adhesión. Lo veo en terreno: los que no me conocen, cuando saben que soy el diputado de José Antonio Kast o del Partido Republicano, me reciben positivamente. Otros me reciben muy negativamente, comprenderá usted.

Pero también creo que la gente valora la consistencia y la coherencia. Uno se pregunta por qué un diputado que ha votado sistemáticamente en contra de proyectos populares termina en esta posición. Pensemos: la ley de 40 horas, yo la voté en contra; el retiro de fondos de AFP, yo lo voté en contra; el sueldo mínimo de 500 mil pesos, yo lo voté en contra. Pero di mis razones, di mis argumentos, y lo hago de cara a la gente. Muchas personas me lo han dicho en terreno: "No comparto todo lo que usted piensa, pero por último sé que lo que usted me dice lo va a hacer". Con nosotros no hay sorpresa. La gente sabe lo que pienso y sabe lo que voy a hacer.

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La relación con Johannes Kaiser y el Partido Nacional Libertario

—Algunos analistas dicen que Johannes Kaiser estaría acaparando esa imagen de político que no se da vuelta la chaqueta y que dice las cosas incómodas. ¿Cree que en la campaña de José Antonio Kast han sido más moderados?

No es equivocada la percepción, ese fenómeno se está dando. Es natural por dos cosas: primero, porque Johannes Kaiser viene del mundo republicano, compartimos y dimos batallas juntos. Después que se fue, seguimos dando batallas juntas dentro del congreso. Yo y el partido tenemos la mejor de las relaciones con Johannes, con Leonidas Romero, con muchos que estuvieron acá y ahora están allá.

Pero hay una gran diferencia en la forma en que nacen ambos partidos. El Partido Republicano nace después de muchos años de intentar dentro de la UDI, Renovación Nacional o Evópoli cambiar el rumbo de esos partidos. José Antonio ya en 2013 intenta la primera competencia interna dentro de la UDI. En cambio, Johannes se fue por una votación en particular en diciembre de 2023. Muchos de los que terminaron en el Partido Nacional Libertario se fueron mucho después, a mediados de 2024.

¿Cómo lo veo? Como algo positivo. Es bueno que existan más actores. Yo no soy libertario, soy republicano, soy conservador. Los libertarios tienen visiones distintas en algunos temas, pero se tienen que complementar. Yo no pretendo representar a quien no piensa como yo. Si hay uno que me ayuda al lado, ojalá alcanzáramos a entrar dos republicanos y un libertario, sería el mejor de los mundos. Lo importante es que pasada la primera vuelta, estemos todos unidos detrás de quien pase a segunda vuelta.

Diferencias programáticas

—Legislativamente, ¿cuáles serían las diferencias entre el Partido Republicano y el Partido Nacional Libertario en un eventual próximo congreso?

El Partido Nacional Libertario, hasta donde entiendo, está a favor de la pena de muerte. Nosotros por principio estamos en contra. Así como estamos en contra del aborto, estamos en contra de la pena de muerte. Creo que la pena más grande para un criminal que no tiene perdón de Dios no es la muerte, sino vivir un infierno en la tierra.

Pero pensando en un próximo gobierno, lo hemos planteado así: será un gobierno de emergencia. La crisis de seguridad está desatada. A mí me apuntaron con un arma hace dos meses para robarme un auto, junto a una sobrina de 18 años. Me he encontrado con muchas personas que han tenido un encuentro cara a cara con la delincuencia este último año. Esto, sumado a la crisis económica y fiscal, nos llevará a que el próximo gobierno sea de emergencia.

¿Qué significa eso? Que muy probablemente no tengamos tiempo para discutir aquellas cosas que nos dividen. Estaremos abocados cien por ciento a resolver aquellas cosas en las que estamos unidos. Por ejemplo, hoy votamos a favor, el Partido Republicano, un proyecto del presidente Gabriel Boric para agilizar la construcción de cárceles. En eso estamos de acuerdo.

Agenda de seguridad y consensos

—¿Cree que se alcanzó un punto de sentido común entre las distintas fuerzas políticas en el tema de seguridad?

Hay un sentido de urgencia porque todos lo viven, todos lo ven. Personas muy reconocidas en Chile han sido víctimas de delitos violentos, hasta cuatro o cinco veces en los últimos años. Hay una conciencia de que esto es un problema profundo que hay que enfrentar.

Ahora, la forma de enfrentar ese problema no siempre coincide. Hay algunos que creen que hay que tener una mano más dura con los presos, otros que creen en la rehabilitación. Encontrar un punto en común entre un diputado republicano y un diputado comunista es difícil, pero hay momentos en los que se da.

Voy a ponerme mal pensado: esta concordancia que se da hoy en seguridad está muy iluminada por la elección que tenemos en tres semanas. Hay muchos que hoy se pusieron pro seguridad, pero hace un año no tenían mucho interés. Creo que hay que aprovechar este momento para aprobar la mayor cantidad de leyes pro seguridad. Pero no sé si el próximo año los ánimos van a estar iguales.

Agenda económica y medioambiental

—Más allá de la seguridad, ¿qué otros temas le gustaría impulsar en un nuevo periodo parlamentario?

El segundo gran dolor que tiene Chile es la crisis económica. Personas que hace cuatro o cinco años les iba bien hoy están rozando la línea de la pobreza. La comisión de medioambiente es un buen lugar para ejemplificar esto. Hemos buscado eliminar burocracia innecesaria en materia de inversión cuando se trata de proyectos que puedan tocar temas medioambientales.

La ley de permisos sectoriales es un primer paso, pero hay que avanzar mucho más. Hay espacios grises donde la política se mete mucho en la toma de decisiones técnicas. Me parece un sinsentido que un ministro de Desarrollo Social o del Deporte participe como última instancia de una evaluación de impacto ambiental. Lo hemos visto con proyectos como Dominga. Creo que la opinión técnica es la que tiene que primar, y una vez que se toma, darle adelante o decir que no definitivamente a los proyectos. Pero no estar con esta teleserie de cuatro, cinco o hasta diez años con proyectos paralizados. Quiero agilizar la inversión para que el país retome la senda del crecimiento.

—¿Cómo se logra ese equilibrio entre fomentar la inversión y proteger el patrimonio natural? Casos como Quintero-Puchuncaví llevan décadas afectando a la población.

Lo primero es reconocer el mundo real en el que vivimos. Las empresas no son intrínsecamente malas ni los defensores medioambientales son intrínsecamente buenos. Siempre hay intereses que pueden manchar. Para evitar decisiones ilógicas, hay que sacar lo más que se pueda la política de esta toma de decisiones.

Uno se pregunta por qué durante tantas décadas en Quintero-Puchuncaví, particularmente en Ventanas, existió este polo de desarrollo económico sin respeto por el medioambiente. Porque muchas empresas estatales estaban instaladas ahí. Cuando se empieza el proceso para sacar Codelco Ventanas, ¿quiénes se movilizan? Los trabajadores de la empresa estatal.

Cuando la política toma decisiones que debiésemos dejar a la ciencia, surgen problemas. Es la ciencia la que nos tiene que decir si hay o no afectación al medioambiente, si hay o no afectación a la vida humana. Si hay afectación a la vida humana, no hay mucho que discutir. El camino es avanzar en un sistema más objetivo y menos político.

*Pueden ver la entrevista completa en el video alojado en esta entrevista.

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