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*Esta columna también fue escrita por el Dr. Rodrigo Cabello Ibacache, Vicedecano de la Facultad de Odontología de la Universidad de Chile.
La salud bucal en la primera infancia no es un asunto accesorio: es un componente esencial del desarrollo infantil, del aprendizaje y la salud general. Entre los 2 y 6 años de edad se establecen hábitos, entornos alimentarios y prácticas de cuidado en salud, que marcan trayectorias de bienestar (o de enfermedad), en el curso de vida.
En Chile, contamos con políticas públicas que abordan estos desafíos: una de ellas es el programa Sembrando Sonrisas, iniciativa intersectorial que ha instalado, a escala nacional, acciones de promoción, prevención y control del daño para niñas y niños de educación parvularia. Reconocer su valor, fortalecerlo y escalarlo es hoy una tarea impostergable.
La dentición primaria erupciona a partir de los 6–8 meses de vida y se completa hacia los 3 años de edad. Desde la erupción del primer diente, existe la posibilidad de que se produzcan lesiones de caries si convergen factores como la exposición frecuente a azúcares libres en la dieta, la acumulación de biopelícula dental en la superficie de los dientes (placa dental) y condiciones de vulnerabilidad social, que limitan el acceso a entornos saludables y conductas protectoras.
Cuando la enfermedad de caries se instala en tempranamente en la edad preescolar, puede generar consecuencias negativas incluyendo dolor, infecciones, trastornos del sueño, dificultades para comer y hablar, inasistencia al jardín infantil y peor calidad de vida para el niño/a y su familia. A nivel del sistema de salud, una alta morbilidad por caries en la primera infancia, implica tratamientos complejos y costos crecientes que tensionan la red asistencial.
Un aspecto menos visible pero muy importante a destacar es que la caries dental no sólo genera problemas en la infancia, sino que la salud bucal infantil se asocia con la salud general en la vida adulta.
Hallazgos sobre dos cohortes neozelandesas de seguimiento longitudinal (que han sido seguidas desde el nacimiento y por más de cuatro décadas), han reportado que una peor salud bucal a los 5 años de edad (mayor severidad de caries) se relaciona con una peor salud general auto-reportada , con marcadores de riesgo metabólico y un envejecimiento biológico acelerado en la mediana edad (a los 40/45 años). En lenguaje más simple: bocas enfermas en la niñez tienden a acompañarse de cuerpos menos sanos en la adultez.
Esta asociación no invita a un determinismo biológico, sino a considerar las exposiciones a distintos factores de riesgo en la infancia con un enfoque de curso de vida. La caries y las enfermedades crónicas del adulto como la diabetes, hipertensión u obesidad comparten determinantes psico-sociales y estructurales/ambientales (desigualdad, marketing de alimentos ultraprocesados, disponibilidad de agua y espacios saludables, alfabetización en salud).
Por ello, proteger los dientes en la dentición primaria no es un gesto aislado; es prevenir e intervenir tempranamente sobre factores de riesgo que también pueden moldear y afectar la salud general a mediana edad.
El programa Sembrando Sonrisas integra la (1) promoción de salud, educación para familias y equipos pedagógicos, (2) la identificación de riesgo de condiciones orales, y (3) la entrega de pasta y cepillos dentales, junto a la aplicación de barniz de flúor en niñas y niños de educación parvularia en todo el país.
Su diseño intersectorial vinculando a las áreas de salud, educación y los gobiernos locales, le ha permitido actuar en terreno, entrar en el lugar donde los niños se encuentran, disminuyendo barreras de acceso y logrando coberturas que ningún dispositivo clínico, por sí solo, conseguiría.
La caries dental no se distribuye al azar, sigue un claro gradiente social, afectando mayormente a poblaciones más vulnerables. En lugares donde hay hacinamiento, inseguridad alimentaria, menor acceso a agua potable y saneamiento, y tiempos de cuidado tensionados por trabajos precarios, las lesiones de caries aparecen antes, son más severas y se tratan más tardíamente.
Por ello, además de recomendar un correcto cepillado dental con pasta fluorada, un menor consumo de azúcares, y mayor consumo de agua en nuestros niños/as, debemos defender políticas públicas que faciliten elecciones saludables: impuestos correctivos a bebidas azucaradas, compras públicas que prioricen alimentos mínimamente procesados, regulación del marketing dirigido a la infancia, etiquetado claro y educación alimentaria desde la sala cuna.
El cuidado bucal de niños y niñas en edad preescolar no requiere de tecnologías sofisticadas ni inversiones inalcanzables; pero si demanda coherencia, continuidad y colaboración. Cuando un país decide “sembrar sonrisas” desde la primera infancia, está sembrando salud, aprendizaje y equidad. La evidencia internacional nos recuerda que cada cepillado supervisado, cada barniz aplicado y cada vaso de agua que reemplaza una bebida azucarada son también años de vida más sanos en el futuro.
Cuidar la boca de nuestras niñas y niños hoy, es cuidar mañana su salud, mente y bienestar. Esta es una promesa que la familia, la comunidad educativa, la atención primaria y las políticas públicas pueden cumplir si caminamos juntos, paso a paso, diente a diente. Porque no debemos olvidar que el futuro de los niños/as es siempre hoy.
Referencias
- Ruiz B, Broadbent JM, Thomson WM, Ramrakha S, Moffitt TE, Caspi A, Poulton R. Childhood caries is associated with poor health and a faster pace of ageing by midlife. Journal of Public Health Dentistry. 2023;83:381–388. 
- Ruiz B, Broadbent JM, Thomson WM, Ramrakha S, Boden J, Horwood J, Poulton R. Is childhood oral health the ‘canary in the coal mine’ for poor adult general health? Findings from two New Zealand birth cohort studies. Community Dentistry and Oral Epidemiology. 2022;51:838–846. 
- Ministerio de Salud de Chile. Programa Sembrando Sonrisas. Documentos programáticos y lineamientos técnicos (varias ediciones). 
- Organización Mundial de la Salud. Estrategia Mundial de Salud Bucal (marco de acción y enfoque de curso de vida). 
 
                         
                                 
                         
                        