Franco Parisi, candidato presidencial: "La clase media que nosotros representamos no llega a fin de mes"
Franco Parisi ha tenido una agenda apretada en los últimos días. El candidato presidencial del Partido de la Gente (PDG) estuvo en Antofagasta, luego en Iquique, pasó la mañana en el foro Clapes UC y llegó al estudio de El Desconcierto para conversar sobre sus propuestas económicas, políticas, medioambientales y sociales.
"Nosotros proponemos la ley Kaiser, que es que si usted va a reelección u otro tipo de elección pública, tiene que renunciar seis meses antes de la elección, sin retorno. Esto no significa que si ganó la elección y perdió, estaban calentando la silla. No. Pasa el que estaba segundo en la lista. Si no, es un abuso, porque están haciendo campaña con plata de los pobres, los millonarios políticos", apuntó el candidato, disparando a uno de sus rivales directos de cara a las elecciones de este 16 de noviembre.
Y es que el economista, e ingeniero comercial, busca en esta tercera candidatura presidencial consolidar un espacio de centro que, según sus propias encuestas, lo sitúa entre 18% y 22% de las preferencias, disputando el segundo lugar con José Antonio Kast, y mirando de frente a un balotaje con Jeannette Jara.
Propuestas sociales, economía y retiro de AFP
—Una de sus frases centrales en campaña es "ni fachos ni comunachos", que apela al centro político, lugar desde el que se toman partes de distintos mundos. En esa línea, hay muchas personas que entienden su cercanía con el lado de la derecha, especialmente en temas económicos. Pero para apelar al progresismo, que esperan mejoras sociales, ¿podría decirnos cuáles son sus propuestas en este aspecto?
—Recuperar la educación pública, recuperar la salud pública, más pensiones, Pensión Garantizada Universal (PGU) para nuestros ancianos, más descentralización. Esos son claramente más progresistas. Nosotros creemos que no queremos más arrendatarios, queremos más propietarios.
No sé si eso es facho o comunacho, pero no quiero más mujeres pagando arriendo. Nosotros queremos impulsar un nuevo retiro que es un retiro responsable, no inflacionario. Hay más de dos millones de mujeres que están en el Boletín Comercial, están morosas. Y si uno analiza en qué gastaron la plata estos "malos deudores", fue en supermercados. Pagaron la cuenta de la luz, algunos pagaron colegios de sus hijos. Es bastante injusto.
—Entiendo que dice que no va a generar inflación porque sería un retiro exclusivo para pagar las deudas y no para generar consumo. Pero igual se subentiende que si hay personas que destinaban plata para pagar deuda, van a quedar con más efectivo. Entonces, es difícil pensar que no va a tener ningún tipo de impacto inflacionario.
—La pregunta es: ¿quién prefiere que consuma? Porque esa plata antes se la lleva el banco y el banco también consume. Por lo tanto, yo prefiero que las personas consuman. La clase media que nosotros representamos es una clase media que no llega al final de mes. Una familia de clase media no llega al final de mes, vive a medias, hasta duerme a medias. Yo creo que es un alivio correspondiente.
Estamos hablando de un monto muy distinto a los que se aprobaron cuando se hicieron los retiros, que fueron 18 mil millones de dólares. Nuestros retiros, si lo calculas, serían la deuda promedio de un millón seiscientos mil pesos, multiplicado por dos millones de personas, y nosotros queremos un descuento de entre 30% y 40%. Estamos hablando de dos mil o dos mil cien millones de dólares. Estamos hablando de menos del 20% de los retiros tradicionales.

Gasto público y sueldos millonarios
—Usted ha sido enfático en su crítica al gasto público. Pero si uno revisa los datos, hay una diferencia entre países en desarrollo y países emergentes, la mayoría de los países desarrollados tiene un nivel proporcional mucho más alto de gasto público que Chile. El promedio, según el Fondo Monetario Internacional (FMI), era sobre 110% (del PIB), Estados Unidos 123%, Singapur 175%, Japón también cerca de 160%, Chile y los países emergentes están en 70 y tantos por ciento. Entonces, si aspiramos a caminar hacia ese desarrollo, ¿por qué seguir con esa crítica al gasto público? ¿No debería ser más el problema de cómo se gasta que el monto?
—Te confundiste en un solo concepto. Es un gasto relativo. No es lo mismo hablar de un ingreso per cápita del 50% al 60%. Mencionaste Estados Unidos, estamos hablando de 55 mil dólares per cápita. Estás hablando de Singapur, que estamos hablando de 60 mil dólares per cápita. Versus Chile, que está entre 17 mil y 26 mil dólares dependiendo del año. No es lo mismo. Estamos comparando un problema relativo.
Un millón de dólares para cualquier chileno es mucha plata, pero para un actor de cine consumado no es plata. Entonces, el problema está en que en Chile tenemos dos cosas: uno, una mala distribución del ingreso, y dos, un nivel de ingreso más bajo.
—¿Y cómo atacaría esos dos problemas? El tema de la mala distribución del ingreso y el de los ingresos bajos.
—Primero, si analizas en qué gastan los ingresos más bajos, gastan en comida. Yo he tenido la fortuna de vivir en varios países y el Impuesto al Valor Agregado (IVA) sobre los alimentos y el IVA sobre los remedios son extremadamente regresivos. No puede ser que en Chile te cobren IVA por la leche, por el pan, por los huevos. Estamos hablando del 19%, pero para simplificar, hablemos del 20%. O sea, si vas al supermercado y gastaste 100 mil pesos, lo más probable es que 20 mil pesos fueron derecho al Estado.
No corresponde. Porque no estás comprando una Ferrari o un Rolex, estás comiendo. De la misma forma nosotros decimos que hay que reestructurar, porque los servicios que entrega el Estado son malos. Son una porquería. Por ejemplo, la educación pública. La destruyeron. Yo estudié en el Instituto Nacional. La destruyeron. Cuando yo estudié en el Nacional era de los cinco primeros mejores colegios. Ahora está perdido en los 300. El Instituto Nacional Barros Arana (INBA) lo mismo.
¿Usted es periodista?
—Sí.
—Un solo dato: en el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio hay 161 periodistas. Los sueldos parten en los dos millones seiscientos mil pesos. No sé cuántos periodistas usted conozca que ganen dos millones seiscientos mil pesos.
—No muchos...
—Y un dato no menor: hay un periodista en el Ministerio de Relaciones Exteriores que gana ocho millones seiscientos mil pesos. No hay forma de que me lo justifiquen. Cayéndome muy bien la ministra Carolina Tohá, cuando era ministra ganaba más de ocho millones de pesos. Son siete millones, pero después le dan un bono y queda como ocho y medio. Más autos, más teléfonos, más ropa, más comida. Creo que hay un abuso de las autoridades a todo nivel, en el central me refiero, pero también en las gobernaciones y en las municipalidades.
—Y propone que no haya sueldos mayores de cinco millones de pesos. Pero aun así, sería difícil pensar que se va a ahorrar todo el dinero necesario, dos mil o tres mil millones de dólares solo con eso. ¿Ha hecho un análisis, un estudio al respecto de cuánto sería el monto?
—Entre dos mil trescientos hasta tres mil millones de dólares se puede ahorrar. Piensa que en remuneraciones se gasta cerca de 40 mil millones de dólares anuales. En cualquier familia, cuando hay que apretarse el cinturón, uno se lo aprieta. Acá todos se lo aprietan excepto el gobierno.
—¿Cómo sacaron ese dato? ¿Cómo lo hicieron?
—Colocas la distribución de los sueldos y te sale entre dos mil trescientos a tres mil millones de dólares anuales. Un solo dato: la gente de la Dirección de Presupuestos se pagaron unos bonos en junio. Se pagaron bonos entre ocho y doce millones de pesos, siendo que han hecho un trabajo horriblemente malo. La gente de la Dirección de Presupuestos son realmente los tipos que no le achuntan a una.
En los tres presupuestos del gobierno, en los tres no le ha achuntado para nada y se pagaron esos bonos. Les llegó un cheque entre 16 y 20 millones de pesos a unos genios que están ahí por ser apitutados políticos. Y eso lo tiene que saber la gente, porque ganar un millón, un millón doscientos mil pesos, dos millones, un millón ochocientos mil pesos, es muchas horas trabajadas y muchos sacrificios. Pero a estos operadores políticos, que yo les llamo el Tinder del Frente Amplio y el Partido Comunista, se los pagan sin ningún problema.
Medio ambiente y permisología
—Hay otro foco muy importante que no se toca hoy en día y que también está relacionado con la economía, y es el tema del medio ambiente. En el debate presidencial pasado no se preguntó nada al respecto. Usted dice que es un hombre de ciencia. Estamos viendo un proceso de crisis climática y para enfrentarlo se han tomado medidas de protección y, muchas de ellas, confrontan con temas de desarrollo económico. ¿Cuál es su posición frente a este clivaje, a esta puesta en balanza entre el medio ambiente y la economía? ¿y qué piensa sobre el concepto de la permisología?
—Hay un abuso de la permisología. Si usted analiza y lo puede corroborar, la mayoría de las empresas que hacen los informes medioambientales son exministros, exsenadores, diputados y exsuperintendentes. O sea, ellos mismos se crean un negocio cuando están fuera de la política. De hecho, el presidente de Greenpeace, en una actitud matonesca, fue al Parlamento y dijo que podía detener sin ningún problema por dos mil quinientos días cualquier proyecto. Yo siendo presidente, créanme que ese tipo no la va a pasar bien, porque eso no se puede estar haciendo, ese matonaje de que él maneja el medio ambiente. Hay un abuso en la permisología.
El Consejo de Monumentos Nacionales son 22 miembros. Ponga de acuerdo a 22 personas. No se puede hacer. Es un abuso. Los sueldos que ganan son desde un millón trescientos mil pesos hasta siete millones seiscientos mil pesos, que es la subsecretaría de Cultura, que a veces ni sirve para nada. ¿Qué vamos a hacer nosotros? El presidente elige de inmediato a ocho miembros de ese consejo. Nosotros no vamos a renovar a ninguno hasta que tengamos 15. Se está abusando del sistema.
—Y aparte del tema particular de la permisología, ¿qué pasa con el tema de conservación y protección del medio ambiente?
— Lo comparto plenamente, pero tampoco se le puede dar carta blanca. Cuando uno va al norte ve y disfruta de todas las nuevas tecnologías de energía no convencionales renovables, pero tenemos un problema. Se produce sobregeneración energética en el norte, pero tenemos problemas de transmisión. La última caída que tuvimos en febrero se debió no a la falta de generación, sino al problema de transmisión. Necesitamos más transmisión. Con Parisi presidente y el PDG en el Parlamento vamos a aprobar todas las plantas desaladoras. Chile se está quedando sin agua. Esa es la verdad.
A lo largo de todas las regiones, en el Maule, en La Araucanía, en el Bío Bío, incluso en Ñuble, nos estamos quedando sin agua. Tenemos que parar la desertificación que se está produciendo hace rato y yo creo que por esta permisología no se está llevando adelante. Casi no se pudo operar el nuevo hospital regional de Ñuble porque no había electricidad por este problema de la transmisión eléctrica.
Esos son los elementos que nosotros queremos atacar. Por supuesto necesitamos más arbolización y nosotros estamos dispuestos a aprovechar los bonos verdes que se están emitiendo. Hay un plan de reforestación. Pero además eso es plata para el que emite, plata para el gobierno y también estamos salvando el planeta. Nosotros estamos en contra de la pesca de arrastre.
—¿Hubieran estado a favor de la pesca artesanal en la reciente disputa de la Ley de Pesca?
—Yo no tengo problema con la pesca industrial siempre y cuando no sea por arrastre. Hay disputas bastante interesantes en la pesca artesanal. Por ejemplo, en el caso de la jibia. Los pescadores de jibia del Bío Bío no pueden pasar a pescar jibia en el Maule. Pero los del Maule hicieron un buen tratamiento del tamaño de la jibia. Entonces, hay pugnas incluso dentro de la industria que hay que saber mitigar siendo autoridad.

Reforma constitucional y parlamento
—Una cosa que tiene que hacer siendo autoridad es dirigir a su conglomerado político, y tienen proyecciones de que van a sacar entre nueve y quince diputados. Pero recientemente dijo que no le gustaba que Pamela Jiles fuera disciplinada, que le parecía bien que fuera díscola. Y uno no puede evitar pensar que en el actual periodo del Congreso tuvieron un exceso de díscolos, tanto así que se desarmó completamente la bancada del PDG. Entonces, ¿qué piensa hacer distinto para que no ocurra de nuevo esa diáspora y tenga una bancada en el parlamento que esté acorde a lo que sería una eventual presidencia?
—Yo creo que hay que partir no mintiéndose. Todos los partidos tienen ese problema. El mejor ejemplo es que cuando este gobierno quiso pasar la ley corta para apurar los permisos sectoriales, ¿quién se opuso? El Frente Amplio. Y no solamente se opusieron porque no se daban cuenta, sino que fueron al Tribunal Constitucional. Esa es la estructura de gobernanza del Parlamento. El problema que tiene el Parlamento es que los diputados y los senadores se creen reyecitos y los partidos se arrodillan frente a estos reyecitos. Nosotros no. Si teníamos que perderlos, los perdimos sin ningún problema. Ahora, yo creo que ambos aprendimos.
—¿Le gusta el sistema bicameral o preferiría otro?
—No tengo ningún problema con el sistema bicameral, pero lo que me gustaría sería la elección de media temporada. Creo que sería muy bueno para Chile. Me refiero a que se renueve completamente la Cámara de Diputados cada dos años y la de senadores cada seis años en la mitad. Eso le daría mucha más fluidez. Si el presidente lo está haciendo bien, gana mayoría, y si lo está haciendo mal, pierde mayoría.
—¿Y reelección presidencial?
—No, yo creo que cuatro años sin reelección es muy bueno, a menos que hagamos lo siguiente: que el presidente y toda autoridad renuncie seis meses antes. Porque aquí hay una frescura de los incumbentes, en general y especialmente los incumbentes que pasan de su distrito a otro distrito. Hay un abuso del poderoso, incluyendo los alcaldes, los gobernadores.
Nosotros proponemos la ley Kaiser, que es que si usted va a reelección u otro tipo de elección pública, tiene que renunciar seis meses antes de la elección, sin retorno. Esto no significa que si ganó la elección y perdió, estaban calentando la silla. No. Pasa el que estaba segundo en la lista. Si no, es un abuso, porque están haciendo campaña con plata de los pobres, los millonarios políticos.
—Mencionaba el caso de Johannes Kaiser, que sigue con su dieta parlamentaria pese a estar haciendo campaña. Pero hay otras cosas que también no son ilegales, pero son mal vistas. Hay mucha gente que criticó a José Antonio Kast porque su hijo va como candidato a diputado en el Distrito 10, José Antonio Kast Adriasóla. Y en su caso también tiene a su hermana Zandra como candidata en el Distrito 12. Hay mucha gente que lo interpreta como nepotismo. ¿Qué le respondería a la gente que piensa de esa forma?
—Si fuera nepotismo, Zandrita iría número uno en la lista. Va tres. Va acompañando casi. Y fue electa por la regional. No fue a dedo. Y es una elección que el público va a decir sí o no. Es distinta la connotación. Primero, ¿en qué número va? Yo no sé si el hijo de Kast va primero o no en la lista.
—Parece que es cabeza de lista.
Ellos decidirán eso. Yo creo que no es bueno. Pero es una decisión de que cada instancia democrática la tiene que hacer al interior
—También uno lo puede expandir al caso del gobierno de Piñera, con su primo Andrés Chadwick como ministro
A mí no me gusta eso de la familia. Pero en este caso no es tan equiparable, ¿no? Porque son poderes completamente distintos. En este caso, al igual que con cualquier diputado, yo no fijo sueldo, yo no fijo tarea, nada, absolutamente nada. En el caso de mi gobierno, con Parisi presidente y el PDG en el Parlamento, ningún familiar mío va a estar en el gobierno.
Análisis político y competencia electoral
—Alberto Mayol le tiró flores y dardos al mismo tiempo. Dijo que su campaña, su franja era la mejor, la más llamativa, pero también decía que el mensaje se había perdido por la emergencia de Johannes Kaiser, que es el "mejor apocalíptico". Igualmente señaló queen su primera campaña era el Bonvallet de la economía con la pizarra y todo eso, y que hoy en día ya no hay nada de ese espíritu más disruptivo, provocador. ¿Qué le parecen esas apreciaciones del sociólogo?
—Gracias por el comentario, pero no lo comparto. Yo no quiero ser apocalíptico. Creo que es una palabra fea. Yo conozco los cuatro jinetes del Apocalipsis y no me gustaría ser ninguno de ellos. Yo, por el contrario, creo que con Parisi presidente y el PDG en el Parlamento el futuro es esplendoroso. Yo le gano a la vida. Y si la vida me da limones, hago limonadas, pero no comparto. Qué bueno que me dice eso. Yo soy un tipo súper positivo y creo que si llegamos al poder, nosotros vamos a poner más poder en las personas. Me gusta más la democracia.
—Sobre el tema de Kaiser, porque él dice que su campaña está muy bien diseñada, pero que Kaiser básicamente estaría comiéndose el espacio que usted había ganado antes. ¿Qué le parece esta homologación? ¿O siente que son muy distintos los públicos a los que aspiran?
—A mí me cae bien Mayol, pero nunca le achunta con las encuestas. De hecho, una semana antes de la primaria decía que arrasaba Tohá. No, yo creo que la encuesta que él tiene está muy mal hecha. A mí me da 2%, ridículo. Pero él me cae bien, hace buenos análisis, habla bonito, pero las encuestas en realidad son empresas de marketing. Y yo creo que en el foro interno de Mayol, él lo que quiere es forzar una primaria. Ojalá le encantaría Jara-Kast, porque lo más probable es que ganara Jara. Pero siento arruinarle la fiesta: lo más probable es que va a ser Jara-Parisi.
—Ustedes tienen su proyección propia, que están con una base de sobre 20% actualmente, ¿no?
—Estamos mínimo 18%, y sobre 22%. Estamos a punto de pasar a Kast. Y decírselo fuerte y directo a la gente que nos está escuchando en El Desconcierto: Chile no es ni facho ni comunacho. Piense lo siguiente. La candidata Jara no quiere ser comunacha. Está disfrazándose de "yo no soy comunacha". Y Kast quiere disfrazarse de que él no es facho. Y Chile, nadie quiere ser facho y nadie quiere ser comunacho. Y este eslogan salió porque me llamó mucha atención que en Radio Agricultura hay algunos que se autoproclaman fachos pobres. O sea, es el peor de los mundos. Y yo dije, bueno, nadie quiere ser facho y nadie quiere ser comunacho. Y nos ha ido muy bien. La gente se identifica de esa forma.

Seguridad y crisis carcelaria
—Candidato, usted también se diferencia de otras candidaturas como la de Johannes Kaiser, Evelyn Matthei, José Antonio Kast, porque señaló que no se puede solucionar el drama carcelario, la crisis de seguridad, llegando a La Moneda, que no es un tema de corto plazo. Entonces, le quiero preguntar, ¿qué opina de estas otras candidaturas que plantean básicamente que llegando a La Moneda pueden arreglar este panorama?
—No, no se puede. Le están mintiendo a la gente. Piensa que la última cárcel, si no me equivoco, la de Talca, se demoró más de doce años. Por lo tanto, el hacinamiento carcelario no se puede solucionar en el corto plazo. Nosotros hemos planteado cárceles barco. Existen en el mundo. De hecho, sacaron de baja una que había en el Bronx, que yo la vi, la visité cuando tenía que ir a trabajar a Manhattan.
Dicho eso, no se soluciona, y no se soluciona construyendo cárceles en barrios emergentes, como el que tenemos cerca de Chilevisión y CNN. Ese era un barrio precioso y ahora todos viven asustados con la Penitenciaría. Y en los días de visita es realmente imposible pasar por la carretera. Es casi un mercado persa instalado ahí y lo pasan muy mal. De hecho, mi abuela tenía un local comercial muy cerquita de ahí. Y ahora cuando lo veo es irreconocible y la gente la pasa mal.
Entonces, el hacinamiento va a seguir ahí. Nosotros creemos que hay que ayudar a los gendarmes. Los gendarmes tienen que trasladar 185 mil reos desde los recintos carcelarios a los tribunales. Nosotros queremos eliminar eso, que sea todo telemáticamente.
Postura sobre feminismo y mujeres
—Candidato, recientemente usted hizo algunas declaraciones polémicas. Por un lado, habló de "enchular a la vieja", refiriéndose a la máquina, dijo que esto era un tema provocador. Y en el programa de Carcuro se refirió a la gente que acompañaba a Jeannette Jara como "feminazis", y eso también generó resquemor. Pero también, recientemente, habló de su programa hacia las mujeres, destacando algunas propuestas, como por ejemplo, el tema de que la sala cuna no vaya a costo de la mujer, sino que vaya a costo del hombre.
—Del empleador. Acuérdate que en Chile la sala cuna va a costa del empleador de la madre. Es histórico. Y digo, pero eso es lejos lo más discriminatorio que pueda haber. Desincentiva el empleo.
—Entonces, la pregunta es: como ha tenido estos roces, estas cosas positivas y cosas negativas, ¿cuál es su posición frente al tema del feminismo y de las mujeres en general?
—Yo valoro cualquier cosa que sea positiva. Lo que yo no valoro es lo negativo. Si me dices que un bombero salvando a una persona de un edificio que está en llamas es machismo, no lo sé. Yo creo que cualquier extremo es malo para Chile.
Yo creo que la mujer, me alegro que haya sido con Elena Caffarena, que haya tenido el voto de la mujer, o cuando pudieron volver a estudiar, comenzar a estudiar en la universidad, destacadísimo. Yo nunca he discriminado a un hombre o a una mujer. No me interesa. Me interesa el cerebro y la capacidad que puedan hacerlo. Así que yo no discrimino nunca a nadie, ni por religión, ni por sexo, ni por preferencias personales.
—¿Y siente que hay una desigualdad que se debe abordar y se debe tratar de atajar entre hombres y mujeres actualmente?
—Completamente. Lamentablemente, y aquí no quiero que se enojen conmigo, pero la clase media la pasa muy mal. Pero en particular las mujeres. Cuando veo los índices de salud mental digo, estamos complicados. Porque aquí todos tenemos que ser superhéroes, pero las mujeres dos veces superhéroes. Y se pasa mal porque lo que tiene que funcionar no funciona. A qué me refiero. Si tienes hijos adolescentes, un poquito ya adultos, que salen a fiesta y eres padre, no duermes por definición. Van a un concierto y van a parar al McDonald's y los pueden asaltar. Eso no es vida.
Y si está en el colegio y el niño está en el Carmela Carvajal, en cualquier momento te llama porque se tomaron el Carmela Carvajal. Eso no es vida. No, de verdad. Yo me gané el derecho de ir a trabajar y estudiar afuera. Yo me lo gané, no me lo regalaron. Pero la vida acá es muy complicada y no te dan una. Imagínate que quieres salir a caminar con tu pareja en la noche en tu barrio, estás en alerta.
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