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Foto: Xavas.cl

"El canotaje es como volver a caminar sin necesidad de hacerlo": La historia de la campeona paralímpica Katherinne Wollermann

Por: Pablo Oyarzún | 17.10.2025
La medallista de oro en para canotaje en París 2024 abordó el camino desde el diagnóstico de mielitis transversa que la dejó en silla de ruedas a los 19 años, hasta convertirse en campeona mundial y paralímpica. "Uno no lucha por sí mismo, sino por un país completo", aseguró.

A sus 32 años, Katherinne Wollermann hizo historia en los Juegos Paralímpicos de París 2024 al conquistar la medalla de oro en para canotaje, categoría KL1 200 metros, con un tiempo de 51,95 segundos que estableció un récord paralímpico. Trece años después de un hecho que provocó un giro en su vida, la deportista de Concepción se convirtió en un símbolo de resiliencia y superación para Chile.

En entrevista con El Desconcierto, Wollermann comparte su historia desde el momento del diagnóstico, pasando por sus inicios en el deporte adaptado en la Teletón, hasta alcanzar la gloria en París. También habla sobre los obstáculos que enfrentó en el camino, incluyendo situaciones de violencia por parte de su entrenador, y su visión sobre la inclusión en Chile.

El diagnóstico

—¿Cómo fue la situación que te llevó a padecer de mielitis transversa, que te impidió volver a caminar?

La situación ocurre en el año 2012. Ingresé al hospital por una tos y una fiebre, esperando una penicilina con benzatina, y me quedé ahí siete meses. Era muy joven, tenía 19 años, era la más joven. Fue inesperado que una persona tan joven esté en una situación como la que yo estaba. Es una enfermedad difícil de diagnosticar, porque se camuflaba muy bien también, y finalmente fue por negligencia médica que nunca se detectó hasta que me fui a la Católica, a la Pontificia en Santiago. Ahí me detectaron por fin, después de siete meses de estar pasando por miles de diagnósticos. Me diagnosticaron mielitis transversa cervical infecciosa aguda, y ahí ya no había nada más que hacer.

Me acuerdo que la doctora de allá, la doctora Cárcamo, nunca me voy a olvidar, le dijo a mi mamá: "Tenemos dos noticias". Y yo le digo: "¿Cuáles?". Me dice: "¿La buena o la mala?". Yo le digo: "Cualquiera, da igual". Y ahí me dice: "Bueno, la mala es que no va a poder volver a caminar". "Bueno, dígame algo que no sepa, así llevo como ocho meses en silla de ruedas". Y me dice: "Y la buena es que tenemos el diagnóstico". Después de pasar por varios análisis nuevamente allá, con una carpeta completa de análisis, me diagnosticaron la mielitis transversa en Santiago.

—Luego de esto, llegaste a la Teletón ¿Cómo fue ese camino para poder tratarte?

Después de que salgo del hospital, en agosto o septiembre, me llevaron a la Teletón porque estaba con la edad todavía para poder entrar. Así que ahí descubrí la Teletón, cómo trataban a los pacientes y todo, en una situación completamente nueva para mí. Y en la Teletón me ofrecieron muchas oportunidades y deportes para practicar. De hecho, ese mismo año fui a las paralimpiadas de la Teletón que se hacían en Santiago, en la PDI, y me ofrecieron participar en varios deportes, entre ellos atletismo, natación, básquetbol, tenis de mesa. Hice un montón de cosas y me saqué medalla de oro en todo. Vieron que tenía potencial.

Me vine a Concepción con las medallas de oro. Y acá en Concepción se me abrieron más oportunidades de poder hacer deporte paralímpico. Entre eso fue el esquí de agua, el velerismo y el canotaje.

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Canotaje como mecanismo de liberación

—Fueron varios deportes. Tenías talento para ganarle a todo el mundo. ¿Cómo fue la decisión de inclinarte finalmente por el canotaje?

Me quedo con el canotaje porque siempre lo he dicho, casi en todas las entrevistas, que es un mecanismo de liberación. Finalmente, no me encontraba contra mí misma, sino contra todas las adversidades que implica mi deporte. Eso de poder sostenerse en un barco, de poder avanzar con las paladas, de poder enfrentarme a la lluvia, al frío, al granizo, a los eclipses. Creo que la naturaleza también me fue dando su encanto de que finalmente no era yo contra mí misma, sino que tenía que luchar por lo que quería y por lo que quería lograr y alcanzar. Que en ese tiempo era mi mejora y mi bienestar en mi salud mental y de la mano fue con mi salud física.

Nace por una pasión en lo que encontré. Era lo que me hacía feliz, es lo que me hace feliz. Es como si nosotros estamos conversando de tú a tú, tú te puedes ir y yo voy a quedar ahí. En cambio, si estamos en mi laguna, yo puedo tomar el barco y me voy y no todo el mundo sabe remar. Entonces es como volver a caminar sin necesidad de hacerlo.

Foto: ADN Radio

Hacia el profesionalismo

—¿Cómo experimentaste las competencias previas a París 2024, ya comenzando a ganar medallas en distintos niveles y lugares? ¿Cómo fue esa experiencia de empezar a profesionalizarte y participar activamente?

Mi primera competencia fue en el año 2013 y yo quedé lesionada el año 2012. Y el 2013 voy a mi primer Sudamericano que fue en Viña del Mar. Me acuerdo que estaba nerviosa, todo lo que uno siente como atleta en una competencia inicial, nerviosa, me dolía el estómago, no sabía qué hacer. Y recuerdo que en ese tiempo mi entrenador de esa época me dice: "Tú enfócate en llegar a la meta, da lo mismo cómo". Y me enfoqué. Llegué a la meta y saqué mi primer oro sudamericano a los seis meses.

Me acuerdo que quería ir a un mundial que estaba en Alemania, el primer mundial en Duisburg. Y mi mamá hizo de todo para poder llevarme. Me acuerdo que postulaba unos proyectos en ese tiempo. La universidad también me apoyó, la Santo Tomás que estaba ahí. Y fui al mundial, donde obtuve el sexto lugar. Y de ahí el sueño se fue dando, hasta que por primera vez me dicen: "Oye, están los Juegos de Río 2016".

Después yo cambié de entrenador, y ese entrenador me dijo que yo nunca iba a llegar a los Juegos de Río porque no tenía condiciones, porque no tenía capacidades, y un montón de cosas. Y yo le dije: "A ver, el que va a ir vas a ser tú o voy a ser yo. Yo voy a llegar. Si tú no quieres ir, ese es tu problema". Y ahí llegué. Llegué a los Juegos de Río, clasifiqué en el mundial de Alemania. Así me hice mi primer tatuaje de clasificación a mis primeros Juegos de Río 2016.

Después de Río dije: "No puedo estar así", porque fui cuarto lugar en Río 2016. Y al otro año, en 2017, me acuerdo que saqué bronce en el mundial de República Checa. Desde ese instante no me bajé del podio hasta hoy en día, 2025.

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La ruta a París: violencia y superación

—¿Cómo fue la ruta hacia París?

La ruta hacia París fue complicada porque finalmente uno ve al deportista como "guau, puede con todo", pero ocurrieron varias situaciones, de violencia física y psicológica de parte de mi entrenador, que fue uno de los motivos por los cuales lo dejé. Y no me acompañó a París, y ahí tuve que llevar a otro sparring, y hubo problemas de por medio. Pero lo bueno es que el Team ParaChile siempre me apoyó en ese sentido, e hizo que pese a las dificultades yo pudiera hacer lo mejor posible en los Juegos, tanto económicamente como psicológicamente. Llegué a París ya un poco más tranquila, cursando algunas demandas que me pusieron, que hasta el día de hoy estoy cursando, porque finalmente son hechos que me involucran, pero como digo yo, todos quieren ver el árbol caer, pero finalmente creo que todos tenemos raíces para sustentarnos, y bases fidedignas que nos ayuden a sobrellevar todas las situaciones, y redes de apoyo. Así que esa fue mi ruta a París, fue dura. La gente, mucha gente no conoce esa realidad, porque vemos la medalla, pero debajo hay un sinfín de cosas que van pasando.

Foto: ED

El momento del oro

—Cuando ya ganas finalmente la medalla de oro olímpica en París 2024, ¿qué emociones sentiste cuando alcanzaste ese logro?

En ese momento me acuerdo que no sabía si llorar, si reír, si ponerme contenta, alegre, es una mezcla de emociones. Lo único que me acuerdo es que pasaron ocho horas, porque yo estuve ocho horas dando entrevistas, entre el doping, porque me seguía el chaperón de un lado a otro, como había sacado medalla de oro, me llevaron al doping, me hicieron un examen de sangre, examen de orina, y entre tanto tenía que dar entrevistas, sacar fotos, hacer notas, videos. Y eso me llevó ocho horas y yo todavía no podía ver a mi mamá.

Ella me fue a ver a París, y me llama por teléfono, me dice: "hija, te estoy esperando aquí afuera, se fueron todos". Y yo ya iba camino a la ceremonia. Y le digo al chofer: "Por favor, deténgase, tengo que ver a mi mamá, yo no la he visto hace ocho horas y todos los deportistas han visto a su mamá y yo no". Y en eso me acuerdo que la abrazo y le digo: "Mamá, lo logré". Y me abraza y me dice: "hija, ¿por qué tuviste que pasar por todo esto?". Y yo le digo: "pero mira lo que logré, da igual lo que haya sucedido, si finalmente lo superé, mira dónde estamos". Y ahí mi mamá se pone a llorar y yo también.

Después, cuando llegué de París fue lo mismo, me recibían en el aeropuerto, no podía caminar en la calle. Creo que eso me llena de energía saber que uno no lucha por sí mismo, sino por un país completo.

Mantenerse activa

—¿Qué tan complejo es mantenerse activa y preparada como deportista paralímpica para nuevas competencias?

Mi red de apoyo, compuesta por mi médico, química, enfermera, psicólogo y nutricionista, pese a todas las circunstancias, siempre están ahí apoyándome, tanto médicamente cuando me enfermo, pasándome el fierro cuando lo necesito, dándome apoyo kinésico cuando estoy mal, porque finalmente cuando se vive en situaciones de estrés, ellos son los que te masajean el cuerpo, mi acupunturista también. Creo que tomé todas las medidas necesarias y que en ese momento tenía a la mano para poder utilizarla y que diera el mejor desempeño y se logró. Hoy en día también mantengo el mismo círculo, así que creo que sin ellos yo no sería nada, la verdad.

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La evolución de la inclusión en Chile

—Han pasado más de 10 años desde que tuviste este episodio, ¿cuál es tu percepción acerca de la institucionalidad, mecanismos de apoyo y las oportunidades para las personas discapacitadas en Chile? ¿Cómo ves esa evolución bajo tu mirada personal?

Creo que ha habido un crecimiento exponencial, sin lugar a dudas, porque va de la mano con la política pública. El IND, el GORE, el Gobierno Regional, el Team ParaChile, han sido varias las instituciones que se han adherido. Hoy se está generando Promesas Chile, que es un programa que también impulsa la formación. Creo que eso es lo importante en Chile, ir potenciando a las personas, no desde que ya tienen el logro, sino también desde una formación para que lleguen al logro, que es lo que se está potenciando y lo que se necesitaba.

A nivel personal ha ido creciendo y también el deporte paralímpico, entendiendo que la discapacidad no solamente le compete a quien es discapacitado, todos tenemos el carné adherente para adquirir una discapacidad y que eso no vaya determinando nuestra vida a ser seres rechazados o menos válidos ante el nivel social, sino que también el deporte te genera la oportunidad de poder crecer, de poder integrarte a nivel social y de poder representar a un país.

—Estuviste presente como invitada en la Expo Inclusión 2025 en la Estación Mapocho. ¿Me puedes contar acerca de esta experiencia como embajadora?

Contenta. Yo creo que SQM Litio me ha apoyado un montón en todo lo que fue también la Expo Inclusión allá en Santiago. Yo no conocía ese lugar. Fuimos a almorzar con el equipo al Mercado Central. Lo pasamos bien. Estuvimos con todas las personas que se acercaban al stand y una relatoría que para muchos les generó y les removió mucho que finalmente fue mi vida y lo que yo pasé. Creo que hasta yo me emocioné con eso porque de repente avanzamos tan en piloto automático que no nos damos cuenta de las cosas que hemos logrado y por lo que hemos pasado y lo que hemos tenido que sufrir. Y ahí también dije que finalmente de repente el dolor puede ser nuestro mejor maestro, pero no todos están dispuestos a cursar eso.

Creo que la Expo Inclusión abre una oportunidad también a las personas con discapacidad a desarrollarse. Y así también le decía al ministro que debería ser no Expo Inclusión, entendiendo que la discapacidad no es un momento determinado. Se da a lo largo del ciclo vital. Debería ser Expo Inclusión Social porque es para toda la comunidad. No para el 17% de las personas en situación de discapacidad.

Un mensaje de resiliencia

—La última pregunta. Si tuvieras que darle un consejo al mundo y a las personas acerca de esta resiliencia y fuerza de voluntad que tú has forjado, ¿qué les dirías?

La invitación es a derribar barreras. No solamente la arquitectónica, sino también las personales. A desafiarse a uno mismo. A intentar, a probar. A aprovechar cada oportunidad que se te dé. Y finalmente uno crea su propia realidad. Porque la opinión es solo eso: una opinión. Pero uno es el que da las circunstancias en la vida. Y uno es el que crea las circunstancias para vivir también.

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