¿Es bueno dormir con tu mascota? Qué dice la ciencia sobre sus efectos y cómo hacerlo sin afectar el sueño
En Chile, más de la mitad de la población comparte su cama con sus mascotas, una tendencia creciente que, aunque refleja un fuerte lazo emocional entre humanos y animales, también pone sobre la mesa los posibles efectos que esta costumbre puede tener sobre la calidad del sueño.
Según datos recientes, el 55% de los chilenos duerme acompañado de su perro o gato. Esta práctica, conocida como co-sleeping con mascotas, ha sido objeto de diversos estudios internacionales que analizan sus beneficios y riesgos.
¿Cómo podría afectar dormir con mascotas en la calidad del sueño?
Por un lado, investigaciones han evidenciado que la presencia de animales en la cama puede generar interrupciones por movimiento, ruidos o incluso problemas respiratorios, debido a la caspa y otros alérgenos. También existe el riesgo de exposición a parásitos.
No obstante, otras líneas de estudio destacan su impacto positivo en la salud emocional: mayor sensación de seguridad, reducción del estrés y de la presión arterial, e incluso una mejor conciliación del sueño gracias a la compañía del animal.
Theresa Schnorbach, psicóloga especializada en descanso e higiene del sueño en Emma Colchón, aporta claridad frente a este dilema.
“Compartir la cama con una mascota no es necesariamente perjudicial, pero exige cuidado y ajustes específicos para que el sueño humano no ceda terreno”, explica.
¿Cómo evitar los efectos negativos de dormir con la mascota?
La experta enfatiza la importancia de aplicar ciertas prácticas para dormir bien sin dejar de lado la compañía animal. Entre sus principales recomendaciones, se encuentran:
Mantener una limpieza rigurosa de la ropa de cama, lavándola cada 2 a 3 días con agua caliente.
Asegurarse de que la mascota esté sana, limpia y libre de parásitos.
Delimitar un espacio específico dentro de la cama para el animal, evitando que invada toda la superficie.
Usar protectores impermeables y ropa de cama fácil de lavar.
Y en casos de alergias o asma, permitir que la mascota duerma en la misma habitación, pero en su propia cama, para reducir la exposición directa.