
Alzheimer se disparará en Chile por envejecimiento poblacional: ejercicio y dieta sana desde joven previenen enfermedad
El Alzheimer no solo afecta la memoria, sino que impacta múltiples dimensiones de la vida de quienes lo padecen. La pérdida de memoria progresiva, los cambios emocionales y el deterioro motor son solo algunos de los síntomas que caracterizan esta enfermedad neurodegenerativa que, según proyecciones del INE, afectará a un porcentaje creciente de la población chilena en las próximas décadas, debido al progresivo envejecimiento demográfico.
En el marco del Día Mundial del Alzheimer, celebrado el 21 de septiembre, conversamos con Macarena Arrázola, investigadora del Centro de Biología Integrativa de la Universidad Mayor, acerca de los desafíos que plantea esta enfermedad y las estrategias disponibles para enfrentarla.

—¿Cómo afecta el Alzheimer a las personas?
—La afecta en distintos ámbitos. La principal sintomatología que tiene es la pérdida de memoria, que es progresiva. Sin embargo, junto con esto también hay otros síntomas asociados que tienen relación con el área cognitiva, con la parte emocional, también cómo pueden ejecutar tareas a nivel motor, incluso hay cierto deterioro. Como es progresiva, al pasar del tiempo va afectando prácticamente el funcionamiento completo de la persona.
Si bien la causa principal es a nivel de la memoria, está asociado inicialmente a pérdida de atención, alteraciones en las emociones, como cuadros depresivos, y además, no solamente afecta a la persona, sino que afecta al entorno y las personas que están a cargo de quien sufre de la enfermedad.
—¿Cómo se pueden reconocer los primeros signos para alguien que vive con una persona con estas condiciones o que está empezando a presentar síntomas?
—Es bien complejo, porque la mayoría de las enfermedades neurodegenerativas tienen cambios a nivel cognitivo, entonces uno tiende a confundir. Pero creo que los primeros signos están asociados a estos cambios de humor. Sin embargo, obviamente no podemos generalizar que cualquier persona que tenga un cambio de humor va a tener Alzheimer. Pero están asociados estos cambios, estas pérdidas episódicas de memoria, como no recordar cosas de rutina, por ejemplo, para qué se usa un lápiz, o cosas que para nosotros suelen ser lógicas, estas personas comienzan a olvidarlo, y por lo tanto, afecta su funcionamiento en el día a día. Creo que ese es el primer signo cuando altera otro tipo de funciones. Estos olvidos son más recurrentes, pero además afectan el funcionamiento cotidiano.
—¿Cuáles son los factores de riesgo?
—El principal factor de riesgo descrito es la edad. Creo que ya como sociedad sabemos bien que a medida que envejecemos somos más propensos a desarrollar este tipo de enfermedades, y el principal factor de riesgo es ese. Pero el Alzheimer tiene algo muy particular, que hay un porcentaje de pacientes que su causa es genética. Entonces, también ahí hay que diferenciar aquellos que se desarrollan en etapas más tardías de la vida, y ahí el principal factor de riesgo es la edad, versus aquellos que tienen un componente genético, y que en esos casos los pacientes desarrollan la sintomatología mucho más temprana.
—¿Cómo podemos evitar la proliferación de esta enfermedad en adultos mayores?
—Está muy recomendado y descrito mantener el cerebro activo. Hay artículos que muestran, por ejemplo, que el ejercicio es una súper buena terapia para mejorar la salud neuronal y mejorar la salud cerebral. Está descrito en artículos científicos que, por ejemplo, incrementa la neurogénesis, que es un proceso donde se generan nuevas neuronas, y en el caso del Alzheimer es súper importante porque lo que ocurre es pérdida neuronal con el tiempo.
Entonces: ejercicio, alimentación saludable, mente activa, leer, hacer ejercicios mentales. Las típicas sopas de letras, de las que muchas veces la gente se ríe y cree que no sirven de nada, pero mantener el cerebro activo siempre ayuda. Alimentación sana, rica en antioxidantes, que mantengan la salud neuronal, en el fondo eso es lo que se busca.
—¿Estos consejos son para las personas que van envejeciendo o también para los que tienen este padecimiento genético?
—Lo ideal es que sea para todos, que desde la juventud podamos aplicar este tipo de rutinas, de costumbres, de alimentación y de vida activa en ejercicio. Sería maravilloso que esto se aplicara a nivel de políticas públicas para que desde pequeños, desde la niñez, hiciéramos ejercicios, nos alimentáramos de manera saludable, de manera de preparar nuestro cerebro eventualmente a los efectos del envejecimiento. Vamos a llegar mucho mejor preparados.
Si lo dividimos entre los casos que son genéticos y los que son esporádicos, más asociados a la edad, en ambos casos este tipo de recomendaciones aplica, incluso para otro tipo de enfermedades neurodegenerativas, porque en el fondo lo que hacemos es mantener nuestro sistema preparado para cualquier eventualidad.
—Según cifras del INE, se espera que en el año 2050 las personas mayores alcancen el 32% de la población. ¿Cómo proyectas este escenario considerando las políticas públicas que hay en nuestro país?
—Suena súper dramático y es más complejo pensar que a nivel país, en Chile nuestra población también está envejeciendo de manera bastante acelerada. Estamos invirtiendo nuestra pirámide demográfica, de aquí al 2050 se estima que vamos a tener un gran porcentaje de personas mayores, sumado a la disminución de la natalidad. Si pensamos que el principal factor de riesgo es la edad y esto va incrementando, es bastante dramático.
Ahora, yo tengo esperanza en que se ha ido avanzando bastante en los tratamientos, en entender las causas de la enfermedad. No es algo inmediato, hay que tener paciencia ahí, pero se ha ido avanzando al respecto en el desarrollo de terapias, ya hay terapias aprobadas por la FDA, si bien quizás no son la óptima, se ha ido avanzando y la investigación acá en Chile también ha ido a la par con la investigación que existe a nivel mundial.