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Zanjas de infiltración: Campesinos de la región más seca de Chile usan técnica ancestral para sembrar agua
Zanjas de infiltración para sembrar agua en Chile. Foto: Escenarios Hídricos 2030.

Zanjas de infiltración: Campesinos de la región más seca de Chile usan técnica ancestral para sembrar agua

Por: María del Mar Parra | 13.09.2025
En la comunidad agrícola Peral Ojo de Agua, campesinos de la región de Coquimbo han logrado restaurar los suelos y retener agua de la lluvia usando una técnica de antaño como zanjas de infiltración o diques que retienen materia orgánica y agua de lluvia, evitando la erosión del suelo y rellenando las napas subterráneas.

Las lluvias de los últimos años han marcado un paréntesis en la mega sequía que aqueja a Chile hace más de una década. Pero este no es el caso en la región de Coquimbo, donde el agua embalsada sigue estando en 20% de su capacidad total, generando disputas por el uso del recurso y problemas en la agricultura.

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Ante la situación, una comunidad agrícola de Ovalle está adoptando una técnica cada vez más extendida en Chile pero que viene de tiempos ancestrales: las zanjas de infiltración. Se trata de la comunidad Peral Ojo de Agua, que se está convirtiendo en pionera en adoptar soluciones basadas en la naturaleza para mejorar la salud del suelo y su capacidad de retener agua.

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Zanjas de infiltración

Las zanjas de infiltración son zanjas horizontales creadas en terrenos inclinados como laderas de cerros donde hay erosión y el suelo no logra retener el agua de la lluvia, generando inundaciones, escurrimientos y aluviones, y luego sequía ya que los acuíferos no se rellenaron.

Las zanjas capturan aguas lluvias, sedimentos y semillas, y enlentecen el paso del agua por los cerros, evitando que se erosione el suelo. Otra técnica que se utiliza en la comunidad son los diques, construidos de distintos materiales con el objetivo de reducir la fuerza del agua lluvia en quebradas además de retener sedimentos y materia orgánica que también permiten recuperar el suelo.

El suelo al regenerarse no solo logra capturar más agua sino que va recuperando sus capacidades, como por ejemplo la de sostener vegetación que a su vez aumenta aún más la infiltración de agua y la resistencia del suelo.

Algunas de estas zanjas o soluciones hídricas no son creadas por los humanos sino por los animales nativos de la zona como los cururos, que al excavar madrigueras airean el suelo y permiten que el agua se infiltre en él. La comunidad decidió en 2015 restringir la caza de este roedor.

Soluciones comunitarias

En la comunidad agrícola tienen un sistema de tenencia de tierras que asigna parte de la propiedad a terrenos comunes evitando el loteo para parcelas y logrando mantener la vegetación nativa que actúa como barrera natural y sujetadora del suelo. También tienen espacios del territorio reservados para la restauración como la Reserva Natural Cerro el Águila o el área de conservación comunitaria, donde mantienen la naturaleza del lugar.

Por último, tiene zonas de praderas en la cual se ingresa ganado en determinadas épocas del año luego de la floración y semillación de las plantas pero antes de la primera lluvia, para no afectar la regeneración de los suelos.

Así, los cerros de la zona que en una época fueron deforestados generando una fuerte erosión, están recuperando su cobertura vegetal y las napas subterráneas de las que depende la comunidad se han ido recargando con el agua sembrada en las zanjas.

Contra la sequía

Las zanjas de infiltración y diques son algunas de las llamadas Obras de Conservación de Agua y Suelo (OCAS) que se están usando cada vez más en el país como una solución de bajo costo y que no solo entrega beneficios para las personas sino también para la salud de los ecosistemas y la biodiversidad.

En Santiago, se están generando proyectos que usan estas técnicas para restaurar la vegetación y el suelo en cerros isla de la ciudad como el cerro Renca o el cerro Chena en San Bernardo. Esta solución también se ha enfrentado en zonas naturales icónicas como el Jardín Botánico de Viña del Mar.

Con el Fondo Común de la Fundación Lepe también se han financiado iniciativas a lo largo de Chile donde se integran técnicas similares. Desde la organización calculan que en sus proyectos se han logrado recuperar casi 1 millón y medio de litros de agua con métodos como recolección de agua lluvia, manejo de aguas grises, restauración del suelo y zanjas de infiltración.