
El domingo peronista: Una lección para Kast y Matthei
Mientras en la final de tenis del US Open la multitud pifiaba la presencia de Donald Trump, el pueblo de Buenos Aires sufragaba y anunciaba la derrota aplastante de Javier Milei. Como dicen mis amigos porteños, fue un verdadero domingo peronista que, encabezado ahora por Axel Kicillof, abre un camino de esperanza para el pueblo argentino. Las hermosas callecitas de la Boca revivieron nuevamente.
El resultado electoral habla también a las familias chilenas, y a los extranjeros avecindados en nuestra tierra. Les dice que Milei es un referente político peligroso, porque su proyecto económico conduce a una tragedia social y su política internacional, junto a Trump y Netanyahu, no favorece un mundo de paz, y tampoco ayuda a la integración regional.
Resulta inadmisible entonces que los candidatos de la derecha en Chile, Matthei y Kast, hayan declarado con entusiasmo, que se inspiran en las políticas de Milei.
Kast ha sido expresivo en su amor a Milei. Cuando el actual presidente trasandino visitó Chile en el 2023, publicó en sus redes sociales: “Los argentinos tienen una oportunidad única para derrotar a la izquierda y elegir la libertad. El mayor de los éxitos a Javier Milei, un león que está haciendo historia. ¡Viva la libertad, carajo!”.
Antes, en junio del 2022, ambos se habían reunido con Eduardo Bolsonaro, el hijo del expresidente, durante tercera Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), Y en esa oportunidad, Kast subió una foto de los tres políticos con un claro mensaje atemorizador: “¡Latinoamérica está en peligro! ¡Viva la libertad carajo!”.
Por su parte, Evelyn Matthei no se queda atrás en su admiración a Milei. En el Foro Económico de la CAF, de enero de este año, manifestó un apoyo explícito al presidente Milei aplaudiendo su drástica reducción del gasto público, la eliminación de ministerios y el recorte de subsidios a las tarifas de los servicios públicos. Dijo que seguiría el mismo camino en Chile.
Luego, convencida de los talentos de Milei, la candidata de Chile Vamos, en un seminario del CEP, en marzo de este año, junto al ministro argentino de desregulación, Federico Sturzenegger, dijo: “Lo que han hecho en Argentina nos tiene inspirados”, “necesitamos una tijera de podar grande y rápida”, porque el gasto fiscal es excesivo en Chile. Sturzenegger sonrío agradecido.
Pero el pueblo argentino que, en medio de su desesperación, ante la crisis económica y la corrupción, había elegido al presidente Milei, después de apenas dos años de su gobierno se ha cansado sus políticas antipopulares.
En efecto, triunfó el peronismo en el distrito más importante de Argentina, en Buenos Aires, y con más de 13 puntos sobre La Libertad Avanza (LLA), lo que anuncia un nuevo triunfo para las elecciones nacionales de octubre.
Es cierto que el Gobierno de Milei ha controlado la inflación y el déficit fiscal, pero lo ha hecho de forma radical, incluso cruel, a costa de congelar las pensiones, con el despido de 180.000 empleados públicos y el freno de la obra pública. Pero, quizás lo más grave ha sido lo social: el maltrato inaudito a las familias de discapacitados, la denegación de medicamentos oncológicos, y la restricción de recursos a la salud pública, la cultura, la ciencia y las universidades.
La política restrictiva ha frenado la actividad económica, el sector privado ha perdido 200.000 empleos, se han cerrados miles de pymes y el salario mínimo se desploma. Para contener el precio del dólar y frenar la inflación, el Banco Central ofrece tasas de interés del 80% al año. Así las cosas, la familia argentina no alcanza a llegar a fin de mes y el crédito resulta imposible.
A ello se agrega la corruptela -hasta ahora atribuida sólo al kirchnerismo- lo que ha hecho perder completa credibilidad al gobierno. La hermana del presidente, Karina Milei, y algunos de sus allegados, han quedado involucrados en el cobro de coimas por compra de medicamentos, con sobreprecio, en la agencia de discapacidad.
A este caso de corrupción se agrega el fraude de las cripto monedas, con 40 mil personas estafadas, que involucra directamente al presidente Milei y también a su hermana, lo que se encuentra en la justicia argentina y estadounidense. En estas condiciones, el proyecto de Milei parece caminar a la bancarrota. Y es lo que revela el resultado de las urnas del pasado domingo 7 de septiembre.
Ya no resulta convincente atribuirle todos los males de Argentina a la herencia kirchnerista. Tampoco resulta un argumento eficaz denigrar la justicia social y anunciar la destrucción del Estado.
Así las cosas, el “experimento libertario” marcha camino al fracaso y el peronismo parece recuperar su fuerza histórica. Probó el domingo pasado que no estaba muerto y Kicillof anuncia que “hay otro camino y empezamos a recorrerlo”.
En consecuencia, que Kast y Evelyn Matthei se inspiren en Milei es preocupante y resulta un despropósito completo. Si no renuncian a ese camino, en nuestro país se acentuará la concentración de la riqueza en el 1% más rico, las insufribles desigualdades aumentarán, la salud y las pensiones se deteriorarán, y la protesta social será inevitable.
El triunfo peronista en Buenos Aires es una seria advertencia para Kast y Matthei. Las políticas de Milei son inaceptables e inviables en democracia. El pueblo chileno, como el argentino, las rechazará.