
Mujeres al poder: El impacto de la ley 'Más Mujeres en Directorios'
Las mujeres históricamente han estado relegadas del poder y, en muchos casos, directamente excluidas. En los últimos años, se ha impulsado una agenda legislativa para cerrar estas brechas, siendo la Ley “Más Mujeres en Directorios” un paso decisivo en esa dirección.
Las cifras son elocuentes: según la Comisión para el Mercado Financiero (CMF, 2024), sólo un 22,1% de los cargos en directorios está ocupado por mujeres. De las 500 empresas analizadas, 182 (36,4%) no cuentan con ninguna mujer en sus directorios, denominadas las empresas cero.
Además, 153 (30,6%) tienen solo una mujer en el directorio y apenas 18 (3,6%) incorporan a cuatro o más. A nivel internacional, el promedio de participación femenina en países de la OCDE alcanza el 37% (OCDE, 2023). Noruega y Francia superan el 40% gracias a cuotas obligatorias, mientras que en América Latina Chile queda atrás frente a Argentina y Colombia, que han avanzado con normativas más exigentes.
La evidencia es clara: una mayor presencia femenina en directorios impacta positivamente en la gobernanza corporativa, la rentabilidad y la cultura organizacional, en línea con lo planteado por ONU Mujeres (2021) que las empresas con mayor presencia de mujeres tienen un resultado operacional 55% superior, y las empresas con mayor diversidad de género rentan un 15% más.
En países como Noruega, Francia y Alemania, las cuotas de género han acelerado la participación de mujeres en altos cargos ejecutivos, con efectos favorables para la innovación y la sostenibilidad empresarial. En Chile, sin embargo, los avances han sido más lentos, lo que confirma la necesidad de una legislación específica que enfrente esta desigualdad estructural.
La nueva ley establece una cuota máxima sugerida del 60% para el sexo con mayor representación en los directorios, con una implementación gradual: durante los primeros tres años la recomendación será de 80%, luego de 70% desde el cuarto año y, a partir del séptimo año, de 60% de forma permanente. Además, regula a las sociedades anónimas abiertas y especiales, dejando fuera a las de menor tamaño y a las cerradas. El cumplimiento será supervisado por la CMF, que podrá aplicar medidas más estrictas a las empresas que no adopten la cuota sugerida.
Pero este avance no es solo una cuestión de cifras o de cuotas. Se trata, también, de abrir paso a un estilo de liderazgo que ha demostrado generar impactos positivos en contextos de crisis económicas, sanitarias, políticas o de transformación. Casos internacionales han demostrado que la presencia femenina en la toma de decisiones no solo corrige una desigualdad histórica, sino que también introduce nuevas formas de gobernar.
Angela Merkel condujo a Alemania con pragmatismo y capacidad de consenso en la crisis financiera de 2008, la danesa Mette Frederiksen mostró empatía y firmeza al liderar la respuesta frente a la pandemia del COVID-19, y la finlandesa Sanna Marin destacó durante la crisis energética de 2022 por su valentía y claridad para enfrentar escenarios complejos.
Chile cuenta con un referente propio: Michelle Bachelet. Su liderazgo, tanto en la presidencia como en organismos internacionales, se ha caracterizado por la construcción de consensos, la defensa de los derechos humanos y una visión estratégica orientada al bienestar social. En momentos de inestabilidad política y social, Bachelet proyectó estabilidad y credibilidad, confirmando el impacto que puede tener un liderazgo femenino transformacional en la gobernanza.
En este sentido, la Ley “Más Mujeres en Directorios” no es únicamente un mecanismo de corrección numérica o justicia social. Es, sobre todo, una oportunidad para abrir paso a liderazgos capaces de conjugar eficiencia económica con cohesión social, innovación y sostenibilidad. Apostar por más mujeres en los directorios es, en definitiva, apostar por un futuro empresarial más resiliente y humano, avanzando hacia espacios laborales más seguros, inclusivos y diversos.