Súmate a nuestro canal en: WhatsApp
Toldos azules, bodegas ocultas y políticas grises: Comercio ambulante y crimen organizado
Foto: Agencia Uno

Toldos azules, bodegas ocultas y políticas grises: Comercio ambulante y crimen organizado

Por: Romina Baeza Illanes | 25.08.2025
El comercio ambulante en nuestras comunas ya no es solo un problema de ordenamiento urbano. Detrás de cada toldo azul hay mafias que operan con bodegas, protección criminal y redes logísticas. Recuperar las calles significa quitarle poder al crimen organizado y devolverle la ciudad a la gente honesta.

En San Bernardo lo vimos con claridad: una bodega clandestina con fuegos artificiales fue apenas el comienzo. Días después, en un taller ilegal dentro de una toma, se encontraron vehículos robados vinculados a un atraco en Cerrillos. En Independencia, allanamientos recientes demostraron cómo bandas criminales usan el comercio ambulante como fachada para actividades mucho más graves.

Estos casos nos confirman algo que ya venimos advirtiendo: cuando hablamos de comercio ambulante ya no estamos discutiendo solo sobre el orden de las veredas o la estética de nuestras plazas. Estamos hablando de seguridad pública.

[Te puede interesar] Milei en shock por un escándalo de coimas que golpea su círculo íntimo y hace crujir su estructura de poder

El comercio informal, capturado por mafias, funciona con la misma lógica de una empresa: logística, bodegas, protección armada y una cadena de mando que intimida a quienes se atreven a salir de su control.

Los municipios hemos actuado con decisión. En San Bernardo no hemos dudado en enfrentar este fenómeno, aun cuando cada operativo implica riesgos y cuestionamientos. Pero sabemos que si el Estado no asume su rol de manera integral, nuestros esfuerzos terminan siendo insuficientes.

Hoy lo que ocurre es que un desalojo en una comuna desplaza el problema a la siguiente. Y así, mientras el municipio se esfuerza por recuperar las calles, las mafias se reorganizan, buscan nuevos espacios y vuelven a instalarse.

Por eso es clave entender qué significa de verdad “recuperar las calles”. No es solo despejarlas de carritos o toldos. Recuperar las calles es impedir que la mafia siga usando la necesidad de miles de familias como pantalla para negocios criminales. Recuperar las calles es garantizar que nuestras vecinas y vecinos puedan caminar tranquilos, que el espacio público vuelva a ser un lugar de encuentro y no de miedo.

Ahora bien, también sabemos que la respuesta no puede limitarse a la fuerza pública. Si expulsamos a quienes hoy dependen del comercio informal sin darles alternativas laborales, lo único que hacemos es dejarlos aún más vulnerables al reclutamiento de estas redes. El Estado y los gobiernos locales tienen que ofrecer opciones concretas, recuperación de espacio público, prevención situación, trabajo digno y programas reales de formalización, no solo discursos y acciones populistas.

[Te puede interesar] Israel sigue asesinando periodistas en Franja de Gaza: También bombardeó el Hospital Nasser

Chile necesita una política nacional que combine tres cosas:

  1. Trabajo digno y formalización verdadera, para que quienes hoy viven de la informalidad tengan alternativas y no terminen capturados por las mafias.

  2. Seguridad pública como prioridad nacional, con coordinación interinstitucional, persecución penal seria y sin concesiones frente al crimen organizado.

  3. Reordenamiento urbano con participación ciudadana, para que los cambios respondan a las necesidades de las comunidades y no sean solo medidas cosméticas.

Porque si no enfrentamos el problema en su real magnitud, seguiremos atrapados en un círculo de desalojos esporádicos y discursos populistas que no resuelven nada. No se trata de barrer la calle para la foto, se trata de cortar las redes que sostienen a estas mafias y devolverle la ciudad a los vecinos.

Recuperar las calles es arrebatárselas al crimen organizado. Y eso no se logra con indiferencia ni con medias tintas: se logra con trabajo en red, un Estado firme, que no negocie con la ilegalidad, y con municipios que tengan las herramientas para proteger a sus comunidades.

Las vecinas y vecinos de San Bernardo, y de todo Chile, merecen caminar en una ciudad segura, ordenada y justa. Esa es la verdadera batalla: devolverle la calle a la gente honesta.

[Te puede interesar] Ex-Edificio Diego Portales: La última oportunidad de salvar un sitio de memoria