
Multilateralismo, unilateralismo y neoliberalismo
En el campo del comercio y de las finanzas internacionales el multilateralismo dice relación con la toma de decisiones en forma colectiva, entre varios países, para decidir normas y responsabilidades en el ámbito colectivo.
El neoliberalismo, en cambio, es una doctrina que postula que los movimientos e intercambios internacionales, de mercancías y de capitales, debe llevarse a cabo por medio de fronteras lo más libres y abiertas posible, con la menor intervención del estado -y si se puede, hasta con la ausencia de aranceles-, y todo ello sin importar si esas decisiones y esas normas son el fruto de consensos colectivos o son decisiones de uno solo de los países participantes en el comercio internacional contemporáneo. El multilateralismo y el neoliberalismo no son, por lo tanto, lo mismo.
Lo contrario al multilateralismo es el unilateralismo, en que cada país actúa de acuerdo a sus particulares intereses, sin atenerse a normas colectivas de ninguna naturaleza, y con poca o ninguna consideración a los intereses o puntos de vista de los otros países de la escena internacional.
El multilateralismo se nutre de la idea de que los grandes problemas que enfrenta hoy en día la humanidad, tales como el cambio climático, el calentamiento global, las epidemias, la pobreza, el comercio, el hambre, las guerras, y muchos otros asuntos similares, no pueden ser solucionados por la vía de que cada país haga la que quiera.
Está presente en el multilateralismo la idea que el diálogo entre los países que componen hoy en día la comunidad internacional, y la búsqueda de consensos, de apoyos mutuos, de normas mutuamente respetadas, de responsabilidades compartidas y de solidaridad internacional son los mecanismos necesarios e inescapables para asegurar el futuro de la humanidad.
El multilateralismo, en todo caso, no implica la existencia de un gobierno mundial, o de un supra gobierno -que anule por completo la soberanía de los países parte- sino de una cooperación mutua para solucionar problemas que son comunes y para acatar normas de comportamiento internacional que sean colectivamente establecidas, conservando cada país su independencia para decidir sobre los asuntos ajenos al ámbito de lo colectivo, y para actuar dentro de los grados de libertad que dejen las normas que les son comunes.
El neoliberalismo, en cambio, no pone el acento en las formas institucionales o en los mecanismos de toma de decisiones en el campo del comercio internacional -que pueden ser de carácter multilateral o unilateral- sino en el contenido de dichas normas o resoluciones, que como ya hemos dicho, dicen relación con la liberalización del comercio internacional, que se asume es la forma más conveniente para lograr el mayor crecimiento posible del producto en un plano tanto individual como lo colectivo.
La máxima expresión del multilateralismo en el campo del comercio y de las finanzas internacionales ha sido, desde las últimas décadas del siglo pasado, la creación y puesta en funcionamiento de la Organización Mundial de Comercio, en cuyo nacimiento participaron cerca de 150 países y dieron origen a normas sobre todos los aspectos lo más relevante del comercio y de las finanzas internacionales, pero poniendo énfasis en todo momento en la liberalización del comercio.
Se dio, entonces, la paradoja de que el organismo más multilateral que se haya creado, en el plano de las relaciones internacionales, hizo suyas las ideas más liberales de toda la historia del capitalismo. Se dio un maridaje, muy extraño, entre multilateralismo y neoliberalismo.
Las decisiones de la actual administración estadounidense en relación a los aranceles que Estados Unidos cobrará a las mercancías provenientes de otros países, han mostrado al mundo la expresión más acabada del unilateralismo, pero ha dado origen también a múltiples declaraciones en favor del multilateralismo, como una alternativa a la nueva situación creada.
Pero el multilateralismo que nazca no puede ser igual al multilateralismo neoliberal que debe quedar atrás. Debe ser un multilateralismo en que hayan normas de obligatorio cumplimiento, pero también deben existir espacios y grados de libertad para que cada país pueda llevar adelante estrategias de desarrollo que incluso cuenten con la solidaridad y el apoyo del resto de los países de la comunidad internacional.