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Biotecnología y seguridad alimentaria: Tomate editado genéticamente reduce en un 85% el espacio en cultivos verticales
La edición genética aumentó el rendimiento productivo en un 180%. Foto: depositphotos

Biotecnología y seguridad alimentaria: Tomate editado genéticamente reduce en un 85% el espacio en cultivos verticales

Por: Pablo Oyarzún | 18.06.2025
Gracias a una innovación biotecnológica china, es posible cultivar tomates de forma vertical en espacios reducidos, lo que abre nuevas posibilidades para la implementación de agricultura urbana y sostenible, reduciendo drásticamente el uso de suelo, agua y pesticidas.

Una novedad para la producción de alimentos en espacios reducidos. Científicos chinos han desarrollado una variedad de tomate genéticamente editada que es capaz de disminuir en un 85% el espacio necesario para su cultivo en sistemas de agricultura vertical, esto refleja un paso fundamental para la seguridad alimentaria en entornos urbanos y un uso más eficiente de los recursos naturales.

Tal innovación fue publicada en la revista Journal of Integrative Plant Biology en el pasado mes de mayo, siendo encabezada por investigadores del Instituto de Genética y Biología del Desarrollo (IGDB) de la Academia China de Ciencias, en conjunto con el Laboratorio Nacional de Yazhouwan.

La producción de tomates bajo este método demuestra un alto rendimiento.
La producción de tomates bajo este método demuestra un alto rendimiento. Foto: cedida

Agricultura vertical   

Este desarrollo ejemplifica de qué manera la edición genética permite adaptar cultivos como el tomate, que usualmente son difíciles de cultivar en espacios reducidos, para su producción en estructuras verticales controladas.

La agricultura vertical, también conocida como “fábricas de plantas”, permite cultivar alimentos en estructuras cerradas, iluminadas artificialmente y dispuestas en capas, reduciendo drásticamente el uso de suelo, agua y pesticidas. De cara a desafíos globales como el cambio climático, la rápida urbanización y la reducción de tierras cultivables, es que su aplicación paulatinamente se torna más relevante.

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Edición positiva

El equipo científico editó uno de los distintos genes asociados a la biosíntesis de giberelinas, una fitohormona que controla el crecimiento de tallos y raíces.  Esto, asociado con otros genes propios del tomate, que aceleran la floración y sincronizan la maduración de los frutos, dio lugar a plantas compactas, de tallo corto y cosecha más rápida, ideales para sistemas de cultivo intensivo en espacios reducidos.

Los resultados superaron las expectativas: además de reducir el espacio requerido en un 85%, la nueva variedad acortó el ciclo de cosecha en un 16% y aumentó el rendimiento productivo en un 180%, todo con menor consumo energético y mayor eficiencia por metro cuadrado cultivado.

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Innovación biotecnológica

“La optimización significativa del espacio necesario para cultivar tomates no es solo un logro técnico, es una muestra concreta del poder transformador que tiene la biotecnología agrícola y la edición genética. Este tipo de innovaciones son clave para avanzar hacia sistemas alimentarios más eficientes, sostenibles y adaptados a la realidad urbana y climática del siglo XXI”, comentó el Dr. Miguel Ángel Sánchez, director ejecutivo de ChileBio.

Los investigadores confirman que las rutas genéticas utilizadas en este desarrollo se encuentran presentes en muchas otras especies vegetales, lo que posibilitaría la extensión de este método a una dilatada variedad de hortalizas. De este modo, queda abierta la puerta hacia una nueva generación de cultivos diseñados específicamente para entornos urbanos, sostenibles y resilientes.

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