
Paro de CONAF: El ignorado daño a pequeños emprendedores y comunidades rurales
Una vez más, los parques nacionales están cerrados por una nueva paralización indefinida de CONAF, justo ad portas de las vacaciones de invierno. Esta situación, que se repite con preocupante frecuencia, afecta gravemente a territorios como Melipeuco, donde el turismo de naturaleza es el principal sustento de cientos de familias.
Llevamos años arrastrando este problema: cierres reiterados por lluvia, nieve, viento, olas de calor y demandas laborales, varias de las cuales son muy atendibles y urgentes de resolver.
Sin embargo, la falta de protocolos claros y soluciones estructurales ha dejado al turismo rural y de naturaleza en total vulnerabilidad. Más grave aún, durante las últimas movilizaciones hemos recogido, con dolor, múltiples testimonios de visitantes hostigados, maltratados e incluso amenazados por funcionarios movilizados.
Estas acciones, además de inaceptables, son ilegales: los parques nacionales pertenecen a todos los chilenos, y su libre acceso está garantizado por la Ley N° 18.362 sobre el Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas del Estado.
Melipeuco no es cualquier destino, somos Zona de Interés Turístico (ZOIT), parte de la Reserva de la Biosfera Araucarias y del Geoparque Mundial Kutralkura reconocido por la UNESCO. ¿Es posible que siga siendo ésta la única medida de negociación?
Impedir el acceso a las áreas protegidas paraliza la vida de una comuna entera. Más de 6.000 habitantes estamos siendo afectados por esta medida que bloquea nuestra principal fuente de ingresos, trabajo y desarrollo local.
Pese a múltiples conversaciones, intenciones y acuerdos, CONAF sigue sin permitir una participación real y vinculante de las comunidades, los vecinos y los emprendedores, en la gestión de estas áreas. Las decisiones se toman a puertas cerradas, con criterios arbitrarios, injustos y profundamente desconectados del territorio.
Estas prácticas no solo vulneran los derechos de quienes habitamos el territorio, sino que además degradan gravemente la imagen país frente al turismo nacional e internacional.
Como agravante, el único Parque Nacional que permanece abierto con acceso liberado es Torres del Paine. Ahí están los grandes empresarios del turismo. A ellos no los tocan. Una vez más, los costos de la inacción, la desigualdad y la descoordinación los pagamos los pequeños emprendedores y las comunidades rurales.
Toda la cadena virtuosa, de la mayor fuente de ingresos de nuestra comuna, detenida
No cuestionamos las legítimas demandas laborales, pero exigimos respeto, coherencia institucional y voluntad de transformación. ¿Hasta cuándo seguiremos pagando las consecuencias de una institucionalidad que no nos escucha ni nos representa?