
Protección de la naturaleza y el medio ambiente: ¿Conoces el Derecho Real de Conservación (DRC)?
El Derecho Real de Conservación (DRC) es una herramienta legal para promover la participación del sector privado en la conservación del patrimonio ambiental de Chile. La ley, que se promulgó en 2016, posibilita que propietarios privados puedan formalizar legalmente su voluntad de conservar el valor ecológico y cultural de sus terrenos.
Este acuerdo tiene un carácter libre, voluntario y flexible entre un propietario y un Garante de Conservación que se transforma en titular del DRC, con el propósito de respaldar su conservación en el largo plazo.
Condiciones permanentes
La principal motivación para establecer un DRC se basa en la voluntad de un propietario de tierras de resguardar la naturaleza en la extensión de su predio.
Al ser un derecho real, el DRC se grava con la propiedad, es decir, que si llega a cambiar de propietario, se mantienen las condiciones estipuladas en el acuerdo.
Cómo se constituye
Para establecer un DRC se debe celebrar un contrato mediante escritura pública entre el propietario del terreno y el titular del acuerdo, el que posteriormente deberá ser inscrito en el Conservador de Bienes Raíces que corresponda.
Casos de conservación
En la región de Los Lagos, el lago Chapo y los terrenos a sus orillas colindan con el Parque Nacional Alerce Andino y la Reserva Nacional Llanquihue, formando un corredor biológico que permite el flujo natural y la preservación de ejemplares de flora y fauna.

La empresa Colbún, poseedora de tierras en la zona, destinó 436 hectáreas de bosques y ecosistemas para ser conservadas a perpetuidad bajo el alero de un DRC. En 2021, se firmó un contrato voluntario con Fundación Tierra Austral, en el que esta atiende el cumplimiento de la conservación del terreno. De este modo, el acuerdo se transformó en el primer DRC corporativo en Chile, evidenciando la conjunción entre la conservación y el sector productivo, siempre que los proyectos tengan un enfoque sostenible.
Otro caso es el de parque Hacienda El Durazno: un predio de 6.300 hectáreas ubicado al sur de la región de Coquimbo. Este se encuentra en una zona de transición entre el desierto y el clima mediterráneo, por lo que presenta al mismo tiempo un ecosistema muy variado, pero vulnerable a los cambios globales y a intervenciones humanas.

Allí es posible encontrar flora nativa típica como el guayacán, la añañuca y la uvilla, fauna como el puma, la chinchilla y el carpinterito del norte. El predio destaca por su interés científico y, además, como patrimonio cultural.
Actualmente, la Fundación Llampangui administra el parque y actúa como titular de un DRC que contiene el patrimonio natural del parque, con el fin de conservar su patrimonio natural y cultural para la comunidad local.
Desarrollo inmobiliario
El desarrollo inmobiliario se ha transformado en una problemática a nivel nacional, siendo una de las principales causas de la pérdida de hábitat. Al no considerar el contexto ambiental, esta clase de proyectos puede provocar una veloz pérdida de fauna, erosión del suelo, alteración de los cuerpos de agua, entre otros daños.
Al respecto, el DRC permite determinar el uso que tendrá la tierra, impidiendo o controlando parcelaciones y construcciones de caminos, servicios u otras estructuras que causen un efecto negativo en el ecosistema, por lo tanto, limita el impacto de este tipo de proyectos.