
“Crecimiento para todas y todos”, el nuevo modelo económico que propone Winter
El programa de Gonzalo Winter propone un nuevo modelo económico para favorecer un “crecimiento para todas y todos”. Este modelo constituye la base material de su estrategia de desarrollo para Chile al 2050. Hay razones poderosas para su propuesta.
A todas luces el crecimiento económico se encuentra agotado, con un estancamiento de la productividad, que ya arrastra 16 años. El argumento de reducción de la pobreza, de quienes defienden el modelo actual, olvida que las desigualdades sociales y territoriales, propias de nuestro país, constituyen el principal peligro para la convivencia ciudadana democrática y la seguridad pública.
El ritmo de reducción de la actividad económica, después de los primeros años de la Concertación, es consecuencia de una matriz productiva exportadora de recursos naturales, con un Estado que cerró las puertas a la diversificación económica.
Los focos extractivistas concentrados en la minería, madera y pesca han perdido fuerza y son demasiado estrechos para ofrecer oportunidades económicas a nuevos empresarios con ansias de emprender; y, al mismo tiempo, cierran puertas a una fuerza de trabajo que desea trabajos decentes y salarios dignos, lo que ha empujado a la informalidad.
Un Estado pasivo, disciplinado por los mercados, no ha desempeñado un rol directivo en desarrollo productivo del país. Todos los gobiernos, obsesionados por la contabilidad macroeconómica, han olvidado imaginar e implementar políticas económicas que orienten los recursos y entreguen señales en favor de oportunidades de negocios que ayuden a diversificar la economía.
Así las cosas, junto con la disminución de la tasa de crecimiento del PIB la productividad se encuentra estancada, la inversión en ciencia y tecnología alcanza apenas el 0,38% del PIB y las actividades industriales vienen reduciendo inexorablemente.
En el plano internacional, la política comercial de apertura radical al mundo ha ayudado a consolidar el modelo extractivista, lo que ha convertido a nuestro país en un proveedor de materias primas y alimentos para la industrialización china y las necesidades de los países desarrollados. La extensa red mercados abiertos por los Tratados de Libre Comercio no ha servido como estímulo para diversificar exportaciones ni para atraer inversiones que se localicen en sectores productivos agregadores de valor.
El crecimiento requiere dirección
La pasión por el crecimiento, presente en economistas, empresarios y políticos de variado signo, resulta inútil si no se propone una transformación productiva que se asiente en todos los territorios y que sirva para multiplicar las oportunidades de empleo digno. Es lo que propone el programa de Winter, y es lo que permitirá que el crecimiento beneficie a todas las familias y no sólo al 1% más rico de la población y a sus allegados.
Los cambios en el escenario global -como la crisis climática, los cambios geopolíticos y las tensiones comerciales- ofrecen una oportunidad inigualable para transformar nuestra forma de crecer, innovando la manera en que producimos y distribuimos la riqueza. Hoy resulta evidente que entregar la orientación del crecimiento económico exclusivamente al mercado genera limitaciones productivas que nos impiden responder a los desafíos y expectativas sociales de un país que aspira al desarrollo. El Estado debe asumir su responsabilidad en la dirección a la economía.
La estrategia de desarrollo que propone Winter para superar el estancamiento y reducir las desigualdades sociales y territoriales exige un nuevo modelo económico. Éste deberá, en primer lugar, impulsar una política industrial que apunte a diversificar la estructura productiva del país. Para ello habrá que elaborar propuestas impositivas y de subsidio que orienten los recursos a actividades de transformación, que agreguen valor a los bienes y servicios.
Por cierto, la política comercial deberá apoyar a la política industrial, favoreciendo la incorporación de inversiones extranjeras en los sectores de transformación productiva.
El documento propone que el Estado, las universidades, sindicatos y gremios empresariales deberán alcanzar un compromiso para precisar el diseño e instrumentos que requiere el nuevo modelo de desarrollo productivo.
Segundo. Con el objetivo de mejorar la competitividad y potenciar las exportaciones, se señala imprescindible otorgar prioridad a la inversión pública en el transporte ferroviario, ligado a los corredores bioceánicos, junto a la modernización de los puertos. Y, desde luego, resulta impostergable el aumento de la inversión en investigación y desarrollo para alcanzar un valor del 2% del PIB al 2030, lo que acercaría a nuestro país a la media de la OCDE.
Tercero. Es muy relevante que se señale que los minerales estratégicos, muy especialmente el litio, deben convertirse en eje del desarrollo productivo, mediante la agregación de valor, innovación tecnológica y empleo calificado. Esta propuesta revela el interés de avanzar más allá del extractivismo y expresa el reconocimiento que la industria y la transformación productiva son el camino del desarrollo.
Cuarto. Es claro que Chile tiene un indiscutible potencial agrícola, pero que no se ha aprovechado en plenitud, con una competencia peruana y argentina que nos desafían en una serie de rubros. Por ello, es interesante la propuesta de impulsar mejoramientos sustantivos en la productividad agropecuaria, mediante la reducción de brechas en zonas rurales rezagadas y, también, favoreciendo desarrollos tecnológicos y el comercio digital de pequeños emprendedores rurales.
El nuevo modelo económico, que propone “crecer para todas y todos”, constituye la base material de la estrategia de desarrollo propuesta por Winter, la que incluye una permanente preocupación por reducir las desigualdades y proteger el medio ambiente. Junto al nuevo modelo económico la estrategia contempla otros tres ejes relevantes: la protección social con un sistema de cuidados, el mejoramiento de la seguridad pública y finalmente un Estado más eficiente, con un rol orientador y organizador de esta vía chilena hacia el desarrollo.