
Compraron casas que resultaron tener filtraciones, grietas y humedad: Indemnizarán con $136 millones por cada vivienda
Las familias del condominio Amanecer XVII, en la comuna de La Reina, vivieron por años una pesadilla dentro de sus propias casas.
Según se puede apreciar en el fallo judicial, las viviendas, entregadas por la Inmobiliaria Azopardo y construidas por la empresa B y S Construcciones Limitada, presentaban defectos graves: pisos hinchados, muros con humedad, grietas estructurales y problemas en las cubiertas.
Estos daños no solo afectaron la calidad de vida de los residentes, sino que también pusieron en riesgo su seguridad. Frente a esta situación, un grupo de copropietarios decidió acudir a la justicia.
La demanda se presentó ante el Segundo Juzgado Civil de Santiago, donde se logró acreditar que las fallas provenían de deficiencias en la construcción y no de mal uso por parte de los dueños.
El tribunal determinó que las empresas responsables debían responder solidariamente como primeras vendedoras y constructoras.
En primera instancia, se fijó una indemnización por daño emergente equivalente a $137.041.211 por cada vivienda afectada, además de $2.000.000 por daño moral para cada demandante.
Las empresas apelaron, pero la Corte de Apelaciones de Santiago confirmó la decisión, respaldando la valoración de la prueba, especialmente el informe pericial que detalló la magnitud y el origen de los daños.
Finalmente, las compañías intentaron revertir el fallo mediante un recurso de casación en la Corte Suprema, alegando infracciones a las normas sobre carga de la prueba y valoración de informes técnicos.
Sin embargo, la Cuarta Sala del máximo tribunal, integrada por las ministras Gloria Ana Chevesich, Andrea Muñoz, Jessica González y las abogadas integrantes Leonor Etcheberry y Fabiola Lathrop, rechazó el recurso.
En su fallo, la Suprema afirmó que no se acreditaron errores en la aplicación de las normas probatorias ni en la valoración de la prueba.
Señaló que la judicatura de instancia había razonado conforme a la lógica y las máximas de experiencia, entregando fundamentos suficientes para acoger la demanda.
Con esta decisión, quedó firme la condena que obliga a las empresas a indemnizar a los afectados por los daños materiales y morales sufridos en sus viviendas, cerrando así un proceso judicial que duró varios años y que marcó a las familias del condominio Amanecer XVII.