
Subsecretario de Ambiente: “Una ciudad desarrollada no rellena humedales sino que los integra y aprovecha sus beneficios”
Este 26 de abril se reconoció bajo ley el humedal urbano de Quilicura, luego de un largo trabajo de organizaciones sociales y el municipio y de una declaratoria anterior que fue revertida ante la justicia por inmobiliarias que reclamaban parte de la superficie protegida.
En entrevista con El Desconcierto, el subsecretario de Medio Ambiente, Maximiliano Proaño, detalla el trabajo que se está haciendo para fortalecer la aplicación de la ley de humedales urbanos ante el aumento de declaratorias revertidas por privados, y llama a cambiar la visión sobre estos ecosistemas, que cumplen un importante rol en proteger a vecinos y hogares de eventos climáticos extremos como inundaciones y olas de calor.
¿Qué tiene de particular el humedal de Quilicura?
Este humedal tiene detrás una ciudadanía organizada especialmente fortalecida en torno a la protección del ecosistema y que llevan mucho tiempo trabajando con la municipalidad para lograr esta declaratoria, por lo que sabemos que va a ser un aporte para la comunidad de Quilicura que necesita acceso a áreas verdes. Es uno de los 10 humedales más grandes del país, tiene 468 hectáreas y alberga especies únicas, entre ellos el piuquén que actualmente está en peligro de extinción. Su declaratoria nos va a permitir proteger un hábitat clave de esta especie y de otras como el ave sietecolores, el sapito de cuatro ojos, el coipo y más.
Quilicura es una zona baja de la ciudad, vulnerable a inundaciones cuando hay muchas lluvias. ¿Esta declaración puede servir ante dicha problemática?
Justamente necesitamos cambiar la visión que se tenía respecto a los humedales hace algunas décadas, cuando se los veía como zonas intervenibles que se pueden rellenar y construir o terminar como basurales clandestinos. Vamos tomando conciencia del rol urbanístico que cumplen en zonas bajas de la ciudad y urbanizadas donde históricamente se acumula el agua. Un espacio tan grande como este ayuda a mitigar las inundaciones. Rellenar y construir sobre él aumenta el riesgo de anegamientos. Protegerlo era necesario para generar una gobernanza en torno a él y avanzar en resiliencia de la comuna ante eventos extremos de inundaciones.
¿Hay ya planeadas acciones futuras como construcción de infraestructura o senderos educativos en el humedal?
La declaración es un paso fundamental porque se hace un estudio de las especies y objetos de protección del humedal, pero es un primer paso y lo que verdaderamente va a garantizar la protección del espacio es que haya un plan de manejo y gestión construido con la ciudadanía organizada. Durante lo que queda de nuestra gestión vamos a abrir Fondos de Protección Ambiental extraordinarios para generar estos planes de gestión para humedales urbanos y santuarios que todavía no tienen este instrumento, para que organizaciones de la sociedad civil postulen y desarrollen planes que pueden incluir infraestructura asociada, y otras formas de integrar los humedales a la vida de la ciudad.
En Quilicura existe una gran presión industrial y en los últimos años han surgido conflictos socioambientales por los datacenters que se instalan y hacen un uso intensivo de agua del estero que alimenta este humedal. ¿Es esto una amenaza para este ecosistema?
Efectivamente ha existido esta preocupación por eso también generaba tanta expectativa en las organizaciones sociales esta declaratoria, porque el solo hecho de reconocer el humedal otorga ciertas garantías como que todos los proyectos que se vayan a instalar en el área y que puedan afectar el ecosistema se sometan a evaluación ambiental y deban plantear medidas para reducir su impacto. También hay otra legislación que se ha robustecido en los últimos años y que es la de delitos económicos, bajo la cual intervenir un humedal sin autorización es un delito con responsabilidad penal. Creemos que como país tenemos que seguir avanzando, pero la legislación se ha ido fortaleciendo. Además, al ser declarado este ecosistema bajo la ley de humedales urbanos, las actividades que ya se realizan en sus inmediaciones serán sometidas a una fiscalización más intensiva por parte de la Superintendencia de Medio Ambiente.
Este humedal había sido declarado en 2021 y el proceso se retrotrajo por una acción judicial de inmobiliarias. ¿Se tuvo que modificar el polígono de protección para dejar afuera los espacios reclamados por privados?
Efectivamente el humedal de Quilicura fue reconocido en 2021 y el Segundo Tribunal Ambiental acogió parcialmente una reclamación que ordenó retrotraer el procedimiento a una etapa bien inicial. Se hizo una nueva ficha de análisis técnico y un proceso de cartografía del humedal junto a organizaciones sociales de la comuna que tienen mucha capacidad técnica, y estamos orgullosos del trabajo que se hizo. Hubo ciertos cambios en la delimitación del polígono, pero no son significativos. Sigue siendo uno de los diez humedales más grandes del país en ser reconocidos y sabemos que enfrenta diversas amenazas por la presión urbanizadora y de depósito de escombros, además de que su superficie ha sido calificada como un área de anegamiento recurrente. Aceptando la sentencia del tribunal creo que hicimos un trabajo muy profesional con involucramiento ciudadano y esperemos que esta declaratoria quede firme para poder avanzar en un plan de gestión para proteger efectivamente el ecosistema.
El caso de este humedal se ha repetido en varias ocasiones en que las declaraciones de humedales se terminan revirtendo tras reclamaciones de privados ante la justicia. ¿Hay algo que se pueda cambiar en la ley o en su aplicación para evitar esto?
No han sido pocos los casos en que las declaratorias se judicializan y es una facultad que tienen los privados de reclamar si estos procesos de protección de humedales afectan sus intereses. Por esto creemos que es necesario un cambio de visión sobre como comprendemos los humedales y los servicios ecosistémicos que entregan para protegernos de inundaciones, regular la temperatura y mitigar otros impactos del cambio climático para hacer las ciudades más resilientes. Se ve a los humedales como un freno al crecimiento, pero una ciudad desarrollada no rellena humedales, sino que los integra y aprovecha sus beneficios.
Más allá del cambio de visión para valorar los humedales, ¿hay algún cambio que se pueda hacer en la ley para fortalecer estas declaratorias?
A raíz de los criterios que han exigido y marcado algunas de las sentencias judiciales que revirtieron declaratorias hemos ido avanzando en la aplicación de esta ley. Es una normativa que ha significado un trabajo enorme por parte del Ministerio en cuanto a capacidades profesionales. Hemos ido contratando a profesionales cada vez más especializados y capacitando a los que ya estaban, generando guías y criterios más claros en los procesos de declaratoria y otros lineamientos para lograr que sean más robusto. No vemos necesario un ajuste a la ley en sí, sino que estamos haciendo un proceso de ajuste y de aprendizaje desde la institucionalidad para los procesos de declaratoria. Este fortalecimiento debe ir de la mano con el cambio de visión y revalorización de los humedales urbanos como un aporte a la calidad de vida de las personas que viven en las ciudades.