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Trump y el desajuste político del capitalismo chilensis
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Trump y el desajuste político del capitalismo chilensis

Por: Arnaldo Delgado | 14.04.2025
Aunque no haya sido tan bullado, la diferencia de posturas entre los partidos Republicano y Nacional Libertario con la Sofofa y la CPC, respecto a la reelección de Trump, habla justamente de diferencias estratégicas en la recomposición del capitalismo criollo. Una vía ideológica ofensiva, por una parte; una vía pragmática y de acuerdos tutelados, por otra.

A propósito de la guerra comercial, y particularmente de los aranceles que Trump impuso a distintos países, incluido el nuestro, algunas voces han especulado sobre el impacto que esto tendría en la arquitectura del modelo chileno; impacto que, según los más temerarios, podría llegar incluso al fin del neoliberalismo criollo.

No obstante lo atrevido de una tesis así, lo cierto es que la mutación del neoliberalismo, tal como lo conocemos, al menos, tensiona y tensionará aún más a las derechas locales si pensamos en sus respectivas estrategias restituyentes; es decir, en las expectativas y proyecciones políticas que las derechas hacen sobre el reordenamiento del capitalismo local, hegemónicamente desgastado y que ahora, además, recibe forzosamente directrices desde el norte.

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Aunque no haya sido tan bullado, la diferencia de posturas entre los partidos Republicano y Nacional Libertario con la Sofofa y la CPC, respecto a la reelección de Trump, habla justamente de diferencias estratégicas en la recomposición del capitalismo criollo. Una vía ideológica ofensiva, por una parte; una vía pragmática y de acuerdos tutelados, por otra, como veremos.

Pero antes, para densificar un poco más este asunto, quiero traer a colación un libro publicado en castellano hace un par de meses atrás por LOM: La opción por la guerra civil, otra historia del neoliberalismo, de Dardot, Laval, Guéguen y Sauvetre, en el que trazan distintos hitos de la historia neoliberal a partir de un mínimo común: la fuerza y la violencia.

Si bien unas de las características de la representación política del capitalismo actual ha sido la beligerancia, con Bolsonaro, Meloni, Milei o el mismo Trump como ejemplos, lo que argumentan los autores es que el factor violencia no sería una excepción coyuntural de estos tiempos, sino que el fundamento mismo de la historia neoliberal; un fundamento que a veces se muestra a la luz, como ahora, con el estilo belicoso y la política beligerante, y otras en que la violencia ocurre constante pero soterradamente.

El fundamento violento, que hoy se muestra, que se desenmascara, lleva a los autores a proponer que la estrategia del neoliberalismo actual es la de la guerra civil. Una guerra civil, pero que, a diferencia de lo que entendemos tradicionalmente por un conflicto de estas características, no ocurriría en un solo país, ni menos aisladamente, sino que en varios al mismo tiempo: decenas de guerras civiles sucediendo al instante para enmendar el imperio de la propiedad y del libre mercado contra quienes amenacen su estabilidad.

En este sentido, las medidas proteccionistas de Trump, o la política del Brexit hace un par de años atrás, no serían necesariamente ejemplos de una muerte lenta del neoliberalismo a causa de un nacionalismo económico, sino que, más bien, sería un reordenamiento estratégico en que los Estados-naciones pasan a ser sedes de una guerra económica multifocal.

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Pasamos de un campo desmarcado, desregulado, a otro con múltiples parcelaciones Estado-nacionales pero que, sin embargo, pese a sus estrategias diferenciales, tienen siempre en perspectiva la victoria estratégica global del capital. De allí, por ejemplo, pese al horizonte común, la diferencia entre la estrategia de Milei en Argentina con la del mismo Trump en Estados Unidos, pero también con la que, eventualmente, tendrán quienes asuman el gobierno acá en Chile.

Pero ¿Están preparados para ser sede local de la guerra civil total?

Kast y Kaiser, calzados de bototos militares, representan en buena parte la disposición de guerra para enmendar el orden y el imperio de la propiedad y el libre mercado. Y lo hacen, por el momento, mediante una batalla cultural ofensiva; es decir, intentan rearticular hegemonía libremercadista mediante ideología y conservadurismo.

Matthei, como buena representante de la Sofofa, la CPC et al., apuesta por el pragmatismo de la acumulación y la ganancia empresarial con una posición ideológica defensiva, con dosis comedidas de conservadurismo (ajustadas a lo necesario electoralmente, diríamos), con bototos que asoman (pero más escondidos que la de los otros germanos), y que bien se acomoda al orden de los acuerdos estilo noventas, esa de la democracia tutelada y pactada en complicidad de la ex Concertación.

Sin embargo, Trump, a la derecha de Kaiser y Kast, le desestructura la doctrina con la que fundamentan su lucha ideológica, y, a la derecha de Matthei-Sofofa-CPC et al., le desestructura el bolsillo.

¿Están, entonces, preparados para ser sede local de la guerra civil total? ¿Atisban los caminos a seguir aún ganando la presidencial? para Kast-Kaiser, la estrategia es borrosa por su sobre-ideologización, mientras que para Matthei-Sofofa-CPC es difusa por la falta de ejercicio teórico causada por su excesivo pragmatismo.

Siempre está el factor fuerza y violencia para ordenar, claro, es lo que han venido sugiriendo hace años, sin embargo el orden, en política, no es orden a secas. El orden precisa siempre de un apellido. ¿Qué van a ordenar? Ya no saben. El carácter de ese orden, a la derecha chilena, con Trump, se le desdibujó totalmente en estos días.

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