
Cosecha de agua lluvia crece en Chile ante la sequía, pero advierten riesgo de salud por desregulación
Ante la prolongada sequía y la cantidad de personas en el país que reciben su agua potable de camiones aljibe, han surgido soluciones comunitarias para cosechar agua lluvia, acumularla en estanques y usarla para regar u otras actividades.
Pero el crecimiento de estas iniciativas sin una regulación estatal podría generar riesgos para la salud de las personas, además de perder la oportunidad de incentivar este tipo de soluciones de bajo costo, como sí lo hacen otros países de la región.
Así lo destaca la Dra. Gladys Vidal Sáez de la Universidad de Concepción, que explica la necesidad de analizar las actividades humanas que se realizan en un territorio antes de aplicar estos sistemas de cosecha de agua lluvia. Esto porque la saturación de la atmósfera con contaminantes puede afectar la calidad del agua cosechada, por ejemplo en zonas donde se quema mucha leña en invierno.
Además, explica que “hay formas y períodos de almacenamiento que deben considerar la calidad del agua, la temperatura de almacenamiento, la radiación solar, el material de los estanques de almacenamiento entre otros. Como el agua capturada de la lluvia no es estéril, evidentemente tendrá materia orgánica o bacterias fecales producto de las superficies que capturan el agua”.
Por esto, la académica declara que usar agua lluvia para beber no es aconsejable en el país aún, debido a la falta de regulación y fiscalización necesaria para garantizar que la calidad del agua no genere problemas en la salud de las personas.
Regulación para cosechar aguas lluvia
La académica destaca que la cosecha de agua lluvia es una fuente de agua alternativa ante la crisis hídrica, que se puede encausar para reducir los riesgos y aumentar los beneficios a través de una regulación, como ocurre en otros países.
Menciona por ejemplo el caso de Brasil, donde la incipiente regulación sobre agua lluvia ha permitido que los nuevos edificios consideren en sus techos un sistema de uso de agua lluvia cosechada.
Algunos de estos sistemas instalados en Brasil logran incluso generar agua potable a través de un sistema de membranas en los edificios que filtran el agua y la potabilizan.