Con técnica de Conaf campesinos plantan árboles para que vuelva el agua y salvarse de sequía
Chile lleva más de una década bajo sequía, y las proyecciones climáticas vaticinan que cada vez habrá menos lluvia en la zona central del país. Las soluciones que se suelen anunciar para enfrentar la situación son grandes obras como embalses y pozos. Pero la naturaleza también tiene soluciones eficientes y de menor costo para ofrecer, que han sido probadas por su efectividad.
Una de ellas, son los árboles. Ya desde los 90 Conaf ha trabajado en varios proyectos de restauración de cuencas hidrográficas, comprobando que cuando los ríos están rodeados de vegetación, el suelo mejora su capacidad de capturar agua de las lluvias e infiltrarla en los acuíferos.
“Los suelos desnudos son los que más pierden agua y suelo. Toda esa agua que no se infiltra corre y puede provocar inundaciones y desastres. Cuando hay vegetación, el agua se queda en el bosque y hace un efecto esponja. Los cursos de los ríos deben mantener su vegetación porque el recurso hídrico será cada vez más escaso, y lo poco que llega hay que cuidarlo”, resume Celso Carnieletto, que ha trabajado en restauración de cuencas en Conaf.
Para hacerlo, usan soluciones llamadas obras de conservación de agua y suelo, que son pequeñas intervenciones en el suelo como terrazas, zanjas de infiltración o barreras vivas que retienen el agua y permiten que escurra lentamente por la superficie infiltrándose en el suelo y ayudando a reforestar.
Estas obras, combinadas con la presencia de vegetación, han logrado devolver el agua a comunidades. Carnieletto recuerda el caso de una comunidad rural en la sierra de Bellavista en la región de O’Higgins, que vio cómo se secaban los ríos tras un incendio en 1999, y logró recuperar el agua hasta el día de hoy a raíz de una intervención con obras de conservación y reforestación.
Árboles para el agua rural
El principio de mejorar los suelos alrededor de los ríos y llenarlos de vegetación ha sido adoptado por campesinos que administran Servicios Sanitarios Rurales (ex APR), y que se ven con dificultades para abastecer de agua a sus comunidades por la sequía.
Es el caso de las localidades de Mashué y Liñique en la región de Los Lagos, donde Conaf trabajó dos años junto a administradores del servicio de agua potable rural, plantando especies nativas en las cabeceras y bordes de cuencas para recuperar la salud del río y aumentar la disponibilidad de agua.
Un nuevo proyecto de este tipo se está desarrollando en las localidades de Aylín y San Luis del Alba en la cuenca del río Valdivia, donde las comunidades rurales ya establecieron 40 hectáreas como zonas de conservación donde se plantará bosque nativo para mejorar la disponibilidad de agua, que ha reducido en los últimos años.
Existen proyectos similares de reforestación en cuencas en comunidades que habitan la cuenca del río Pangue en un proyecto con participación de National Geographic, y en Tirúa con fondos de la Fundación Lepe.
Estas experiencias han recibido financiamiento de organismos internacionales como la ONU o la Unión Europea, y no solo se centran en la intervención y reforestación sino en un trabajo comunitario donde se enseña a vecinos y vecinas a propagar especies nativas, se construyen viveros comunitarios y se enseña a crear productos artesanales con elementos del bosque nativo para potenciar el desarrollo local sustentable.
Plantar agua
Estas experiencias que ocurren en el país parecen ir en línea con la evidencia científica que se acumula en el mundo y muestra el rol que cumplen los bosques y árboles en el ciclo hídrico.
Uno de los más recientes es un estudio publicado en la revista Nature en 2023. En él se muestra cómo en las zonas cerca del trópico donde han habido grandes procesos de deforestación, las lluvias han disminuido significativamente.
El proceso detrás de este fenómeno es la evapotranspiración, en que las plantas liberan humedad a la atmósfera. En el caso de los bosques tropicales, la evapotranspiración es tal que cumple un papel fundamental en el régimen de lluvias local.
Foto: Fundación Lepe.