
Integración latinoamericana ante la guerra comercial: La estrategia por la paz
Nula Lex
Toda política exterior es política pública, y como tal se rige tanto por el derecho como por la diplomacia. En esa línea, es incompresible que un Estado decida imponer aranceles a países que son socios comerciales en acuerdos internacionales recientemente adoptados.
Aquello puede colocar a los Estados que creen en el derecho internacional en una difícil posición económica, impactando sectores estratégicos como la agroindustria, la energía y la tecnología y por lo tanto los ingresos fiscales y el empleo. Es una ruptura tanto del derecho cómo de la diplomacia.
Cabe recordar que América Latina debió aplicar un modelo de proteccionismo durante la mitad del siglo pasado para lograr la industrialización, lo que indica que dicho modelo puede ser aplicado con éxito tomando las precauciones del caso, pero ello no es posible jurídicamente cuando existen acuerdos internacionales que no se han modificado de mutuo acuerdo.
Lo social como eje
Para enfrentar la situación internacional-económica amenazante que se avecina, es necesario volver a las propuestas de los promotores de estas ideas, entre los que se encuentra Felipe Herrera Lane, destacado abogado, economista, académico y político socialista chileno, ex ministro de economía y promotor de la integración de América Latina.
La teoría expuesta en la extensa obra de Felipe Herrera titulada "América Latina: desarrollo e integración" se centra en la importancia de la integración económica y política de los países de América Latina para lograr su desarrollo y progreso.
Sin embargo -desde la perspectiva neoliberal-, autores como Andrés Solimano y Hernán Büchi lo han criticado por considerarlas demasiado intervencionistas y estatistas y que, además, ya no serían relevantes en la actualidad debido a los cambios en la economía global y la necesidad de políticas más flexibles y adaptativas, desde luego todavía el imperio callaba.
También fue criticado desde la izquierda por estimar insuficientes sus propuestas. No obstante, hoy en día ante el ataque frontal contra las políticas sociales por parte de políticos conservadores, y/o neoliberales, y que han logrado ser electos en algunos países, parece necesario tener presente las ideas que abrazó Felipe Herrera -las que se centran en la cooperación y la integración-, constituyen estrategias de paz, mientras que los neoliberales y conservadores nacionalistas se enfocan en la competencia y el proteccionismo.
La guerra como estrategia comercial
Tratar de resolver los problemas internos mediante la guerra es un camino que muchos han adoptado a lo largo de la historia humana. Sin embargo, sabemos sus costos, y sus efectos que muchas veces son irreparables.
La guerra comercial afecta no solo los planes de lideres nacionales de ciertos países, sino también a sus ciudadanos como consumidores y trabajadores. Encarece el precio de las mercancías y produce desempleo. No hay guerra buena, incluso si esta es sin violencia armada, siempre habrá victimas y desprestigio, y es el fin de la política como tal.
Economía de paz
Las políticas sociales buscan combinar la economía de mercado con la intervención estatal para promover la justicia social y la igualdad. Algunas de las consecuencias de estas políticas incluyen medidas como impuestos progresivos, prestaciones sociales y regulaciones laborales, que ayudan a reducir la desigualdad económica; inversión en servicios públicos como la educación, la salud y la vivienda, que puede mejorar significativamente la calidad de vida de los ciudadanos, fomentar la participación ciudadana y la democracia participativa, lo que puede llevar a una mayor sensación de comunidad y compromiso cívico.
También, puede considerarse un paso previo a un verdadero Estado ciudadano. Recordemos que los países más felices según índices de Naciones Unidas son justamente aquellos en los que se aplican políticas sociales, con lo cual logran tener las tasas más bajas de delincuencia.
Según el Índice de Criminalidad por País 2025 de Numbeo, Finlandia, que se considera uno de los países más felices del mundo, tiene un índice de criminalidad de 26,76 y un índice de seguridad de 73,24 De hecho, los países nórdicos como Finlandia, Dinamarca, Islandia, Suecia y Noruega suelen tener tasas de delincuencia más bajas en comparación con otros países.
Estos países suelen tener sistemas de justicia y seguridad pública eficaces, así como una fuerte economía y una sociedad cohesionada gracias a a sus políticas sociales, cuyo acento está en la educación y en una mejor distribución del ingreso, lo que contribuye a reducir la delincuencia.
El Aislacionismo
Las relaciones comerciales internacionales podrían verse afectadas por un giro proteccionista, impactando sectores estratégicos como la agroindustria, la energía y la tecnología.
Brasil, México, Argentina y Chile enfrentarán presiones para redefinir su posicionamiento entre EE.UU. y China, mientras que fortalecer lazos con la Unión Europea exigirá cumplir con regulaciones más estrictas. Ante este escenario, las empresas deberán diversificar sus mercados y adaptar sus cadenas de suministro para mitigar riesgos.
El aislacionismo conduce a una guerra comercial no solo entre grandes potencias, sino de todo el mundo, rompiendo relaciones económicas labradas en un largo periodo y puede ser considerado una violación del derecho internacional en varios aspectos. Es poco probable que algún Estado vaya a beneficiarse con esta guerra.
La integración de América Latina
En este nuevo contexto las propuestas de reanimación de la integración de América Latina surgen con fuerzas, no ya para promover una industrialización o realizar reformas estructurales, sino para sobrevivir.
Además, teniendo presente que en un pasado no muy lejano ocurrió algo similar respecto del uso de aranceles y que terminó con una gran depresión, si se analiza lo sucedido con el presidente Herbert Hoover en comparación con lo que propone Donald Trump.
Y como siempre, el comercio o intercambio comercial pueden ser un instrumento para enfrentar los obstáculos que impone una eventual guerra comercial. En este contexto, cobra vida lo escrito por Felipe Herrera Lane:
“La temática de la integración Latinoamericana, no solo por su trasfondo histórico, sino que, también, como la mejor respuesta para los presentes y múltiples desafíos políticos y económicos” (América Latina, desarrollo e Integración, p. 71, 1986).