Súmate a nuestro canal en: WhatsApp
Bernardo Quesney, director de
Fotografía: MUBI

Bernardo Quesney, director de "Historia y Geografía": "Chile es bizarro de por sí, y para mí eso es muy entretenido"

Por: Matias Rojas | 22.03.2025
En entrevista con El Desconcierto, el cineasta sanfelipeño reflexiona sobre su visión de la provincia, las dificultades del sistema cultural chileno y su aproximación a la comedia. "Para mí fue muy entretenido visualizar San Felipe con alegría, pero no con romanticismo ni siendo costumbrista. Esa mirada me molesta mucho porque es mentira", señala sobre su película "Historia y Geografía". La cinta, que alcanzó los 10.000 espectadores, junto con "Denominación de Origen" de Tomás Alzamora —ambas producidas por Equeco—, cuestiona la identidad chilena desde una perspectiva alejada de la capital.

Hay una escena al principio de "Historia y Geografía", la última película del cineasta y director de videoclips Bernardo Quesney, en la que la actriz Gioconda Martínez, interpretada por Amparo Noguera, llega de vuelta a su ciudad natal luego de los sinsabores del fracaso en Santiago. Como jurado de un Festival de Poesía Local, presencia a un niño mariachi cantando rancheras al mejor estilo del cantante mexicano Antonio Aguilar. Ahí la recibe su hermana Atenea Martínez, interpretada por Catalina Saavedra, símbolo de la resistencia de quedarse haciendo cultura lejos del centro cultural.

Este momento resume una cinta que indaga en las contradicciones y las precariedades de la industria cultural chilena, donde Gioconda intenta montar una adaptación de "La Araucana" de Alonso de Ercilla, una ambiciosa obra teatral sobre la conquista de Chile.

Con un recorrido destacado en festivales internacionales como el BAFICI y SANFIC, donde Quesney obtuvo el premio a Mejor Director y Noguera recibió el premio a Mejor Interpretación por su papel protagónico, la cinta ha sido reconocida tanto por la crítica como por el público, ahora disponible en la plataforma de streaming MUBI.

Producida por Equeco, al igual que "Denominación de Origen" de Tomás Alzamora que llegará a los cines chilenos el próximo 24 de abril tras un exitoso paso por el Festival de Valdivia. Esta segunda película nos sumerge en la lucha del Movimiento Social por la Longaniza de San Carlos y está basada en un hecho real ocurrido en 2018, en la celebración de la Fiesta de la Longaniza de Chillán, cuando le quitaron el premio a los sancarlinos por la "Mejor Longaniza".

Dos cintas espejo que cada una a su manera, desde San Felipe o San Carlos, pero ambas desde la comedia, reflejan mejor que mucha literatura especializada lo que fue el doble fracaso constitucional en el que el país no pudo ponerse de acuerdo en un nuevo marco jurídico, indagando en las contradicciones de los que es ser chileno hoy.

"Cuando uno habla de un pueblo chico, muchas veces son reflejos de un país. Para mí era muy entretenido hablar sobre los procesos culturales a través de un centro cultural que se está cayendo a pedazos", aseguró Quesney en entrevista con El Desconcierto.

- Siento que en "Historia y Geografía" hay una mirada hacia la provincia pero sin juzgar ni minimizar, sin representarla como una minusvalía, que es algo que ocurre frecuentemente en la literatura y el cine chileno. ¿De dónde viene esa idea?

Me pasa algo extraño. Incluso me he dado cuenta en esta película que no sé si me repito o es algo que no puedo abandonar. Como crecí toda mi vida en San Felipe, primero hay una cosa personal: yo quería hacer una película en mi ciudad, sentía que no tenía una película propia.

Me sé todas las calles, por dónde he caminado toda mi vida, entonces me parecía entretenido verla en una película. Siempre he sido citadino pero en una ciudad pequeña. Para mí fue entretenido visualizar la ciudad con alegría, pero no con un romanticismo ni ser costumbrista, porque esa mirada me molesta mucho. Es mentira.

San Felipe, como cualquier región chilena, son ciudades en constante contraste y avance. Tiene edificaciones hermosas pero también una mezcla de arquitecturas que nunca fueron reguladas. De repente tienes una casa adobe al lado de una estructura que nada que ver. Más que enojarme y solo elegir el adobe, sentía que esta comedia tenía que reflejar que San Felipe tiene una dualidad.

- ¿Sientes que haber nacido en una ciudad pequeña influyó en tu visión?

Sí, y lo sentí también con el equipo. Cuando invité al equipo a rodar esta película y caminábamos por San Felipe, los lugares que yo elegía —la plaza de los dinosaurios, por ejemplo— el equipo miraba y explotaba diciendo: "¿Qué es esto que estás eligiendo? ¡Qué casa más rara! ¡Qué lindo esto!". Era muy entretenido porque el equipo era gente de todos lados, y mostrarles mi ciudad confirmaba lo interesante que era filmar allí.

También en provincia pasa algo más extraño: al ser todo más chico, si te gusta el cine o la música, sí o sí te mezclas con todos. Cuando llegué a Santiago entendí cosas como esa dualidad o división entre colegios. En San Felipe todos se juntan en la plaza del pueblo. Yo conocía a millones de personas gracias a la plaza, gracias a la Alameda.

Nunca tomé una micro en San Felipe, salvo para ir a otra comuna. Mi recorrido era volverme caminando hasta las 4 de la mañana. Por supuesto existe ese aspecto medio muerto que tiene toda región, pero surgían cosas más precarias, más inmediatas y más locas, como cosas culturales que a mí me encantaban.

[Te puede interesar] Sigrid Alegría: "La madre era una figura santificada, pero ahora nos permitimos expresar lo difícil que es"

- ¿No crees que esa dualidad que describes es cómica de por si?

Sí, hay varias cosas que son bien cómicas. Me acuerdo que Catalina Saavedra, cuando leyó el guion, decía: "La encuentro chistosa y también muy atroz", porque "hacer cultura a veces en regiones es cómico y también es trágico".

Yo no busco burlarme de San Felipe. Lo que más busqué en esta película era que los personajes de San Felipe tuvieran sus creencias, su punto de vista, y que no fuera una visión santiaguina. Por eso funciona la comedia de que quien llega está más perdida aunque se supone que trae ideas vanguardistas.

Creo que en todos lados puede haber comedia, pero hay algo en la precariedad y en la extrañeza que pasa en las regiones. Imagínate que yo voy a ver a mis papás y siempre hay unos mimos bailando reggaetón. Y es raro. Si yo lo escribiera, alguien diría, "ya, te exageraste". En la película hay un mimo vestido de dinosaurio que baila.

Ahí uno se da cuenta que Chile es bizarro de por sí. Hay un componente que para mí es muy entretenido, porque dentro de su aspereza y dentro de cosas incómodas, hay una cuestión cómica y rara.

- Siento que la película se interroga sobre lo que es ser chileno, sobre esta crisis de identidad. ¿Hay una pretensión de preguntarse sobre aquello?

Uno nunca se quiere hacer cargo del país, porque es algo muy amplio y difícil, pero siempre están estas interrogantes dando vueltas, sobre todo en una película que está cuestionándose La Araucana, que está cuestionándose los orígenes, y cómo estos orígenes nos hacen ser.

Quizá no es una película que tenga la respuesta porque cada vez que yo doy una definición de lo que es ser chileno, en menos de un mes se autodestruye. No podría nunca decir "ser chileno es esto" porque va mutando mucho, y porque este país es caótico y tenemos una esencia caótica.

Imagínate que esta película se empezó a escribir en 2018, terminó de escribirse en 2020, se filmó en 2020 y se terminó de editar en 2022. La cantidad de cosas que pasaron... Cada vez que editábamos o hacíamos un comentario iban pasando cosas, y uno se cuestiona todo el rato dónde está parado.

Me he dado cuenta con el tiempo que nunca hay que intentar definir algo, hay que cuestionarlo. No creo que sea responsabilidad de uno decir "estos somos". Para mí, es una montaña rusa. Si en algún momento pensé que íbamos hacia el progresismo, ahora siento que estamos en el fascismo, entonces no alcanzo a definir algo; podría decir "la esencia del chileno es esto" y mentira, explota.

- Historia y Geografía la siento emparentada con la etapa chilena de Raúl Ruiz. ¿Es influencia para ti ese tipo de cine?

A mí me encanta Raúl Ruiz. Soy más fanático de sus películas chilenas que las francesas. Algo me pasa con las películas chilenas donde él juega tanto con el lenguaje, juega con el desvío... Me río demasiado con "Tres Tristes Tigres", para mí es casi como una comedia perfecta sin querer ser una comedia.

"El realismo socialista" también le encuentro muy genial, por atreverse a hacer una película sobre los exiliados pero con humor. Es muy raro, imagínate que estamos en un momento durísimo para el país y él está mostrando a esta gente hablando en chileno en otro país. Todos vivían medio hacinados, pero hay un dejo de comedia.

Es como si Raúl Ruiz siempre estuviera en los momentos precisos de la historia, pero cuestionándolos desde otra mirada. Nunca desde el lado de la seriedad que caracteriza a Patricio Guzmán, quien también es excelente en sus documentales. Son directores diferentes que abordan la misma realidad chilena desde ángulos complementarios

- ¿Por qué decidiste tomar La Araucana de Alonso de Ercilla como un punto importante de la película?

Primero quería elegir algo con un problema complejo para nuestra protagonista, que tenía un problema identitario. Y al elegir La Araucana, es como meterse en lo más complejo. Estamos hablando de la guerra de Arauco, una guerra que aún no termina. No solamente de culpar a los españoles, después a los chilenos... todavía hay problemas en Arauco.

Era entretenido agarrar un texto antiguo pero cuyo problema sigue acá. Eso lo encontraba muy desafiante y era imposible que no se conectara con el presente. Muchas veces cuando agarras un texto del pasado siempre lo estás revisitando desde el presente, y lo peor es si es que todavía esas heridas siguen abiertas.

[Te puede interesar] Miguel Littin y reedición de El Chacal de Nahueltoro: "El arte no tiene tiempo cuando refleja la identidad de un pueblo"

-Lo novedoso era abordarlo desde la comedia...

Jamás íbamos a reírnos de los pueblos originarios, pero sí reímos de lo poco que se sabe. La protagonista siempre la vivimos desde la ignorancia. A Gioconda siempre la tiene que perseguir la ignorancia, y la ignorancia de alguna forma somos todos. Ella quiere hablar de La Araucana, pero no entiende los pueblos originarios. Empieza a investigar un poquito, pero con suerte se lee el libro.

Hay como dos visiones: está cierta parte del pueblo mapuche que apoya La Araucana y otros no. Hay gente que encuentra que es una blasfemia, que trata a los mapuches como superhéroes de Marvel. Pero también existen mapuches que defienden el texto, diciendo que nos puso en la literatura europea y muestra ciertas tradiciones y personajes.

- ¿Por qué decidiste retratar esa precariedad del sistema cultural chileno?

Cuando uno habla de un pueblo chico, muchas veces es el reflejo de un país. Para mí era entretenido hablar sobre los procesos culturales a través de un centro cultural que se está cayendo a pedazos. La película quería hablar sobre una crisis de identidad, pero esta protagonista va a una región donde también hay otras crisis, como crisis culturales. Me di cuenta de que, viviendo en San Felipe, la obra de arte que tú hagas en verdad no tiene un gran impacto, la cultura no tiene un impacto tan grande en regiones.

-Incluso en Santiago se observa esa precariedad...

El teatro, se supone que es un gran teatro, está hecho mierda. El Teatro del Puente en ese momento estaba pésimo, cerrado por el estallido. Lo que a mí más me gusta es que los actores tienen un amor gigante por el teatro. Hay muy pocas vías de teatro comercial en Chile. Hacer teatro es un acto gigante de resistencia, y aún así los actores siguen haciéndolo.

Siempre el actor de tele va a ser juzgado por el actor de teatro. El actor cómico siempre va a ser muy menospreciado. Todos los comediantes son súper menospreciados por el mundo del teatro. Porque hacer reír es algo que está mal visto, no estás haciendo pensar, estás haciendo reír, y yo no creo que eso sea un buen pensamiento.

También está esta rabia de Atenea, la mujer que se quedó haciendo resistencia en San Felipe, que tiene rabia con esta actriz que llega y en tres segundos tiene un proyecto listo porque la municipalidad necesita estos rostros. A mí me ha pasado muchas veces en región que te dicen "tráete a la actriz de teleserie, necesitamos nombres" y a mí me carga eso, pero la actividad cultural va por ese lado.

[Te puede interesar] Cristóbal Briceño y su visión del cine chileno: "Está tan financiado por fondos, que realmente no les importa vender entradas"

- ¿Cómo dialogas este tipo de cine con los festivales? ¿Hay un cine chileno que se hace más para festivales que para los espectadores?

Siempre hay una mezcla. Nosotros siempre quisimos hacer comedias muy personales que dialoguen con el público, pero nunca sacrificando nada. Esta película no es de amplia trayectoria festivalera, sobre todo porque el humor es difícil. No todos los festivales comprenden cuando no se sabe si esta película es pop o de autor.

Hay cierto cine que cuando está más definido, como "ya esta es muy la película de festivales", funciona diferente. "Los Colonos", que es una excelente película, funciona en festivales y le fue muy bien, pero no sé si era una película para mostrar a las 3 de la tarde.

Es muy difícil que los dos mundos coexistan. Muchas veces hay películas que triunfan afuera pero no las ve nadie acá, y eso es muy cuestionable. El sueño es que vean tu película acá y ojalá le vaya bien afuera.

-¿Es mal mirado hacer comedia en Chile?

Hace unos 10 años si decías "quiero hacer una comedia", era medio mal mirado. No había muchos referentes. Quizás existía Nicolás López, pero yo no quería hacer eso.

Lo que más quise era que tuviera primero que te rieras, que tuviera esa locura, esa extrañeza en la forma, no sentirla tan convencional. Mi sueño era hacer una película con muy buenas actrices, muy buenas actuaciones. Me molestaba que a la comedia se le exigiera menos en Chile. ¿Por qué hay tan pocas comedias?

- ¿Dónde ves tú comedia en Chile que te resulte interesante?

Siempre he encontrado muy bueno lo que hace Cristián Jiménez o Sebastián Silva. Para mí su última película, "Rotting in the Sun" es una comedia genial. Además, lo que hace también Peirano con Álvaro Díaz o Peirano solo. El cine de Cristián Sánchez también, "El zapato chino" es realmente muy chistosa. "El Charles Bronson chileno" de Carlos Flores es una obra de arte, me río mucho con ella.

[Te puede interesar] La película chilena Casa Lobo entre las favoritas de terror de The New York Times en lo que va de siglo XXI

[Te puede interesar] Gabriela Wiener, escritora: "Los pueblos indígenas siguen poniendo el cuerpo en primera línea de las luchas más vanguardistas"