Súmate a nuestro canal en: WhatsApp
Este 8M: Reponer las urgencias de la agenda feminista
Agencia Uno

Este 8M: Reponer las urgencias de la agenda feminista

Por: Natassja de Mattos | 08.03.2025
Cuestiones tan relevantes como el aborto libre, la Educación Sexual Integral y el Sistema Nacional de Cuidados se encuentran en tintero sin claridades de destino. Las cifras de femicidios y violencias por razones de género no presentan disminuciones, a la vez que las brechas relativas a los cuidados agudizan una crisis que empobrece a miles de mujeres a nivel nacional, y en el mundo.

Se siente un aire de desgaste, de menos fuerza y poder de convocatoria. Se perciben además, pocos cambios, mucho ruido y pocas nueces, promesas de gobierno incumplidas y expectativas desilusionadas de un programa que prometía profundas transformaciones feministas.

En Chile, entre 2018 y 2022 la adhesión al movimiento feminista era alta y consistente. Recordemos que en 2018, año del Mayo Feminista, un estudio de CADEM afirmó que el 71% de personas encuestadas apoyaba las demandas feministas, a lo que le siguieron hitos de altísima convocatoria para las conmemoraciones de 8M, así como grandes performances y alta presencia en el marco del Estallido Social, los procesos eleccionarios - influyendo en el triunfo del actual gobierno- y el inicio del primer proceso constituyente.

[Te puede interesar] "Carrera de obstáculos": Acusan que decidir sobre la maternidad en Chile enfrenta a mujeres a sobremedicación y maltrato

Desde entonces, y no solo en territorio nacional, esta adhesión comenzó a disminuir, al mismo tiempo que acumularon fuerza discursos antifeministas, la creencia de que el auge del feminismo ha producido discriminación contra los hombres y proyectos políticos de ultraderecha, caracterizados por propuestas que reducen los avances en igualdad de género y derechos de las mujeres.

Hace algunos días, un informe de la consultora LLYC planteó que las búsquedas y el interés en asuntos relativos al feminismo son un 36% menores que hace tres años, el antifeminismo produce en Chile 30% más conversación que el promedio de otros 12 países y que las feministas generan un 37% menos de interacciones.

No hay movimientos sociales que se sostengan en el tiempo por largos periodos de manera invariable. Ha sido ampliamente estudiado que los movimientos feministas tienen momentos álgidos y otros de repliegue o de baja intensidad, lo que tiene diversas posibles explicaciones.

Una de ellas tiene que ver con la institucionalización del movimiento social. Como cuando algunas demandas impulsadas por el movimiento son oídas por las autoridades siendo satisfechas. También en momentos en que las dirigencias del movimiento se convierten en autoridades competentes, son electas y/o designadas en cargos de toma de decisiones, o cuando surgen ciertas instituciones, oficinas, unidades cuyas funciones tienen que ver con garantizar derechos a las mujeres y disidencias.

De este modo, se espera que las demandas del movimiento sean adoptadas en forma de agenda pública o programa, se canalizan y viabilizan, lo que reduce la necesidad de un movimiento activo que las reclame.

Otras veces los movimientos se desgastan o agotan de manera natural, así como en escenarios complejos puede haber un cierto repliegue debido a una pérdida de legitimidad que genera una reducción de apoyo. Incluso puede haber escenarios en que el miedo a las respuestas violentas reduzca la fuerza de un movimiento.

[Te puede interesar] Ministra Orellana y aborto libre: "Tiene todo el sentido presentar el proyecto de ley"

En Chile parece haber una mezcla de estos fenómenos. Por un lado está la pérdida de legitimidad pública que le siguió al resultado del plebiscito del 4 de septiembre de 2022; por otro, una desmovilización provocada por la confianza puesta en un gobierno autoproclamado feminista, con un programa de vastas promesas en la materia y una ministra de la Mujer y la Equidad de Género con una conocida trayectoria de activismo feminista.

También pueden considerarse logros feministas como son la aprobación de la Ley de Violencia Integral, lo que venía avivando la agenda feminista desde hace casi una década, y la Ley Papitos Corazón (que es probablemente el mayor acierto de la cartera de Mujer y Equidad de Género del actual gobierno, aun considerando que se trata de una medida meramente punitivista).

Incluso, si consideramos que los feminismos, en parte, buscan que se cuestionen las ideas sobre lo que es ser mujeres, sobre lo que las mujeres pueden y deben, es posible percibir ciertos progresos. Hace unas cuántas décadas habría sido impensada una contienda electoral presidencial que contemplara especialmente mujeres entre las cartas mejor sondeadas y más mencionadas, como es el escenario actual.

Podemos buscar y encontrar variedad de explicaciones a un momento caracterizado por un movimiento social feminista más silencioso y menos convocante, pero lo importante es mantener arriba el pensamiento crítico, diseminar las ilusiones ópticas y ponderar en su justa medida los logros y avances.

Puede que nos hayamos puesto al día con una ley de violencia y que en el imaginario de niños y niñas hoy las mujeres en Chile compiten por la conducción del país, sin embargo las desigualdades y discriminaciones por razones de género son tan reales como siempre.

Cuestiones tan relevantes como el aborto libre, la Educación Sexual Integral y el Sistema Nacional de Cuidados se encuentran en tintero sin claridades de destino. Las cifras de femicidios y violencias por razones de género no presentan disminuciones, a la vez que las brechas relativas a los cuidados agudizan una crisis que empobrece a miles de mujeres a nivel nacional, y en el mundo.

[Te puede interesar] Subsecretaria de Educación, Alejandra Arratia: "En la educación pública se está avanzando en el logro de aprendizajes"

Estos son solo algunos ejemplos, sabemos que los indicadores de desigualdad y discriminación por género son muchos más y es relevante no perderlos de vista al momento de proyectar miradas.

Si bien los movimientos feministas llegan a este 8M con menor adhesión e incluso tal vez con más detractores que en años anteriores, quienes podamos debemos justamente entregar dicha perspectiva, que este 8M ha de ser proyectivo y poner la mirada en lo que viene, en las deudas latentes, en las realidades persistentes que siguen perjudicando a las mujeres.

En la calle, todos los espacios de socialización, la academia y los medios de comunicación, hay que reponer las urgencias de la agenda feminista y dejar la complacencia con que algunos sectores están evaluando el escenario.