Una mujer que sufrió una fractura en la muñeca y fue operada dos veces en un hospital y una clínica de la Universidad de Chile terminó con daños permanentes en su mano derecha debido a errores en su tratamiento.

Durante su recuperación, recibió cuatro diagnósticos distintos y pasó por varios médicos sin obtener una solución efectiva a su problema.

Según se puede apreciar en el fallo judicial, todo comenzó cuando la paciente se fracturó la muñeca y fue sometida a una primera cirugía.

Tras la operación, comenzó a sentir un intenso dolor, y los médicos le dijeron que tenía artritis. Al no notar mejoras, buscó una segunda opinión y otro doctor le indicó que su problema no era artritis, sino que tenía los tendones cortados, por lo que necesitaba una nueva cirugía.

Después de la segunda operación, los dolores continuaron, y los médicos volvieron a cambiar el diagnóstico, asegurando que sí tenía artritis y derivándola a un especialista en reumatología.

Sin embargo, al ser evaluada nuevamente, se determinó que sufría poliartritis, lo que llevó a otro tratamiento que tampoco funcionó.

Con el tiempo, su mano quedó con deformidades y secuelas permanentes, afectando su funcionalidad y apariencia.

Ante esta situación, la mujer demandó a la Universidad de Chile, argumentando que los médicos nunca le dieron un diagnóstico correcto ni un tratamiento adecuado, lo que agravó su condición.

El Vigesimosegundo Juzgado Civil de Santiago le dio la razón y ordenó a la universidad pagarle $7.927.120 por los costos médicos y $45.000.000 por el daño moral, debido a las consecuencias físicas y emocionales que sufrió.

La jueza que resolvió el caso concluyó que la universidad falló en su deber de entregar un tratamiento correcto, ya que la paciente pasó por distintos diagnósticos sin recibir una solución efectiva.

Además, el tribunal inspeccionó la mano afectada y revisó fotografías del daño, confirmando que el problema nunca fue tratado de manera adecuada.