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Río Loa: El hilo de agua que cruza el desierto y que creció hasta provocar inundaciones en Calama
Río Loa en Calama. Foto: Agencia UNO.

Río Loa: El hilo de agua que cruza el desierto y que creció hasta provocar inundaciones en Calama

Por: María del Mar Parra | 23.02.2025
Tras lluvias traídas por el invierno altiplánico, el río Loa se desbordó inundando cientos de viviendas en Calama. Desde la ciencia han advertido en los últimos años por el riesgo de inundaciones y aluviones en el norte de Chile, por la erosión de suelos, los campamentos y la presencia de relaves mineros.

Tras años de mega sequía en el país, el río Loa está en crisis: estudios han determinado que debería tener el doble del agua que tiene ahora, para asegurar que la vida que depende de su cuenca siga sobreviviendo. Sin embargo, las lluvias del invierno altiplánico hicieron crecer tanto el río que se desbordó en los últimos días.

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Al menos 700 viviendas quedaron inundadas en Calama por el desborde del río, por las copiosas lluvias ocurridas en la cordillera. El hecho también dañó el suministro eléctrico y de agua potable en algunas localidades, generó el corte de una ruta y provocó el cierre de un embalse para evitar más crecidas.

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Se trata de un hecho poco frecuente pero no inédito: en 2019, las lluvias de verano dejaron al menos seis muertos en la provincia del Loa y decenas de casas destruidas. En 2017 el río también se desbordó, causando daños menores en algunas casas y evacuaciones.

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Las crecidas se dieron todas en verano, donde el norte del país vive el llamado invierno altiplánico o invierno boliviano, que es la única época del año donde los vientos soplan suficiente humedad hacia la zona, para que se generen lluvias. Este año, especialistas ya habían alertado sobre la llegada temprana e intensa del invierno altiplánico, que ya en noviembre generó aluviones e inundaciones en Bolivia.

Las crecidas del río no significan necesariamente que terminará su condición de sequía: la misma erosión de los suelos y degradación del ecosistema dañan la capacidad de absorber la lluvia, que corre sobre la superficie generando inundaciones y no queda retenida en los acuíferos para tiempos de sequía.

Norte y riesgo de inundaciones

Con suelos áridos que no tienen tanta capacidad de retener agua, pronunciadas pendientes que dan hacia las zonas pobladas y relaves mineros acumulados en el territorio, el norte del país tiene varios factores de riesgo que pueden transformar una lluvia intensa en un desastre.

Para la investigadora del centro CIGIDEN, Francisca Roldán, uno de esos factores es el crecimiento urbano irregular que se ha dado en esa zona del país a raíz de la migración y la falta de estudios para caracterizar los riesgos de cada territorio y las soluciones posibles, contemplando el avance de la urbanización.

“Se están haciendo algunos esfuerzos en el conocimiento, pero no son suficientes porque la expansión urbana va más rápido que el levantamiento de información”, comenta Roldán, que es investigadora del centro Cigiden y candidata a doctora por la Universidad Católica del Norte.

¿Qué se puede hacer?

Realizar estudios que caractericen las amenazas en cada lugar y las zonas más expuestas contemplando la urbanización irregular y los asentamientos informales es uno de los pasos, en el que se necesita de una coordinación entre academia y autoridades para que los planes reguladores de las ciudades contemplen este conocimiento.

Para Roldán, otro factor sería inyectarle recursos a Senapred. “Es muy bueno el cambio de ley que crea el Senapred, y que indica la necesidad de una mayor conexión con los municipios y de realizar mapas de riesgo para cada lugar. Pero lamentablemente no se ha destinado la inversión pertinente para hacer estas labores”, explica.

Por último, la investigadora llama a que haya una bajada más efectiva hacia la comunidad sobre cómo responder ante estos eventos. “No existe ningún ensayo de evacuación para amenazas de inundación fluvial y aluviones. Yo he estado en eventos educativos donde la gente no sabe qué es un aluvión y que riesgos conlleva ni cómo reaccionar. Falta educar en cuanto a conocer nuestros territorios y sus amenazas y que las autoridades a cargo también lo estén”, reflexiona.